"El pueblo es el que hace el idioma. La Academia va por dentro, y la lengua, por fuera. Nosotros, ya digo, somos notarios; sólo aconsejamos. Luego, el cliente hace lo que quiere", escribió hace unos años el recientemente fallecido Fernando Lázaro Carreter. Quien fue director de la Real Academia Española reflexionaba, además: "hay una algarabía de voces, pero esto no representa que el español esté peor que antes; sólo que los defectos se oyen más y se leen más".
La pregunta por la salud del idioma español se reactualiza cada 23 de abril, día de festejo de la lengua castiza, en homenaje a Miguel de Cervantes. Si ese interrogante se traslada al tucumano, las respuestas acerca del habla local son menos piadosas que las que ensayó el académico, según una serie de encuestas realizadas por la cátedra de Sociolingüística de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT.
En 1997, alumnos de Sociolingüística indagaron qué percepción tienen los tucumanos sobre su forma de hablar: el 67% de los estudiantes de esa casa de estudios opinó que ellos hablaban mal. Y cuando les preguntaron quiénes hablaban mejor, respondieron, en este orden: los santiagueños, los españoles, oriundos de otros lugares, los porteños. Apenas el 5% de los estudiantes tucumanos defendió su habla.
En 1998, el Centro de Políticas Lingüísticas, que dirigía el profesor Roberto García, encuestó a más de 200 estudiantes secundarios del interior y de la capital. Los resultados se repitieron: el 67% opinó que el paradigma del buen decir es España; el 10% votó a los porteños; el 7%, a los santiagueños, y apenas el 5% defendió el habla tucumana.
Según la profesora María Stella Taboada, que integraba ese centro de investigación, en ese sondeo se vio que los estudiantes que pertenecen a los niveles socioeconómicos más bajos son los que defienden su propia lengua.
En 2000, el mismo Centro de Políticas Lingüísticas hizo una muestra en la Facultad de Filosofía y Letras. Entonces, el 64% opinó que se habla mejor en Madrid, el 14% elogió el decir santiagueño, el 10% votó por los mexicanos, y sólo el 2% de los tucumanos defendió su propia habla. "Casi el 84% de los estudiantes de esa muestra descalifica la lengua de sus orígenes.Y una se pregunta cómo es posible construir una identidad orgullosa si se parte de que se habla mal", opinó Taboada.
María del Carmen Pilán es profesora de Letras e Italiano. Además, es santiagueña. Y opina: "no es que hablemos mejor o peor, sino que en Santiago se han conservado algunos rasgos de un castellano ?puro? -aunque, personalmente, no creo en eso de la pureza del idioma-. No creo que el parámetro de la corrección esté en España. Yo buscaría un modelo de lengua en la literatura, aunque eso también es relativo".
Relativismo
"¿No se corre el riesgo de caer en un relativismo?", se le preguntó. "Hay ciertos parámetros que deben respetarse -reconoció la profesora Pilán- porque, de lo contrario, correríamos el riesgo de no entendernos. Creo que es Lázaro Carreter quien contó la historia de un hispanohablante que recorría distintos lugares de América. Y no podía entender el español que se hablaba, porque cada lugar tenía sus propias características lingüísticas. Pasa que los medios de comunicación han permitido que el mundo esté más comunicado, y ello conlleva que se haga visible toda esa diversidad lingüística", concluyó.
Diccionario de la jerga básica
* A PELASE: A otro tema, se acabó, tema concluido.
* AHICITO: Muy lejos.
* ANCAZO: Golpe propinado con la cabeza. Ej: "Le i dáo un ancazo que ha quedáo haciendo pirueta".
* ATELETICO: Club Atlético Tucumán
n BICOQUI: Coscorrón. Golpe seco que se propina en la cabeza de otra persona con la mano cerrada.
* CABUDO: De cabellos como espinas.
* CARETEAR: Mostrarse, hacer pinta. Sinónimo: filmar.
* CIRUJA: Simpatizante del Club San Martín.
* CONCION: Concepción. Departamento de la Provincia de Tucumán.
* COLETIVO: Colectivo.
* COSO: Señor. Ej: "Al coso ese no lo trago": A ese señor no lo soporto. Objeto, cosa. Ej: "se me perdió el coso para abrí el vino": se me extravió el tirabuzón.
* ANDAR AL CUETE: Andar al vicio.
*A PATA: A pie.
* CHIVO: Marido engañado. Sinónimo: astudo, carnero.
* CHOLO: Ordinario. Ej: "El negro ese é un cholo".
* GATIAR: Deporte provincial, de gato. Robar.
* GUANACO: Cretino, Infeliz.
*HACEME PATA: Acompáñame.
* ILO PONIENDO: Vete colocándolo. Ej: "¡Ilo poniendo al asao!"
* ¡IITE!: Vete! Modo Imperativo del verbo ir. Ej: "Si te querí í..., ite!!!"
* TE ECHA LOS GALGOS: Te presume.
