“Se han acortado las distancias entre lo académico y lo popular”

“Se han acortado las distancias entre lo académico y lo popular”

Víctor Villadangos abrirá en el Centro Virla un ciclo de homenaje al guitarrista tucumano Federico Nieva. su experiencia como intérprete y como docente y la pasión de sus alumnos. Los desafíos actuales.

PRESTIGIOSO. Víctor Villadangos estudió y enseño en el Conservatorio Juan José Castro; hoy actúa en el Virla. PRESTIGIOSO. Víctor Villadangos estudió y enseño en el Conservatorio Juan José Castro; hoy actúa en el Virla.

En el Centro Cultural Virla (25 de Mayo 265), hoy comienza un ciclo de recitales y talleres en homenaje al músico y cantor tucumano Federico Nieva (foto superior), fallecido en noviembre de 2021, que abarcará creaciones de diversos referentes del cancionero argentino.

El primer invitado es el guitarrista Víctor Villadangos, quien acredita una extensa carrera en acercar lo académico con lo popular, que le valió incluso el diploma Konex. Su recital, con entrada libre y gratuita como todos los del tributo, será en el auditorio a las 21, mientras que mañana en doble turno (desde la mañana a las 10 y por la tarde a partir de las 15.30) dictará una capacitación en la sala Osvaldo Fasolo del Virla (en ese espacio, lo disertará Silvina López a las 15.30, quien actuará mañana).

Federico Nieva. Federico Nieva.

“Conocí y traté por muchos años a Federico. Si bien yo vivía en Buenos Aires, hace unos 30 años tenía mucha presencia en Tucumán a través de varios alumnos que organizaban periódicas visitas mías, y entre ellas estaba Cecilia Nieva, su hija que ahora está radicada en Alemania. Su casa era una parada obligada, con charlas y gran afinidad musical”, recuerda.

-¿Cuál es el repertorio que interpretará y por qué?

- Voy a interpretar música argentina de raíz o inspiración folclórica, con obras de guitarristas como Eduardo Falú, Juan Falú, Máximo Pujol, Abel Fleury, Quique Sinesi y otros. Las composiciones tienen una gran similitud con el folclore, pero no lo son porque no reúnen algunas de sus características, como ser de tradición oral y anónima. Todas fueron escritas por una persona concreta.

- ¿En qué estadío se encuentra la guitarrística argentina?

- Es una pregunta de respuesta difícil porque hay muchos y muy buenos guitarristas pero no hay suficiente trabajo. Cada vez hay menos lugares para tocar, aunque los músicos lo hagan muy bien. La situación es complicada, pero esto es una pasión: ninguno de los alumnos que tuve en el Conservatorio Juan José Castro piensa si podrá vivir de la música. Es lo que le marca su corazón y su interés. Luego de terminar la carrera, hay que apechugar a ver dónde se consigue trabajo y cómo. Yo tuve la suerte de ser profesor toda mi vida hasta que me jubilé y sigo tocando y dando conciertos, como los 21 que acano de dar en Europa. Construí mi lugar a lo largo de mucho tiempo, con esfuerzo, sacrificio e inversión. Hoy por hoy, no es tan fácil para los jóvenes.

- ¿Inversión de tiempo y de dinero?

- Así es. Por ejemplo, en un momento produje mis propios CD para difundir mi música y así lo hice durante 20 años. Lo llevaba a todas las radios, se los daba a los periodistas y me sirvió para ampliar mi carrera, pero eso se terminó: el disco no funciona más, no es rentable y están las redes sociales. Yo todavía no entiendo cómo se monetiza ese esfuerzo. Tengo redes, pero todo lo que subo es gratuito, hasta los videos profesionales. Recibo afecto, pero no pesos. Así y todo, el nivel guitarrístico mundial subió, se elevó la vara, hay intérpretes excelentes en cada nueva generación que es más descollante que la anterior en Europa, Asia, América... Pero no es simultáneo el crecimiento de los talentos con el de los espacios para mostrarse. Muchos tocan gratis y se rebuscan con otras cosas. Yo tuve la suerte de grabar discos que se vendieron en todo el planeta y de ser convocado a festivales importantes.

- ¿Cómo se definiría en tanto intérprete, en el universo de los elogios y premios recibidos?

- Soy un guitarrista clásico que hizo la carrera tradicional en elConservatorio, pero mi recorrido fue ecléctico. Tuve mis andanzas por el rock de adolescente, luego con el tango y la música folclórica, sin dejar la música antigua y con un pie en lo clásico y otro en lo popular, pero siempre pensando en el concierto.

- ¿Cómo dialogan lo académico y lo popular?

- Se han acortado muchísimo las distancias, hay muchas músicas y compositores que están en los dos escenarios como Ástor Piazzolla, un clásico que viene de lo popular. No hay un límite muy cierto, sí hay una diferencia con la bailanta, la cumbia, la música bailable o de fiesta y la de un concierto. Pero no en lo que yo toco: estudio lo clásico o lo popular desde la partitura, repitiendo, analizando, tratando de aprender cada pasaje desde lo íntimo, sobre lo armónico, formal y melódico... Trato de tocarlas con todos los matices y con el mismo esmero de la limpieza, atento a los detalles, sea una sonata de Bach o una chacarera.

- ¿Qué le está interesando a sus alumnos actualmente?

- Tocar bien y cada vez más música cercana a lo popular, aunque haya cultores de lo contemporáneo o de vanguardia, de las nuevas tendencias en general. Se interesan en lo de raíz folclórica o tanguera; también hay un movimiento en la Capital Federal que están en lo antiguo, lo barroco y renacentista, con la guitarra o con instrumentos como laúdes o de época.

- ¿Tiene herederos en la guitarra punteada?

- No me puedo arrogar tener herederos en la guitarra. Los chicos no escuchan una sola campana sino que la formación resulta de una suma de escuchar y tomar clases con mcuhos maestros distintos. En mi época era casi un pecado: si estudiaba con uno, estaba mal visto ir a escuchar el consejo de otro. Pero hoy en día jo existe más afortunadamente: recogen experiencias, técnicas, trucos y recursos de muchos profesores de la Argentina y de otros países. Están en contacto con grandes maestros, con cursos enormes que se organizan, por ejemplo, en Brasil. Nadie es hijo directo de uno solo, sino que picotean en distintos saberes.

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