22 Octubre 2008
ANTES DEL HORROR. Elisabeth Fritzl (en la segunda fila en el centro) en una foto del colegio cuando tenía 15 años. FOTO TOMADA DE ELMUNDO.ES/RADIAL PRESS
VIENA, Austria.- El "monstruo" de Austria, Joseph Fritzl, considera que tiene una vena malévola y que nació para violar, según se desprende del peritaje psicológico que se le hizo, cuyos extractos fueron publicados hoy por un diario austríaco.
En el informe, cerrado hace pocas semanas, la psicóloga Heidi Kastner llegó a la conclusión de que Fritzl, que encerró y violó a su hija Elisabeth durante 24 años en un sótano, se encuentra en sus cabales. "Si bien está enfermo, fue responsable de susacciones. Puede ser castigado, pero tiene que ir a una institución ya que el peligro de un retroceso es muy alto", reproduce el rotativo.
El hombre, que tuvo siete niños con su propia hija, encontró una solución ideal a su perversión con el encierro de la joven. Su vida reflejaba su alma: arriba de la casa estaba su proceder normal, mientras que en el sótano había podido dar rienda suelta a su lado malo.
De hecho, Fritzl consideraba a Elisabeth, liberada del encierro a fines de abril, como su propiedad. Estaba convencido de que le pertenecería por el resto de su vida. Incluso, dijo que espera pasar sus últimos días rodeado de su familia.
El hombre también contó que él mismo fue un niño no deseado y que sufrió malos tratos de parte de su madre durante su niñez y su juventud. "Su narración describe un clima familiar imprevisible con agresiones humillantes y sin motivo. Su infancia lo predispuso a una invalidez emocional", escribió la psiquiatra Adelheid Kastner en un informe entregado a la fiscalía. (DPA-AFP-NA)
En el informe, cerrado hace pocas semanas, la psicóloga Heidi Kastner llegó a la conclusión de que Fritzl, que encerró y violó a su hija Elisabeth durante 24 años en un sótano, se encuentra en sus cabales. "Si bien está enfermo, fue responsable de susacciones. Puede ser castigado, pero tiene que ir a una institución ya que el peligro de un retroceso es muy alto", reproduce el rotativo.
El hombre, que tuvo siete niños con su propia hija, encontró una solución ideal a su perversión con el encierro de la joven. Su vida reflejaba su alma: arriba de la casa estaba su proceder normal, mientras que en el sótano había podido dar rienda suelta a su lado malo.
De hecho, Fritzl consideraba a Elisabeth, liberada del encierro a fines de abril, como su propiedad. Estaba convencido de que le pertenecería por el resto de su vida. Incluso, dijo que espera pasar sus últimos días rodeado de su familia.
El hombre también contó que él mismo fue un niño no deseado y que sufrió malos tratos de parte de su madre durante su niñez y su juventud. "Su narración describe un clima familiar imprevisible con agresiones humillantes y sin motivo. Su infancia lo predispuso a una invalidez emocional", escribió la psiquiatra Adelheid Kastner en un informe entregado a la fiscalía. (DPA-AFP-NA)
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