CIENTOS DE AÑOS DE HISTORIA. Salum Arquez en Salamanca, una de las universidades más prestigiosas del mundo.
“La participación en la política no se reduce al voto, debe ir más allá de la cuestión electoral. En ese sentido, en la Argentina se nota un desinterés de la ciudadanía, una desimplicación de la vida política, sobre todo entre los jóvenes. Necesitamos recuperar esa dimensión”. El análisis pertenece a Ezequiel Salum Arquez, un joven profesor de Filosofía (28 años) que regresó a Tucumán luego de transitar por los claustros de la Universidad de Salamanca. Llegó allí gracias a una beca, que le permitió cursar un Master en Estudios Avanzados en Filosofía Moral y Política.
Salum Arquez advierte sobre las nuevas formas de comunicación política, en especial las que apuntan a la juventud en las redes sociales. “Son contenidos digitales descontextualizados de la realidad, útiles sólo para quienes los manejan. Tratan de influenciar, pero no generan un compromiso efectivo”, apunta. Estos son algunos de los temas de discusión que abordó en España, durante estos estudios de posgrado en los que ahondó sobre las conexiones de la moral y de la política con el campo de lo social.
“La filosofía nos interpela, nos ayuda a pensar críticamente las ideas que damos por sentadas -añade-. Nos invita a cuestionar, a entender que las cosas pueden ser de otro modo; modifica concepciones a las que uno se va acostumbrando. Gracias a la filosofía podemos entrar en diálogo con quienes piensan diferente, en una sociedad que es violenta y poco receptiva a las diferencias. Entonces nos abrimos al intercambio y a pensar por nosotros mismos”.
Su trabajo final en Salamanca se basó en la construcción de las teorías de la democracia desde una “epistemología del sur”. Esto implica visibilizar grupos sociales históricamente postergados y silenciados, y rescatar los saberes que ofrecen en contraposición con conceptos hegemónicos. Se desarma así ese canon desde el que suele verse la realidad. “La propuesta es de una democracia de alta intensidad, en la que se recupera la ciudadanía activa”, sostiene Salum Arquez,
Fundada en 1218, la Universidad de Salamanca es una de las más antiguas y prestigiosas del mundo. Salum Arquez cuenta que la experiencia de estudiar -y de alojarse- allí resultó una experiencia enriquecedora. “Reciben a muchos extranjeros, me tocó compartir clases con estudiantes de Japón, de América Latina y de toda España -destacó-. El intercambio cultural es muy importantes, compartimos experiencias de vida. Los profesores son todos Doctores en Filosofía, es una enseñanza de gran calidad”.
¿Cuándo y dónde surgió el interés de Salum Arquez por la filosofía? Cuenta que las Olimpíadas, que se realizan todos los años en Tucumán fueron y son claves en ese sentido. “Es un disparador para que los jóvenes no sientan el pudor de expresar y de cambiar -subraya-. También brindan la posibilidad abordar los problemas con un aire nuevo. Por eso hay que fomentarlas y seguir aprendiendo”.








