Telas, colores y arte para celebrar los 80 años de la reconstrucción de la Casa Histórica

Telas, colores y arte para celebrar los 80 años de la reconstrucción de la Casa Histórica

Hoy a las 19 se realizará un acto en el solar patrio con motivo de los 80 años de su reconstrucción. La importancia simbólica del edificio y de los trabajos realizados. Una exposición con grandes telas pintadas en el patio posterior.

Telas, colores y arte para celebrar los 80 años de la reconstrucción de la Casa Histórica LA GACETA / FOTOS DE JUAN PABLO SANCHÉZ NOLI

En una línea de tiempo simple puede observase la Casa Histórica en sus distintos diseños y sus cambios a través de décadas y siglos. De 1812-1816 fue cuartel de tropas de la Batalla de Tucumán y casa de familia de Francisca Bazán, construida en 1760; febrero de 1816, sede del Congreso Patrio; en 1874 hay una demolición del frente, luego de la compra del Estado nacional, para convertirla en oficina de correos; ante un inminente derrumbe en 1902, se construye el templete para proteger únicamente el Salón de Jura y se demuele el resto del solar; en 1941 se encara la reconstrucción con la ayuda de la fotografía de Ángel Paganelli que, supuestamente, refleja donde estuvieron los congresales; en ese año, la Casa de la Independencia fue declarada Monumento Histórico Nacional; y las nuevas obras se inauguran en septiembre de 1943.

Esta noche se celebran 80 años de ese hecho y no pasará inadvertido: “La Casa Histórica de la Independencia es un símbolo de la Independencia Argentina y su reconstrucción en 1943 fue un hito que permitió preservar este patrimonio para las generaciones futuras”, se indica en la invitación oficial.

En 1942 Mario Buschiazzo (venía de restaurar el Cabildo de Buenos Aires) encaró la reconstrucción en base a la fotografía de 1869, como se ha escrito líneas arriba, y a partir de los cimientos encontrados en las excavaciones previas a la reconstrucción.

El historiador Carlos Páez de la Torre había señalado en distintas notas publicadas en LA GACETA que en esa casa, salvo un salón, nada era original. Ni siquiera la cruz que tanta polémica causó en los últimos años y que hoy se mantiene. Cuando se la visita por esos días y se presta alguna atención a la abundante información en sus salas, se advierte que algunas provincias como Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y la Banda Oriental no quisieron enviar representantes, como tampoco Paraguay. Y que incluso, se presentaron situaciones confusas respecto a algunas delegaciones.

Esta tarde se realizará el acto de conmemoración a las 19, con la presentación de la directora de la Casa Histórica Museo Nacional de la Independencia Cecilia Guerra y la directora nacional de Patrimonio Cultural, Valeria González, entre otras autoridades.

“Es muy importante para nosotros conmemorar esta reconstrucción porque, además, fue en ese momento cuando la declararon monumento nacional. La decisión se adoptó tomando la foto de Paganelli. Tuvo un gran valor histórico y patrimonial para todos los argentinos, luego de los vaivenes arquitectónicos”, sostuvo la directora. Anunció que el acto contará con la presencia de autoridades nacionales y que también se recrearán los murales de Lola Mora, una intervención “sorpresa”.

En el espacio en el que se encuentran los bajorrelieves de Lola Mora cercano al ingreso por calle 9 de Julio, el artista Agustín González Goytía presentará hoy su instalación “Estudio para una reconstrucción pictórica del Templete”. “Este proyecto se realizó gracias a la beca Activar Patrimonio, otorgada por la Dirección Nacional de Museos y Patrimonio”, le cuenta el artista a LA GACETA.

Color azul

Juan Carlos Marinsalda participará de la ceremonia, un arquitecto que investigó toda la historia del solar. “La Casa reconstruida recrea arquitectónicamente a la casa colonial en la etapa terminal de su proceso evolutivo de más de un siglo, que ya no responde a las necesidades familiares, significativas y materiales de la sociedad tucumana de fin del siglo XIX”, escribió el historiador en su tesis de doctorando.

“En 1996, como resultado de los estudios realizados en el Archivo Histórico de Tucumán y en las puertas del salón, se comprobó que las puertas habían sido azules en 1816 y se recuperó ese color, que se mantiene desde entonces”, remarcó el arquitecto. Para Marinsalda la recuperación del color original significó también recuperar la historia de un estado provincial y un proto estado nacional que organizó ese congreso. Pero fue en julio de 2021 que se repintó con “azul Prusia”.

Desde el arte

“Me propuse reinterpretar la fachada de forma escenográfica. Está pintada sobre tela cruda, en la que armé la situación y el contexto”, explica González Goytía.

Las telas de grandes dimensiones cuelgan a gran altura y puede identificarse de uno y otro lado, en distintos recorridos; el viento en la tarde del martes hasta logró enredar las telas en su propio tendido.

En su obra, el artista partió haciendo referencia al templete que se llamó pabellón de la independencia y que cubrió el salón de la jura desde 1902 hasta 1943. Durante una conversación con este diario, cuenta que trabajó sobre planos, dibujos y fotografías que les facilitó el Museo de la Casa Independencia y el Centro de Documentación e Información de la Arquitectura Pública (Cediap).

Si se observan a cierta distancia, se podrán ver pintadas que hacen referencias a las placas conmemorativas, que están bajo las tejas. “El pabellón con su techo de vidrio estaba antecedido por un patio con los murales de Lola Mora, como está ahora, pero estaba ubicado sobre calle Congreso. El patio que hay ahora es como una réplica de ese”, describe el artista.

“Tomé motivos de las placas conmemorativas, pensándolo como ofrendas y ex votos y las hice jugar con esos dibujos de esa fachada”, añade. La obra estará a la intemperie y se irá modificando con el paso del tiempo, con los efectos de la lluvia y el sol. “Está pensada de esa manera y la idea es que esté hasta diciembre y se la pueda visitar”, resalta.

Este año se aprobaron 60 proyectos para las becas Activar Patrimonio. El objetivo de estas becas es propiciar el desarrollo de proyectos que amplíen la visibilidad y el acceso al patrimonio cultural de instituciones mediante trabajos que pongan en valor sus fondos y colecciones. El presupuesto asignado fueron $ 18 millones para esas becas de $ 300.000 cada una.

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