El color brilló por su ausencia

El color brilló por su ausencia

La sorpresa de los "decanos" vino del cielo. Fueron al Monumental más dirigentes e hinchas de la visita que los esperados. "San Martín es de la Liga" fue el cántico más utilizado. Al final, todos conformes.

SIN EL FERVOR DE OTRAS TARDES. Los simpatizantes de Atlético no concurrieron masivamente al Monumental. Algo más de 3.500 personas acompañaron al equipo. SIN EL FERVOR DE OTRAS TARDES. Los simpatizantes de Atlético no concurrieron masivamente al Monumental. Algo más de 3.500 personas acompañaron al equipo.
19 Julio 2004
Por Juan Carlos Alvarez

Algo más de 3.500 personas asistieron al Monumental. De ellos, unos 70 simpatizantes de San Martín -entre dirigentes y allegados al club- fueron ubicados en el sector 3. El día fue espectacular, ideal para jugar al fútbol y -mucho más- un clásico. El césped estaba muy mejorado respecto de cómo había quedado después de la presentación de Los Pumas. Pero faltaba algo: la otra mitad no estaba "invitada", ya que la medida de la Justicia estaba firme y sólo se autorizó a jugar el clásico sin hinchas rivales.
De pronto, desde el aire, con la inventiva inagotable de los hinchas -más algún apoyo económico indispensable- desde un pequeño avión cayeron volantes. Muchos pensaron que eran entradas gratis para algún circo. La sorpresa que vino del cielo fue mayúscula. Era un mensaje de los archirivales a los locales: "Papá por siempre", expresaba la leyenda acompañada por dos logotipos de los "santos". De este modo, los "ausentes de La Ciudadela" dijeron presente sin violar las disposiciones emanadas por la Justicia.
Al ingresar los locales, la folclórica recepción de papelitos y banderas llegó acompañada por algunas bombas de estruendo. A ello le sumaron expresiones conocidas como aquella de "San Martín es de la Liga"."Asistir a un clásico sin el condimento que le dan las hinchadas, es como que te inviten a una festichola importante y terminés bailando con un pariente", graficó un plateísta. Es que faltaba color, clima de fútbol, duelo de cánticos. Mucho...
Se movió el balón. A menos de dos minutos, gol de Mario Nieva. Setenta gritos; tal vez más, y hasta por ahí un puño cerrado de algún "encubierto". Abucheos masivos. Gol de Heredia García. 1 a 1 y alivio general. Y los cánticos que arreciaban. "La Iguana" Zerrizuela, que hacía de las suyas para desazón de Vera, y el delirio de los fanáticos del local. Fligman, que se abraza con todo el mundo mientras su hermano Leandro lo mira de reojo, tras el 2 a 1. Cambio de arco. Y Zerrizuela que pone el 2 a 2 definitivo. Final y todos conformes. Los 70 "santos" abandonaron el estadio por calle Bolivia bajo algunos gritos hostiles, pero nada grave. La Justicia fue respetada.

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