A las rotondas las superó la superpoblación vehicular

A las rotondas las superó la superpoblación vehicular

La semaforización del ordenador de avenida Belgrano y Camino del Perú abrió el debate sobre la razón de ser de las rotondas.

VISTA AÉREA. La rotonda de Plazoleta Mitre cumplió su función de ordenador del tránsito durante muchos años, pero el incremento del tráfico vehicular obliga a incorporar semáforos, opinó el arquitecto Rafael Caminos. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ.- VISTA AÉREA. La rotonda de Plazoleta Mitre cumplió su función de ordenador del tránsito durante muchos años, pero el incremento del tráfico vehicular obliga a incorporar semáforos, opinó el arquitecto Rafael Caminos. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ.-
16 Diciembre 2016

Con la semaforización de la rotonda de la avenida Belgrano-Perón y Camino del Perú, la capital tucumana se queda solamente con dos rotandas que no necesitan de semáforo: la de la plazoleta Dorrego y la de San Cayetano todavía cumplen con la función de distribuir el tránsito sin necesidad de instalar las luces señalizadoras.

¿Han fracasado las rotondas de la ciudad? ¿La necesidad de adicionarles semáforos es un indicador de ese fracaso? ¿No valdría más sacarlas definitivamente y quedarse con las torres de luces rojas, amarillas y verdes? Esas son algunas de las preguntas que comenzaron a hacerse los tucumanos a través de las redes sociales cuando LA GACETA informó que la Municipalidad capitalina está instalando semáforos en la Belgrano y Camino del Perú.

Les ha quedado chica

“Más que una contradicción, lo que indica es que la rotonda ha quedado chica, que tiene una dimensión que no es la adecuada para la cantidad de vehículos que la transitan, tienen un radio menor al que debieran tener”, responde el arquitecto Rafael Caminos ante la consulta de este diario. “Muchas de las rotondas de la ciudad han dejado de ser rotondas; algunas como las de la plazoleta Mitre y la de la Belgrano y Camino del Perú están desfasadas, son un ordenador de tránsito que han servido durante un tiempo como rotondas, pero ahora el flujo de tránsito y el diseño que tienen las hace colapsar y se hace necesario ponerle otro elemento ordenador como es un semáforo”, agregó.

Las dos rotondas que menciona Caminos tienen la similitud de que una de las calles las pasa casi de largo, haciendo apenas una leve curva, es decir que no llega al centro de la rotonda como debiera ser. “En ambos casos lo que hicieron fue achicar la rotonda, disminuir su diámetro, pensando que con eso mejorarían la fluidez, pero el resultado es el opuesto”, explica rotundamente José Ricardo Ascárate, docente de Tránsito en la carrera de Ingeniería Civil. “Eso es lo que sucede cuando intervienen manos inexpertas”, fustiga. Ascárate considera una contradicción en sí misma el hecho de colocar semáforos en una rotonda. “La función de una rotonda es que los vehículos ingresen a marcha lenta, hagan el giro y luego se incorporen al tránsito a esa velocidad. Es la única situación en la que deja de tener prioridad el que circula por la derecha, según la Ley Nacional de Tránsito, y la obtiene el que está dentro de la rotonda. Deben tener entre dos y tres carriles, como máximo y mínimo, si no, dejan de ser rotondas. Y todas las calles que vincula deben llegar al centro.

En el caso de la plazoleta Mitre y de la Belgrano y Camino del Perú, los que van en dirección este-oeste pasan de largo por la rotonda, no tienen necesidad de entrar a la rotonda, pasan de largo, y los que están adentro no tienen más remedio que frenar para cederle paso. Ahí se traba la circulación”, explicó Ascárate. Para él podría ser contraproducente colocar semáforos en la rotonda de Camino del Perú y Belgrano, porque podría generar congestión dos o tras cuadras antes de esa intersección. “Para mí la solución pasa por el diseño, hacer la rotonda con el tamaño que corresponde”, afirmó. En la Municipalidad, en cambio, confían en que será una buena solución semaforizar la rotonda.

“No hay contradicción en poner semáforos, grandes ciudades del mundo los tienen. Lo que sucede es que soportan hasta un determinado volumen de tránsito pero cuando se expande, genera asimetrías, ya no distribuye bien y se vuelve insegura, por lo que recurrimos a un semáforo. Un ejemplo positivo es el de la plazoleta Mitre, que sin los semáforos era un caos y ahora está ordenado”, destacó Luis Lobo Chaklián, subsecretario de Planificación Urbana.

Si en algo coinciden los tres consultados por LA GACETA es en que no es necesario tomar una medida tan drástica como eliminar las rotondas y reemplazarlas por semáforos. En todo caso, estudiar su funcionamiento y replantear el diseño. El más radical en este sentido es Lobo Chaklián, quien considera “una barbaridad”, quitar rotondas, como fue el caso de El Cristo, en Yerba Buena.

