

Al abrir la heladera, es posible encontrarse con sorpresas desagradables, como ese queso cubierto de una pelusilla blanca o aquella naranja que cambió su color a tonos azules y verdosos. ¿Qué hacer en estos casos? ¿Se puede comer la parte no afectada sin riesgos?. Exploraremos los diferentes aspectos del moho en los alimentos para entender cuándo es seguro y cuándo es mejor descartarlos.
Qué es el moho: un intruso en nuestros alimentos
El moho, un organismo vivo que pertenece al reino de los hongos, puede aparecer en cualquier lugar, desde nuestra piel hasta los alimentos que guardamos en la heladera. Este invasor se reproduce a través de esporas, partículas diminutas que pueden viajar por el aire y aterrizar en diversas superficies, incluyendo los alimentos. Bajo las condiciones adecuadas, estas esporas pueden comenzar a crecer y formar colonias visibles.
Una de las principales causas de desperdicio de alimentos es el moho. Si bien los alimentos mohosos pueden tener un sabor y textura desagradables, no todos los mohos son iguales. Algunos tipos de moho pueden producir toxinas, mientras que otros se utilizan en la producción de alimentos como ciertos quesos.
Condiciones para el crecimiento del moho
Los mohos necesitan condiciones específicas para crecer en los alimentos. La humedad es un factor crucial, y los alimentos con alto contenido de agua, como frutas, verduras y pan, son particularmente susceptibles.
Aunque la mayoría de los mohos prosperan en temperaturas cálidas, algunos pueden desarrollarse en el refrigerador, pero no en el congelador. Además, el moho requiere oxígeno para crecer, por lo que los alimentos expuestos al aire son más propensos a desarrollarlo.
¿Qué parte se puede consumir de forma segura?
En general, la regla de oro es que si encuentras moho en alimentos blandos, es recomendable desecharlos. Los alimentos blandos, con un alto contenido de humedad, permiten que el moho crezca fácilmente bajo la superficie, siendo difícil de detectar. Sin embargo, en alimentos duros, como algunos quesos curados, es posible cortar la parte mohosa, ya que las 'raíces' del moho no penetran tan fácilmente en estos alimentos densos.
A continuación, se presentan algunos ejemplos de alimentos en los que se puede retirar el moho de forma segura:
Frutas y verduras firmes, como manzanas, pimientos y zanahorias.
Quesos duros, como el parmesano, siempre que el moho no forme parte del procesado.
Chorizo, salchichón, jamones y otros embutidos curados en seco.
Al retirar el moho, es importante cortar al menos 2,5 cm alrededor y por debajo del área afectada, evitando tocarlo con el cuchillo. Sin embargo, si el alimento está completamente cubierto de moho, es aconsejable desecharlo por completo.
Alimentos que deberías descartar por completo
Existen alimentos en los que la presencia de moho hace que sea más seguro desecharlos sin intentar retirar la parte afectada. Estos incluyen:
Frutas y verduras blandas, como frutillas, pepinos y tomates.
Quesos blandos, como el cremon y el queso fresco, así como el queso rallado.
Pan y productos horneados, donde el moho puede crecer fácilmente bajo la superficie.
Alimentos cocinados, como guisos, carne, pasta y cereales.
Mermeladas que contengan moho, ya que pueden contener micotoxinas.
Legumbres y frutos secos.
Bacon, salchichas.
Yogur y nata.
Qué son las micotoxinas
El moho puede producir sustancias químicas tóxicas llamadas micotoxinas. Estas pueden causar enfermedades o incluso la muerte, dependiendo de la cantidad consumida, la duración de la exposición y la salud del individuo.
La aflatoxina es una micotoxina común y tóxica, pero la contaminación por micotoxinas es un problema que afecta principalmente a la industria agrícola.
Prevención del moho en los alimentos
Para evitar el crecimiento de moho y reducir el desperdicio de alimentos, se deben seguir algunas recomendaciones:
Guardar los alimentos en lugares frescos y secos.
Refrigerar productos perecederos.
Mantener la cocina y los utensilios limpios para prevenir la contaminación.
Limpiar las superficies interiores de la nevera cada pocas semanas.