PUNTO DE VISTA
Según quien hable
Por Alba Omil Escritora y Profesora de Letras
El idioma de los argentinos es un tema que da para mucho. Ya Borges, con Clemente, escribió un libro formidable sobre el particular. Pero se trataba del lenguaje de Buenos Aires y, para los porteños, Buenos Aires es el país. Concomitantemente, para muchos de los habitantes del interior, Buenos Aires y nosotros somos dos países diferentes.
Volvamos a lo nuestro:
Para hablar de nuestro idioma hay que pensar en una serie de estratos diferenciados entre sí:
a) El de abajo, socioculturalmente hablando: Por mucho tiempo Dios me bendijo con una mucama, bien cerril ella, un ángel moreno sobre la tierra. Decía "llozvinar", "ancalza"; "ahora que se ha muerto la gata, tenimos menos lideo" (de lidiar), pero también, quizás por efecto del contagio: "señora, pongasé un tailler porque está bajando la temperatura".Dentro de este mismo estrato, pero en nivel ciudadano, está el conocido tucumano básico "Ite vo, yo ya vuí"; "Con el Vitor y la Madalena se muido pa Conción en el trator del dotor".
b) Tiene menos prevaricaciones (Sancho Panza prevaricaba a mansalva y lleva cuatro siglos prevaricando lingüísticamente sin que se le mueva un pelo su eternidad) pero es el campeón de la tilinguería: no dice "está bien, estoy de acuerdo", dice "O.K". Se despide diciendo "que ande bien", o "cuidesé", tal como en las películas dobladas. Y así, un largo repertorio.
c) No es cerril ni tilingo, y es el más corriente. Es de hablar más lento (si con el porteño lo comparamos). Prefiere el pretérito perfecto "ha ido, he visto", frente al perfecto simple, "fui, vi". Quizás responda a una actitud frente a la vida (más tranquila, más contemplativa), o a una concepción del mundo tal vez. Y de nuevo la diferencia sustancial con los porteños ¿Viste? Lo mismo el "¿Sí?", cada vez más difundido -televisión mediante- y que tiene mil usos: "¿Me comprendes? ¿Estás de acuerdo? ¿Te parece?"
Mil usos, dije, pero de aquellos de todo por dos pesos. También a nosotros, los del interior, salvo el estrato tilingo, nos es ajeno este "¿Sí?"
Cierto es que nos comemos las s, pero mantenemos la ñ y no decimos "maniana"; también mantenemos la g intermedia y por lo tanto no decimos "juar, juador", como es frecuente oírlo en boca de los futbolistas porteños o aporteñados.
Hay que tener cuidado con esta expansión tilinguera porque no hay forma de colonización más subrepticia, más soez, más despiadada que la que se opera por la vía del idioma. ¿Do you understand? ¿OK? ¡Oh, my God!
PUNTO DE VISTA
Identidad cercenada
Por María Stella TaboadaProfesora de Letras
La Declaración Universal de los Derechos Lingüísticos establece el derecho a la enseñanza de la propia lengua y de la cultura; a una presencia equitativa de la lengua y de la cultura del grupo en los medios de comunicación; a ser atendidos en la lengua propia en los organismos oficiales y en las relaciones socioeconómicas. Estos y otros derechos complementarios constituyen un resguardo frente a la tendencia unificadora de la mayoría de los Estados a reducir la diversidad y a favorecer actitudes adversas a la pluralidad cultural y al pluralismo lingüístico.
Cuando conmemoramos el Día del Idioma: ¿a qué idioma nos estamos refiriendo?, ¿al lenguaje de nuestra cotidianidad, que nos representa y nos identifica, el de los tucumanos, tafinistos, argentinos y tantos otros? ¿O a la lengua legitimada desde la que miles son discriminados, silenciados, humillados porque no hablan la llamada lengua "correcta", "culta" -o, más recientemente- "estándar"?
A nuestra especie le ha llevado millones de años construir cultura, lenguaje, pensamiento. Todos los pueblos, todos los grupos son cultos, sabios, crean un lenguaje correcto, apropiado, en función de sus necesidades y proyectos históricos y presentes.
¿Qué nos depara un proyecto político hegemónico en este planeta en el que cada dos semanas desaparece una lengua? Y una lengua desaparece porque se aniquila a quienes la hablan o porque se impone otra, anulando y silenciando las palabras originarias, identitarias de esa comunidad.
Aunque en 1816 nos independizamos de España, aún rigen nuestros destinos lingüísticos la Real Academia Española y las Academias Americanas de la Lengua. Esa RAE que en 1726 dictaminó la necesidad de "desterrar los vocablos, prhases o construcciones baxas y rusticas y prescribir como únicas valederas las cortesanas y levantadas". No hay "clases cortesanas" en nuestro país, pero miles de niños y de jóvenes tucumanos, argentinos, reciben como respuesta al lenguaje de sus orígenes: así no se habla, así no se dice, aprendé a hablar correctamente. Que es lo mismo que decir: así no se piensa; tu cultura, tu forma de concebir el mundo y concebirte no tienen valor.
Cuando todos nuestros decires originarios sean igualmente respetados, tal vez podamos conmemorar el día de los idiomas que nos identifican en la pluralidad.