El caso Skanska complica la gestión de Kirchner

El caso Skanska complica la gestión de Kirchner

El presunto pago de coimas para la construcción de dos gasoductos se convirtió en la primera denuncia de corrupción que enfrenta el PEN.

CUESTIONADO. El ministro De Vido es el más complicado en el caso en el que se investiga el pago de coimas. DYN CUESTIONADO. El ministro De Vido es el más complicado en el caso en el que se investiga el pago de coimas. DYN
29 Abril 2007
Buenos Aires.- La investigación judicial por el presunto pago de sobornos por parte de la empresa constructora sueca Skanska para la ampliación de dos gasoductos, encendió en el gobierno de Néstor Kirchner la primera luz de alarma por cuestiones de corrupción durante su gestión.
El hecho se inició como un caso de evasión fiscal, creció luego como un escándalo de proporciones por el supuesto pago de coimas y se desencadenó, nada menos, que en un año electoral.
 El denominado “caso Skanska” por el cual hay dos personas detenidas y 23 empresas involucradas, ya provocó el descabezamiento de la cúpula local de la constructora sueca, y allanamientos en firmas argentinas y dependencias oficiales dependientes del ministro de Planificación, Julio De Vido, hombre fuerte del presidente.
La investigación fue iniciada en noviembre de 2005 por el juez en lo Penal y Económico Javier López Biscayart, que lleva la causa por evasión fiscal contra Skanska. El magistrado descubrió que la firma sueca había facturado a favor de empresas fantasma para inventar gastos y evadir impuestos. Esta situación disparó una ola gigante que salpicó a varias empresas de servicios públicos privatizados.
El enlace con el Gobierno surgió porque la ampliación de los Gasoductos del Norte y del Sur, encarada por Skanska y por la empresa TGN, debe contar con la supervisión del Enargas, un organismo oficial. Allí, aparecieron sobreprecios superiores al 150% y la Justicia sospecha que se pagaron coimas por $ 17 millones, por lo que comenzó la investigación para determinar si en esa sobrefacturación y reparto de dinero también participaron los funcionarios del Estado, y hasta dónde trepa la responsabilidad, si la hubiere.
En el marco de la causa, López Biscayart no sólo allanó a la empresa Skanska, sino que también fue al Ministerio de Planificación y al Enargas.
Asimismo, el juez ya tiene determinado que Infiniti Group, la empresa fantasma que nutrió a Skanska de mayor cantidad de facturas, es una asociación ilícita, por lo que ya hay 11 procesados, dos de ellos detenidos. En paralelo, López Biscayart empezó a investigar qué vínculos tiene Infiniti y de ese modo dio con Sol Group y su posible vínculo con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, la trama de esta causa comenzó a tornarse más compleja aún cuando irrumpió en escena el juez federal Guillermo Montenegro y del fiscal Carlos Stornelli, quienes tomaron la denuncia de un diputado del ARI sobre la presunta participación de funcionarios.
Ahora, el Gobierno, a través del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, lanzó una ofensiva contra dirigentes de la oposición para cubrirse de las denuncias. Además, ayer el Gobierno salió a desmentir que se haya producido un allanamiento en la empresa Yacimientos Carboníferos Río Turbio, como publicó el matutino “Clarín”, en el marco de la investigación judicial. (NA-Especial)

La trama de un escándalo que estalló en noviembre de 2005
 Buenos Aires.- El escándalo Skanska se inició en noviembre de 2005, cuando 30 equipos de fiscalización de la AFIP descubrieron que alrededor de 130 empresas tenían en su poder facturas apócrifas de una sociedad anónima llamada Calibán, que más tarde tomaría el nombre de Infiniti Group S.A. En aquella oportunidad, el juez en lo penal tributario Javier López Biscayart tomó intervención y descubrió que la multinacional sueca tenía facturas por $ 2 millones emitidas por Infiniti, que podrían haber sido utilizadas para pagar coimas a funcionarios públicos.
Apenas tomó conocimiento de la irregularidad, la casa central de la firma sueca Skanska envió una auditoría y comprobó el fraude. Reconoció el hecho y pagó una multa al fisco por más de $ 10 millones, descabezó a la cúpula que trabajaba en Argentina y cesanteó a siete gerentes. Los pagos se realizaron entre julio y octubre de 2005, cuando Skanska se aprestaba a construir en Deán Funes (Córdoba) un tramo de la ampliación del gasoducto para el Norte del país. La sospecha del juez es que todo este movimiento oculta las coimas por eso, de un lado, se investiga a los ejecutivos de Skanska; del otro, al área de Planificación, por lo que ya se hicieron allanamientos en la empresa sueca y en las secretarías de Energía y Obras Públicas, del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), de Repsol-YPF y de la gerenciadora Transportadora Gas del Norte. (NA)


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