Al rumbo lo marcó la impronta de los arzobispos

Al rumbo lo marcó la impronta de los arzobispos

Hubo cambios en la Iglesia tucumana.

EL MÁXIMO HONOR. Luis Villalba, arzobispo y cardenal. EL MÁXIMO HONOR. Luis Villalba, arzobispo y cardenal.
03 Diciembre 2023

El 19 de enero de 1983, a pocos días de la asunción de Raúl Alfonsín, Horacio Bózzoli se convirtió en arzobispo de San Miguel de Tucumán. Representó un nuevo comienzo para la Iglesia tucumana, que el año anterior había perdido a su pastor -Blas Victorio Conrero- y que, al igual que el país, emprendía la vida en democracia al cabo de siete años de dictadura. A Bózzoli, fallecido una década más tarde, lo sucedieron Raúl Casado (1994-1999), Luis Villalba (1999-2011), Alfredo Zecca (2011-2017) y Carlos Sánchez (hasta hoy). Cada uno le imprimió su impronta a la arquidiócesis, en sintonía con los vientos vaticanos. De allí las diferencias de estrategias y de estilos, por ejemplo, entre un intelectual como el fallecido Zecca -asociado con el perfil de Benedicto XVI, quien lo designó- y el pastoral cercano a la feligresía que esgrime Sánchez, en línea con los potulados de Francisco.

IMPACTO. La muerte del padre Viroche sacudió a Tucumán. IMPACTO. La muerte del padre Viroche sacudió a Tucumán.

De ellos, el más encumbrado en la jerarquía es Villalba, quien cumplirá 90 años en 2024 y ostenta el rango de cardenal desde que su amigo Jorge Bergoglio lo elevó a esa condición en 2015. Otra figura de la Iglesia tucumana cercana al corazón de Francisco fue Melitón Chávez, un párroco comprometido a fondo con las necesidades del pueblo. Chávez emprendió la misión de ponerse al frente de la diócesis de Añatuya -una de las más extensas y pobres de la Argentina- y luego se convirtió en obispo de Concepción. Cumplía ese rol cuando falleció en 2021. Otros obispos de “La Perla del Sur” en democracia fueron Jorge Meinvielle, Bernardo Witte, José María Rossi y José Antonio Díaz (en la actualidad).

Numerosos episodios marcaron a la Iglesia provincial durante estos años, pero dos conmovieron a la feligresía por su impacto noticioso: el suicidio del padre Juan Viroche, en La Florida, y el crimen del sacerdote Oscar Juárez, de San Martín de Porres.

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