Por qué 2024 es un año bisiesto: particularidades y mitos que lo rodean

Por qué 2024 es un año bisiesto: particularidades y mitos que lo rodean

Se trata de un hecho que sucede cada cuatro años y que viene a corregir las diferencias en el calendario. ¿Los años bisiestos atraen a la mala suerte?

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02 Enero 2024

Este 2024 será un año bisiesto, es decir, tendrá 366 días ya que se agrega uno: el 29 de febrero. Se trata de una particularidad que sucede cada cuatro años y que viene a corregir las diferencias en el calendario. Es decir, es para sincronizar el calendario con la órbita del planeta, por lo que en total tendrá 527.040 minutos y 31.622.400 segundos.

La expresión “año bisiesto” deriva del latín “bis sextus dies antes calendas martii” (sexto día antes del mes de marzo repetido) que se refería a un día extra que los romanos intercalaban entre el 23 y el 24 de febrero.

Pero añadir un día al calendario cada cuatro años no es ninguna casualidad, de hecho, se remonta a la antigüedad y tiene detrás una lógica científica e histórica.

Por qué hay años bisiestos

La Tierra tarda 365,242 días en dar una vuelta completa alrededor del Sol, lo que se conoce como año trópico. El año trópico entonces tiene 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45,25 segundos. Por lo tanto se agregó un día cada cuatro años para compensar las casi seis horas que se pierden cada año en la medida del tiempo cronológico y el astronómico, dado por el movimiento orbital terrestre.

Históricamente, el problema se subsanó definiendo que si un año es divisible por cuatro, entonces es bisiesto, pero luego se ajustó, y ahora son aquellos que son divisibles por 400.

El primer año bisiesto fue el 45 a.C. Fue introducido por Julio César en lo que se conoce como calendario juliano.

Sin embargo, antiguamente muchas culturas ya habían notado que el año solar no era exactamente de 365 días. Implementaron diferentes sistemas para ajustar sus calendarios. Se cree que Julio César pudo fijarse en los egipcios para establecer el calendario juliano.

En octubre de 1582, el Papa Gregorio XIII quiso eliminar los errores del calendario juliano e inventó el calendario que usamos hoy en día, el calendario gregoriano. Es una versión refinada de la obra de Julio César que tiene en cuenta el tiempo real de la órbita terrestre. La diferencia esencial entre uno y otro es que sólo se considera año bisiesto si es divisible por 4, pero atención, si es divisible por 100, será bisiesto sólo si también es divisible por 400.

Según las normas gregorianas, el próximo año bisiesto al que no sumaremos un día extra será el 2100. Ese año es divisible por 4, pero no será bisiesto porque también es divisible por 100 pero no por 400.

Con esta sencilla modificación del calendario juliano nos mantenemos realmente sincronizados con la duración verdadera de la órbita terrestre. Si todos los años divisibles por 100 fueran bisiestos, habría demasiados días adicionales en el calendario. Pero con esta sutileza que introdujo el Papa Gregorio XIII, se corrige el error que cometió Julio César.

¿El año bisiesto atrae la mala suerte o todo lo contrario?

“Año bisiesto, pocos huevos en el cesto”, “año bisiesto, ni viña ni huerto”, dicen algunos conocidos refranes haciendo hincapié en la poca buena suerte que traerían.

Pero hay una frase que busca representar esta creencia en toda su magnitud: “año bisiesto, año siniestro”... ¿O todo lo contrario?

Todos aquellos que aseguran que los años con 366 días acarrean la desgracia abundan en ejemplos.

En 1912 se hundió el Titanic; en el ‘48 asesinaron a Ghandi; 20 años más tarde a Martin Luther King y en 1980, a John Lennon; en 2020 la pandemia de Covid-19 encerró al mundo.

Al 29 de febrero en especial, los escoceses lo consideran un día de tan mala suerte como los martes 13 en algunos países o los viernes 13, en otros.

A esta idea se suman los griegos quienes, además, creen que casarse en año bisiesto lleva al fracaso de la pareja.

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