La leyenda de los cuervitos en la coronación de Central Norte en 1925

La leyenda de los cuervitos en la coronación de Central Norte en 1925

El primer campeonato de los ferroviarios fue hace casi 100 años. Aves que hicieron una oportuna presencia.

LOS CAMPEONES. El equipo posa para la prensa antes del encuentro con San Martín. LOS CAMPEONES. El equipo posa para la prensa antes del encuentro con San Martín.

El fútbol ya era el deporte más popular en nuestra provincia y cada encuentro tanto de la Federación como de la Liga generaba gran expectativa en el público. Los estadios mostraban llenos totales. Estamos en la definición del certamen federacionista de 1925 que terminaría coronando como campeón a Central Norte, siendo esa su primera vez. Era la séptima edición de las cuales Atlético había obtenido tres (1920, 1921 y 1924), San Martín dos (1919 y 1923) y la restante San Pablo. En aquel 1925 estos mismo cuatro equipos venían disputando codo a codo el certamen. Faltando tres fechas para el final del campeonato estaban en la punta Central Norte, San Martín y San Pablo. Como vemos un certamen muy competitivo. El desarrollo del torneo llevó a que los ferroviarios tuvieran que enfrentar a sus competidores en las dos siguientes fechas y a Atlético.

De leyenda

La historia de aquel campeonato tiene algunos ribetes de leyenda en referencia al logro cuervo. Y precisamente este animalito, el corvus corax según su nombre científico, tiene mucho que ver con la obtención de aquel certamen. Según la mitología, Clementino Castro trajo dos pichones de cuervo a los que identificó como “las mascotas” del club, que por aquellos años tenía su estadio en la zona sur del parque 9 de Julio, detrás del Aeródromo Benjamín Mantienzo. El lugar preciso era avenida Brígido Terán entre Bolivar y Lavalle, que era conocido como “Las tres palmas”. Y fue inaugurado en junio de 1925.

Los cuervitos fueron creciendo y se fueron metiendo en el corazón de los jugadores y de los hinchas. Pero su elevación a una categoría más mitológica ocurrió durante la disputa del encuentro contra San Pablo, uno de los contendientes por el título. Los de negro jugaban de locales. De acuerdo a la crónica periodística se destacó la dinámica del juego que “fue pródigo en incidencias agradables que mantuvieron latente en los espectadores el entusiasmo y la animación”. El triunfo correspondió a los locales por 2 a 1 y fue obtenido de manera laboriosa. El marcador fue abierto por el paulistano Herrera, de tiro penal a los 44 minutos del primer tiempo. En la segunda etapa los hombres del riel quisieron demostrar por qué estaban en la cima y atacaron con fuerza. Pese a todo no se abrían las puertas para lograr el empate. La disputa seguía siendo pareja y es ahí donde aparece el accionar de uno de los cuervitos. La crónica oficial nada dice de la presencia de estas aves pero la leyenda asegura que si. El relato mítico señala que “mientras los nuestros se desesperaban por perforar el arco de San Pablo, que nos estaba ganando 1 a 0 vimos como uno de los cuervitos en una vuelo planeado cruzaba la cancha en diagonal para ir a asentarse en el travesaño del arco que defendían los ´paulistanos´ en el instante mismo en que un poderoso shot de Chividini incrustaba la pelota en la red mientras los jugadores visitantes miraban al bicharraco que como si hubiera cumplido su cometido, emprendió el vuelo”. Los poderes sobrenaturales de esta sabia ave ayudaron a los negro a lograr el empate y pocos minutos después mediante un penal cobrado por falta de Alberti a Jara; Cárdenas lo convierte en gol y es el triunfo local. Con este triunfo Central Norte deja atrás a San Pablo y debido al empate en un tanto del santo con All Boys, se afianza como único puntero del torneo.

UN TORNEO COMPETITIVO. Hasta la fecha final los cuervos no pudieron festejar el ansiado primero trofeo de la Federación Tucumana de Fútbol. UN TORNEO COMPETITIVO. Hasta la fecha final los cuervos no pudieron festejar el ansiado primero trofeo de la Federación Tucumana de Fútbol.

Contra Atlético

En la penúltima fecha los cuervos enfrentaron a Atlético al que derrotaron 5 a 1, que tuvo una temporada para el olvido que le valieron el comentario de nuestro cronista: “las actuaciones del team decano, irregulares y extraordinariamente malas desde un tiempo a esta parte, no pueden constituir una sorpresa el resultado del match de ayer”. Cabe destacar que el decano venía de ser campeón en 1924. Aquella fecha tuvo además otras dos goleadas por un lado Comandante Araujo derrotó 6 a 0 a Lamadrid y San Martín 4 a 1 a Talleres.

Última fecha

Llegamos a la última fecha donde se enfrentan cuervos y santos. El encuentro se disputó en el estadio albirrojo de Alberdi y La Rioja. La crónica indicaba que “no ha sido esta brega lo lucida que se esperaba” y agregaba que “los santos han hecho un mal match, un pésimo match. Otro equipo con dos tantos adelante no habría permitido el empate, sus jugadores se habrían hecho pedazos antes que permitirlo”. En cuanto a los ferroviarios se dijo que “su juego ha sido igual y de una sola pieza desde el inicio hasta el final. La moral no ha flaqueado en ningún momento y por eso la ventaja con que terminó la primera mitad en la segunda pudo ser descontada”. El marcador fue abierto por los santos a los 22 minutos del primer tiempo tras un tiro libre que terminó en los pies de Chávez quien tiró directo al arco para concretar el primer tanto. La segunda conquista local se concretó tras un centro de Toledo que dio en el travesaño, rebote que fue aprovechado por Castro para aumentar la cuenta albirroja. Tras 15 minutos del segundo tiempo un fuerte shot de Arturo Castro abrió el marcador para la visita.

Dejemos en este momento el relato informativo y entremos en la leyenda cuerva. Según sus propios historiadores: “en la cancha de San Martín, nos estaban haciendo ver las de ´Caín´ los hoy muchachos de la Ciudadela que hasta nos ganaban por 2 a 0. Nosotros necesitábamos empatar por lo menos, única manera de ser campeones. En una de esas, cuando menos nos imaginamos, aparecen los cuervitos y como dueños de casa, empiezan a sobrevolar la cancha hasta que al parecer puestos de acuerdo optaron por asentarse en el arco custodiado por Racedo del santo. Muchos nos acordamos de lo ocurrido semanas antes en el partido con San Pablo y aguardamos el desenlace. No tardó en ocurrir lo que íntimamente ansiábamos. En efecto, un centro de Jara dio oportunidad a Arturo Castro para dejar viendo visiones al arquero santo y poco después, una jugada similar puso el tanteador 2 a 2”. La historia sigue: “miramos hacia los cuervitos, pero estos ya no estaban y comparando aquello con lo ocurrido antes, llegamos a creer que don Castro tenía razón. Estaban resultando verdaderas mascotas”.

El relato oficial de nuestro cronista indicaba que a los 31 minutos de la segunda parte con una jugada similar a la del primer tanto los cuervos alcanzaron la igualdad. Jara evadió la marca de Artaza, tiró un centro preciso y ajustado que cayó a los pies de Castro, quien disparó con certeza para alcanzar la red. Festejo en las tribunas visitantes y el título de campeón estaba a la mano.

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