Washington.- El presupuesto 2007 de la administración que preside George W. Bush contempla un sustancioso aumento en la partida para defensa y para seguridad y un no menos importante recorte de los programas sociales de salud Medicare, lo que generó críticas de parte de la oposición. “Bush expone ante los ojos de los estadounidenses los costos de la corrupción republicana”, dijo Harry Reid, líder demócrata en el Senado.
Bush presentó ayer al Congreso el borrador del presupuesto general por U$S 2,8 billones. El borrador prevé la reducción de 141 programas de ayuda del gobierno federal, lo que implica suprimir, hasta 2011, U$S 36.000 millones destinados a la atención médica de personas discapacitadas y de ancianos. También prevé una reducción presupuestaria en los sectores de agricultura y de educación, entre otros.
Pese al drástico recorte en los gastos sociales, el presupuesto del año fiscal 2007, que comenzará en octubre, seguirá siendo ampliamente deficitario. El plan de ingresos y de gastos prevé un rojo de U$S 400.000 millones. Según el gobierno, el déficit del año fiscal en curso ascenderá a U$S 423.000 millones. No obstante, la Casa Blanca mantiene su compromiso de recortar el rojo fiscal a la mitad para 2009.
Del documento se desprende que la lucha contra el terrorismo es la prioridad. El Pentágono recibirá U$S440.000 millones, cifra que representa casi un 7% más que los fondos destinados este año a esa cartera. El aporte no incluye los más de U$S 100.000 millones que la Casa Blanca estima que costarán, este y el año próximo, las operaciones militares en Irak y en Afganistán.
El petróleo
Pese a que el Congreso está reclamando a la Casa Blanca que agregue casi 300 millones de barriles a las reservas de emergencia de petróleo, no se destinan fondos para la compra de crudo en la propuesta de gastos para el año próximo. En cambio, prevé fondos adicionales para la creación de fuentes de energía alternativas y para vehículos no contaminantes, como también para programas de investigación, con el fin de mantener la competitividad de la economía estadounidense.
El borrador será sometido a votación en octubre por el Congreso. (DPA)