Se enoja constantemente, hace reclamos innecesarios, tiene actitudes que rozan con la mala educación o busca constantemente el conflicto. Estos son solo algunos de los indicadores más superficiales que pueden demostrar que una persona está creando una "relación tóxica". Hay algunos comportamientos puntuales que permiten reconocer esos vínculos insanos.
El término "toxicidad" proviene de la palabra "tóxico" que, según la Real Academia Española "aplica a una sustancia (...) que contiene veneno o produce envenenamiento. Pero como la RAE solo se limita a registrar los usos que las personas hacemos del habla, ya se considera que podría agregar una nueva acepción a cualquiera de los dos vocablos.
Para el psicólogo Bernardo Stamateas, "toda persona que nos mete miedo, culpa, que nos nivela para abajo, nos roba energía es tóxica". El autor de "Pasiones Tóxicas" señala que, si bien "venimos fallados de fábrica y tenemos un poquito de negativos", las personas tóxicas van un poco más allá.
Tres indicadores de relaciones tóxicas
Los principales indicadores de relaciones tóxicas -o insanas- son la falta de libertad o el dolor. "A veces estar con alguien tiene un precio que es demasiado elevado. Uno tiene que entender que ningún amor vale un precio tan alto", señala el psicólogo Gabriel Rolón.
Actitud defensiva ante cualquier discusión
El diálogo es una herramienta fundamental en las parejas. Permite solucionar problemas, plantear metas comunes y llevar las relaciones a un nivel más desarrollado. En oposición al diálogo fluido se encuentra la actitud defensiva que imposibilita el intercambio y plantea siempre un nuevo obstáculo. Si la actitud es sostenida en el tiempo, termina por constituir una enorme problemática para la pareja ya que evita llegar a un consenso con madurez.
Chantaje emocional
Buscar que una persona sienta culpa constantemente por actitudes mínimas constituye un episodio de chantaje emocional. Este mecanismo tiende a utilizarse para que el chantajeado se sienta "en deuda" con la supuesta víctima. Es uno de los principales generadores de la dependencia emocional ya que, si no se reconoce a tiempo, puede terminar por opacar y hasta reprimir a cualquiera de las dos partes del vínculo.
Pasividad extrema
Subestimar los planteos de la pareja así como evitar las charlas o discusiones constituye, en parte, chantaje emocional. Restar importancia a determinadas situaciones o negarse a tratar problemáticas puntuales puede llevar a un estancamiento en la relación. La pasividad extrema se manifiesta, principalmente, cuando una persona ignora a otra.