Sufren migraña 11 de cada 100 personas

Sufren migraña 11 de cada 100 personas

El mal es más frecuente entre las mujeres.

MIGRAÑA. Los síntomas aparecen entre los 10 y los 46 años. ARCHIVO LA GACETA MIGRAÑA. Los síntomas aparecen entre los 10 y los 46 años. ARCHIVO LA GACETA
17 Octubre 2007
Si bien el diagnóstico de migraña ha aumentado en los últimos años, se calcula que casi la mitad de las personas que padecen este mal no están diagnosticados todavía. Como ejemplo, una investigación reciente demostró que de todos los casos de cefalea que se consultaron en centros de atención primaria de salud, el 90 % correspondía a pacientes con criterios de diagnóstico para migraña. Esto fue establecido por la Sociedad Internacional de Cefaleas.
La migraña o jaqueca afecta a aproximadamente 11 de cada 100 personas. Sus síntomas pueden comenzar entre los 10 y los 46 años de edad, y son más frecuentes en las mujeres.
Los síntomas asociados a la migraña pueden ser náuseas y vómitos, sensibilidad a la luz o al sonido, inapetencia, fatiga, entumecimiento, hormigueo y debilidad en los miembros. Aproximadamente un quinto de las personas que sufren migraña experimentan lo que se conoce como aura. Esto se manifiesta por medio de síntomas visuales, como líneas ondeadas, puntos o luces centelleantes o puntos ciegos, así como alteraciones en el olfato, el gusto o el tacto. Estos síntomas pueden comenzar entre 20 minutos y una hora antes del inicio  del dolor de cabeza.
Cuando aparecen los síntomas es recomendable tomar las siguientes medidas:
• Descansar en una habitación silenciosa y oscura.
• Consumir líquidos (sobre todo si la persona ha vomitado).
• Colocar un paño frío sobre la cabeza.
Estudios recientes han demostrado que 1.000 mg de aspirina son igual de efectivos y más seguros que los triptanos, un grupo de medicamentos de última generación y solo disponibles con prescripción médica.
Para prevenir la migraña es recomendable:
• Llevar  un diario de los ataques para identificar la comida u otros factores ambientales o emocionales que la ocasionan.
• Aprender a superar la ira y el estrés. Esto puede reducir la tensión que contribuye al ataque.
• Aprender técnicas de relajación para reducir la severidad de los dolores.
• Establecer hábitos regulares para comer, dormir y hacer ejercicio.

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