Alta Córdoba, cuna de campeones del mundo

Alta Córdoba, cuna de campeones del mundo

La bandera que se despliega en Instituto tiene la cara de los tres campeones del mundo surgidos en la “gloria”.

ORGULLO. Bandera que se despliega en una de las tribunas de la cancha de Instituto. ORGULLO. Bandera que se despliega en una de las tribunas de la cancha de Instituto. LA GACETA / JOEL KATZ

Tener un campeón del mundo es motivo de orgullo para cualquier club, más allá de lo que ese jugador signifique por su trascendencia para todo el fútbol argentino. Todavía más si hablamos de un club del interior, sobre todo por la histórica brecha entre el fútbol porteño y el del resto del país. ¿Y tener tres campeones del mundo? Eso es algo sobre lo que es imposible no sacar pecho y sentir una enorme satisfacción.

En Instituto se da esta situación. En la “gloria” se formaron, o al menos debutaron en Primera, tres campeones mundiales con Argentina: Mario Albero Kempes y Osvaldo Ardiles (ambos en el Mundial de 1978), y Paulo Dybala (en Qatar 2022).

Dybala, por una cuestión generacional, es probablemente el más reconocido por la hinchada cordobesa. El nacido en Laguna Larga debutó con 17 años en la “gloria” y ya en sus primeros cotejos, había dado muestra de su enorme categoría.

Durante su primera temporada en el club, marcó 18 goles en 40 partidos, fue determinante en esa campaña y llevó a su equipo a pelear el ascenso a la máxima categoría, algo que finalmente no se terminaría concretando tras perder la promoción contra San Lorenzo.

Luego de esa temporada “Joya” fue rápidamente vendido por 12 millones de euros a Palermo de Italia, club en el que comenzó su gran trayectoria en el fútbol europeo.

De todas maneras, y más allá de la diferencia generacional, tanto Ardiles como Kempes son muy queridos en el club de Alta Córdoba. Tanto es así que desde hace tres años ambos tienen una tribuna con su nombre en el Monumental “Juan Domingo Perón”.

Ardiles pasó por la Primera del club entre 1971 y 1973, tras varios años en las inferiores del club (con títulos incluidos), y constantemente tiene muestras de cariño para con la institución. Mientras tanto que Kempes vistió los colores rojiblancos entre 1972 y 1974, con números impresionantes: 11 goles en 13 partidos en torneos organizados por la AFA, y 78 tantos en 81 encuentros en duelos por la Liga Cordobesa.

Ambos coincidieron en el plantel que ganó la Liga de Córdoba en 1972 y clasificó al Nacional de 1973.

Además, tanto “Matador” como “Ossie” estamparon, algunos años atrás, su firma en murales dedicados a ellos, y fueron declarados socios honorarios del club.

“Los tres son muy representativos de la historia institucional que tiene este club. En el caso de Dybala, indudablemente interpela a muchos más jóvenes producto de que lo han visto jugar en Instituto y en el mundo”, señaló en diálogo con LA GACETA Gino Cattinari, miembro de la Subcomisión del Hincha de la institución cordobesa, que también resaltó a Ardiles particularmente. “A través de las redes sociales recuerda siempre a la institución. También sé que ha colaborado en muchas cuestiones de la vida institucional y deportiva de este club”, contó Cattinari.

Cada partido, la hinchada de Instituto despliega una enorme bandera en la que aparecen los tres jugadores. El telón, además, incluía una leyenda que genera orgullo en Alta Córdoba y que no muchos clubes de nuestro país pueden ostentar: “Instituto, cuna de campeones del mundo”. Esa frase iba acompañada de otra más “tribunera”: “El único club de la ciudad”, en una clara manera de “chicanear” a las demás instituciones cordobesas.

Alta Córdoba es una cuna de talentos que supieron regar el suelo de “La Docta” y que, además, vio crecer a varios campeones del mundo. 

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