Severas tormentas en enero y marzo de 1948

Severas tormentas en enero y marzo de 1948

MARZO DE 1948. Tanto en este mes como en enero el río Salí aumentó su canal de manera peligrosa llegando casi al puente. MARZO DE 1948. Tanto en este mes como en enero el río Salí aumentó su canal de manera peligrosa llegando casi al puente.

Ríos, arroyos, riachos y canales desbordados anegaron casas, campos y plantaciones. Sín víctimas

“En la madrugada de ayer se produjeron en la Capital y localidades del interior precipitaciones que en algunos puntos alcanzaron considerable intensidad, provocando en Villa Benjamín Aráoz, Burruyacu, daños en viviendas, árboles y campos de labranza “, de esta manera nuestro diario informaba sobre los desastres que ocasionó la tormenta caída el 10 de enero de 1948. De igual manera en Banda del Río Salí el desborde de un canal por la crecida de los ríos anegó un barrio cercano al ingenio San Juan y obligó a evacuar a algunas familias de la zona.

El dato brindado por nuestro corresponsal en Villa Benjamín Aráoz que cerca de las seis de la mañana comenzó “un viento huracanado y a continuación del cual se produjo una fuerte lluvia que provocó numerosos daños materiales en ranchos, árboles y plantaciones. La villa se inundó y las aguas afectaron las casas en varias zonas de la localidad. Muchas de ellas fueron destruidas”, peses a la destrucción no hubo víctimas personales. Además de viviendas la tormenta dejo muy afectadas construcciones pertenecientes al gobierno como el juzgado de paz y la comisaría. Un grupo importante de vecinos presentó su queja a nuestro corresponsal “por la falta de un puente de salida de sus propiedades al camino de Taruca Pampa a Chilcas” y otros exigiendo al construcción de obras de drenaje para el agua que se acumula en estas circunstancias .

De acuerdo a los datos informados por los telégrafos de los ferrocarriles, donde había pluviómetros, hubo localidades donde cayeron 50 milímetros de lluvia mientras en otras zonas apenas 3. Por ejemplo en Pala Pala cayeron 40 mientras en Santa Rosa de Leales 50 al igual que en Monteagudo y Concepción. Unos 41 se derramaron sobre Río Chico.

Canales al límite

Mientras los canales conducían más agua de lo normal muchos de ellos soportaron la situación y otros generaron inundaciones zonales. Para entender como fue el poder de la tormenta de aquella madrugada el río Salí mantuvo un caudal de 13.940 litros por segundo hasta las 11 y a partir de ese momento comenzó a aumentar hasta alcanzar los 40.000 en menos de una hora. Sin embargo las cosas no fueron a mayores ya que pasadas las 19 el caudal se había reducido a 16.000 litros por segundo.

El aguacero se disparó pasada las seis con abundante cantidad de lluvia y gran actividad eléctrica que se extendió por poco más de dos horas. Afectando como de costumbre las zonas bajas y cercanas a los cauces de ríos.

Volviendo a la Banda “la inundación se produjo por una nueva rotura sufrida por la mampostería de las acequias que partiendo del dique La Aguadita conduce agua al ingenio San Juan. Este caso se repite cada vez que se produce una precipitación de importancia y a pesar de las reiteradas denuncias que los vecinos de esa localidad formularon a la Comisión de Higiene y Fomento local. Todavía no se logró resolver el problema”.

Las casas y la calle

La crónica explicaba que las viviendas estaban a un nivel más bajo que el camino, “la mayoría de ellas se inundaron, cuyos moradores se apresuraron a poner a salvo los muebles pequeños, como así también enseres domésticos y efectos personales”. Ante la complicada situación el presidente de la Comisión, Héctor González con la colaboración de los bomberos “lograron improvisar una defensa a base de troncos y ramas de árboles del lugar. A las 1, el agua que inundó la calle bajó considerablemente”.

Además ante lo perentorio de la situación desde la comuna se dirigieron al Departamento General de Irrigación y Aguas Potables para pedirle que el “tomero del canal matriz del dique La Aguadita desvíe el caudal de las aguas hacia el río Salí en vez de efectuarlo hacia los canales de la zona”. En la publicación no se daba información si el pedido se había cumplido. Además de los daños en las viviendas “el desbordamiento del canal destruyó el camino enripiado, que partiendo de la Banda del Río Salí llega hasta el ingenio San Juan”.

Marzo de 1948

Ahora estamos en marzo de 1948. Hubo de nuevo fuertes tormentas que afectaron a varias zonas de la provincia. Nuestro diario titulaba “La villa de Río Colorado fue cubierta por las aguas” y con varias imágenes mostraba la zona totalmente inundaba; imagen que aún hoy se sigue repitiendo. En la misma edición, una de las crónicas expresaba que el espectáculo que ofrecía la zona comprendida entre Río Colorado y Balderrama era imponente y desoladora. Un gran lago de aguas barrosas cubría en lugar y en su superficie flotaban ramas, tablas y objetos que la corriente impetuosa había arrastrado. El enorme caudal fue formado por las aguas del arroyo Agua Blanca, que volcó sobre el Balderrama y las del arroyo Aranilla, que volcó en el río Colorado. La población, en su mayoría, se había refugiado en el galpón y las casillas de la estación ferroviaria, construidos a cierta altura y a donde habían transportado todos aquellos enseres y efectos que le permitía la aflicción del momento. El acceso a la localidad se hacía a través de la vía férrea.

Otra localidad afectada fue Balderrama. El cronista informaba que la situación en ese lugar era aún peor que en la primera y agregaba que desde la estación ferroviaria, lugar hasta donde únicamente se pudo llegar, se observó que el agua llegaba hasta los dinteles de las puertas de las casas. Estas, en su mayor parte, han quedado destruidas pues sólo se salvaron aquellas construidas con ladrillos.

La fuerte tormenta también había provocado efectos catastróficos en Monteros y en Acheral. Durante dos o tres días se mantuvo la preocupación en Monteros ya que los ríos y arroyos que la rodean estaban al máximo de su capacidad; y en cualquier momento derramarían sus aguas hacia el casco céntrico; pero sí afectaron los vecindarios más alejados. El artículo expresaba que la población de Monteros volvió a sentir la angustia producida por la inundación de 1919. Agregaba que la lluvia caída en toda la zona había alcanzado los 90 milímetros en un período de seis horas; y que tras un par de horas de disminución habían caído otros 50 en cuatro horas. En Santa Lucía la marca llegó a 200; en el ingenio La Fronterita, 133 y en Sauce Huacho, colonia del ingenio Nueva Baviera, 121.

Las crecidas del río Lules también destruyeron plantaciones y a las poblaciones de la zona, pero en menor magnitud.

Periodicidad

Entre los datos que aportaba la cobertura de 1948 se destaca aquel que hablaba de la “periodicidad de crecientes” en la zona de Monteros. La noticia indicaba que cada 10 años se producían eventos de magnitud y decía que se recuerda la gran crecida del río Romano, cuando cortó el terraplén entre 1910 y 1911. Luego se repitieron los mismo daños en 1919 y 20, y después en 1930, año en que fueron generales las crecientes de los ríos Romano, Pueblo Viejo y Gastona, que derribaron puentes ferroviarios y carreteros. En 1939 hubo grandes crecientes pero no llegaron a la magnitud de aquellas ni a la de 1948.

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