Massa, en campaña: Atlético, San Martín y repaso culinario-político del Tucumán de los ’90

Massa, en campaña: Atlético, San Martín y repaso culinario-político del Tucumán de los ’90

El postulante presidencial recordó anécdotas de sus visitas a la provincia de la mano de Duhalde y Ramón “Palito” Ortega.

LA GACETA/FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO LA GACETA/FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO

Una sobremesa distendida que incluyó análisis futbolero y recuerdos culinarios del Tucumán de los 90. Entre chanzas al ministro de Economía local, Eduardo Garvich, por los “mangazos”, elogios –y cierta envidia- a la grandeza de Atlético y de San Martín y anécdotas del peronismo posmenemisa en esta región del país, Sergio Massa y la comitiva tucumana liderada por Juan Manzur y por Osvaldo Jaldo pasaron los últimos minutos del viernes y los primeros del sábado en el salón del hotel Sheraton.

La comida comenzó más tarde de lo previsto, ya que si bien el postulante presidencial de Unión por la Patria aterrizó antes de las 23 en el aeropuerto Benjamín Matienzo, se sentó a la mesa poco después de las 23.30. Antes, debió participar de un zoom del Ministerio de Economía. Pero, ya despojado de las formalidades, el líder del Frente Renovador dejó en claro su conocimiento de la historia reciente tucumana.  Recordó, principalmente, que aquí en 2018 regresó al oficialismo, con ese acto que organizó Manzur en el hipódromo junto a los principales referentes del peronismo y del sindicalismo. Por eso, afirmó, esta provincia le genera un cariño especial.

Cuentan quienes participaron de la cena que, a pesar del cansancio por el largo trajinar del día (incluyó actos en San Juan y en La Rioja), Massa se mostró relajado. Bromeó en más de una ocasión con el ministro Garvich (“listo Garvich”; “Ya está Garvich”, repitió varias veces) y aprovechó para hablar de fútbol, su gran pasión. El tigrense destacó a los dos clubes tucumanos y aseguró que, por infraestructura y seguidores, son instituciones de “primera”. “Es difícil jugar en estas canchas”, admitió.

Después, la conversación viró hacia lo culinario. “¿Cuáles son las mejores empanadas?”, le preguntaron desde la mesa. “Las de la olla de fierro fundido”, replicó sin dudar Massa. Muchos no entendían a cuáles se refería, hasta que se explayó. Dijo que cuando su suegra Marcela Durrieu era diputada nacional en la segunda mitad del 90 y ya se trabajaba por la postulación presidencial de Eduardo Duhalde (hizo fórmula con Ramón “Palito” Ortega en el 99) venía con frecuencia a Tucumán. Los anfitriones, entre los que se contaban Paulino Ríos y el periodista y dirigente orteguista Ariel Fernández lo llevaban a degustar empanadas en la feria que se encuentra en 24 de Septiembre y Virgen de la Merced. Justo frente al edificio del ex Concejo Deliberante. “Ahí me llevaba Caracatanga”, lanzó ante las risas de los comensales.

El repaso culinario también incluyó una mención a otro restaurante emblemático que tuvo la provincia. Se trata del desaparecido Paquito, en calle San Martín al 1100, uno de los preferidos para las tertulias políticas -y por el lechón frío- por el ex gobernador “Palito” Ortega.

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