14 Febrero 2008
La secreción de lágrimas decrece naturalmente con el correr de los años. No obstante, las condiciones medioambientales y ciertas enfermedades pueden adelantar el síndrome del ojo seco.
Agudizado por factores de la vida moderna, como la calefacción, el aire acondicionado o las largas horas frente a la computadora, este síndrome es hoy muy común y tiene mayor prevalencia en mujeres que en hombres. “El ojo seco quizá sea la enfermedad oftalmológica más frecuente que padece el ser humano debido a que las actuales condiciones del medioambiente, sumadas a la contaminación del aire, contribuyen para que se produzca mayor evaporación de lágrimas, lo que provoca el ojo seco”, afirma el doctor Carlos J. Argento, profesor titular de la Cátedra de Oftalmología de la UBA y presidente de la Sociedad Argentina de Oftalmología.
Argento destaca que hay otras situaciones que afectan las secreciones de las glándulas que forman las lágrimas, como por ejemplo las enfermedades de los párpados o de las glándulas.
“La película lagrimal que está en la parte anterior del ojo, sobre la córnea y en contacto con el aire, está formada por la secreción de las glándulas lagrimales, mucosas y acuosas. Cuando todo funciona bien, el ojo está protegido del medio externo por esta película”, asegura Argento. “Cuando existe una disminución de la secreción de estas glándulas o una mayor evaporación de ellas se produce una deficiencia de la película lagrimal que es conocida por el nombre genérico de ojo seco”, agrega.
Los síntomas del “ojo seco” varían desde grados leves hasta severos. Cuando el paciente siente molestias, se impone la consulta. “El oftalmólogo es el único profesional habilitado para dictaminar esta condición. A través de diferentes tests, evalúa la calidad y la cantidad de las lágrimas, diagnostica y propone el tratamiento a seguir”, manifiesta Argento.
Un punto a considerar es el hecho de que ciertos medicamentos pueden disminuir la capacidad del organismo de producir lágrimas. Además, existen enfermedades sistémicas, tales como la artritis, el lupus, las alergias y el síndrome de Sjögren, asociadas a la sequedad ocular.
Lágrimas artificiales
El tratamiento del ojo seco depende de la causa que lo está provocando. Cuando existe un problema local en el ojo, el oftalmólogo deberá prescribir las medidas necesarias para solucionar el problema y recetar lágrimas artificiales (tratamiento supletorio). Además, deberá indicar medidas de protección de los ojos para evitar la evaporación de las lágrimas.
En algunos casos más severos, es necesario recurrir a agentes inmunosupresores, como la ingestión de ácidos grasos saturados .
Agudizado por factores de la vida moderna, como la calefacción, el aire acondicionado o las largas horas frente a la computadora, este síndrome es hoy muy común y tiene mayor prevalencia en mujeres que en hombres. “El ojo seco quizá sea la enfermedad oftalmológica más frecuente que padece el ser humano debido a que las actuales condiciones del medioambiente, sumadas a la contaminación del aire, contribuyen para que se produzca mayor evaporación de lágrimas, lo que provoca el ojo seco”, afirma el doctor Carlos J. Argento, profesor titular de la Cátedra de Oftalmología de la UBA y presidente de la Sociedad Argentina de Oftalmología.
Argento destaca que hay otras situaciones que afectan las secreciones de las glándulas que forman las lágrimas, como por ejemplo las enfermedades de los párpados o de las glándulas.
“La película lagrimal que está en la parte anterior del ojo, sobre la córnea y en contacto con el aire, está formada por la secreción de las glándulas lagrimales, mucosas y acuosas. Cuando todo funciona bien, el ojo está protegido del medio externo por esta película”, asegura Argento. “Cuando existe una disminución de la secreción de estas glándulas o una mayor evaporación de ellas se produce una deficiencia de la película lagrimal que es conocida por el nombre genérico de ojo seco”, agrega.
Los síntomas del “ojo seco” varían desde grados leves hasta severos. Cuando el paciente siente molestias, se impone la consulta. “El oftalmólogo es el único profesional habilitado para dictaminar esta condición. A través de diferentes tests, evalúa la calidad y la cantidad de las lágrimas, diagnostica y propone el tratamiento a seguir”, manifiesta Argento.
Un punto a considerar es el hecho de que ciertos medicamentos pueden disminuir la capacidad del organismo de producir lágrimas. Además, existen enfermedades sistémicas, tales como la artritis, el lupus, las alergias y el síndrome de Sjögren, asociadas a la sequedad ocular.
Lágrimas artificiales
El tratamiento del ojo seco depende de la causa que lo está provocando. Cuando existe un problema local en el ojo, el oftalmólogo deberá prescribir las medidas necesarias para solucionar el problema y recetar lágrimas artificiales (tratamiento supletorio). Además, deberá indicar medidas de protección de los ojos para evitar la evaporación de las lágrimas.
En algunos casos más severos, es necesario recurrir a agentes inmunosupresores, como la ingestión de ácidos grasos saturados .