“Además de la función con el tránsito, la rotonda es una anécdota urbana, configura el paisaje urbano y es un punto de referencia. En el Cristo, por ejemplo, nos hemos quedado sin referencias más que el canal... no es necesario llegar a eso”, finalizó.


Experiencias diversas en distintas ciudades

En Atlanta, sin semáforos.- “Acá las rotondas no tienen semáforos. Hay un letrero que dice ‘yield’ que significa ‘ceda el paso’. Con ello aclaran que el que circula por la rotonda tiene prioridad. El tema de los semáforos en Tucumán debe ser porque justamente allí no se respeta la prioridad. Y así no hay rotonda que funcione. Acá la gente, además de ser muy respetuosa, tiene mucha cultura cívica. Sabe que una infracción de tránsito equivale a una multa, que no son baratas, y a que te resten puntos en la licencia. Es muy importante tener tu propio auto en Atlanta, porque acá, como en varias ciudades de Estados Unidos, el transporte público es muy básico” (Luciana Poliche, desde EEUU).-
Ordenadores del tránsito.- Leandro Fila, ingeniero en Sistemas que vive en Canadá, cuenta su experiencia: “A diferencia de como funcionan en la Argentina, en Brasil y en Canadá, las rotondas de Cuba presentan la particularidad de que el automovilista que ingresa a la rotonda tiene prioridad con respecto al que ya está adentro, lo cual genera algunas complicaciones hasta que uno se acostumbra a ese uso. Pero en todos estos países, al igual que en Angola, donde también viví, funcionan como complejos viales para ordenar el tránsito que obligan al conductor a disminuir la velocidad. Y en ninguno de estos países vi rotondas que estuvieran semaforizadas.
Los españoles, respetuosos.-Fabián Giménez, sacerdote tucumano que pasa una temporada en Madrid. “ En el tráfico de España se observa un gran respeto. Tiene prioridad el que está dentro de la rotonda. Y eso se respeta a rajatabla. Esa educación se consiguió a fuerza de multas. Hay varitas y hay cámaras controlando la cuestión. A veces se forman colas, pero se respeta que pase primero el que está dentro de la rotonda, y recién después los que van ingresando. Por eso me parece una locura ponerle semáforos a una rotonda. Ahora estoy viviendo en Majadahonda, a unos 20 minutos de Madrid, y aquí no hay semáforos: todas las calles tienen rotondas”.
 
En México hay semáforos en algunas glorietas- Las glorietas en México funcionan básicamente como las rotondas en Argentina. Se usa para derivar correctamente autos en los cruces de dos o más vialidades (calles) importantes. Eso sí: aquí el uso correcto depende del automovilista y el tráfico es muy intenso. Desafortunadamente, no siempre se respeta la regla de respetar al que tiene prioridad. Sí hay en México glorietas a las cuales les han puesto semáforos. En algunos casos se ordena el tráfico, mientras que en otros les quitan dinamismo, cuenta Roberto Muñiz, desde Ciudad de México.
En Berlín combinan rotondas con semáforos- Carlos Würschmidt, ingeniero tucumano que vive en Berlín, cuenta cómo funciona en esa ciudad alemana: “Aquí hay rotondas y funcionan bien. Todos saben que la preferencia la tiene quien circula por la rotonda. Se respeta la preferencia. Hay que tener mucha paciencia. Aquí es una combinación de rotonda y semáforos. Por ejemplo, en donde está la Columna de la Victoria, Siegessäule. Rotondas sin semáforos hay en ciudades chicas y en pueblos. Los semáforos permiten que la rotonda funcione mejor cuando tienen cuatro vías o más. En las grandes rotondas en Berlín funciona bien. La rotonda sola funciona cuando son una o dos vías. Cuando fallan los semáforos, el tránsito se ordena mejor cuando hay rotonda. Me parece que el problema de algunas rotondas en la Argentina es que los autos no llegan a “circular” por la rotonda sino que tratan de pasar derecho.

En Atlanta, sin semáforos.- “Acá las rotondas no tienen semáforos. Hay un letrero que dice ‘yield’ que significa ‘ceda el paso’. Con ello aclaran que el que circula por la rotonda tiene prioridad. El tema de los semáforos en Tucumán debe ser porque justamente allí no se respeta la prioridad. Y así no hay rotonda que funcione. Acá la gente, además de ser muy respetuosa, tiene mucha cultura cívica. Sabe que una infracción de tránsito equivale a una multa, que no son baratas, y a que te resten puntos en la licencia. Es muy importante tener tu propio auto en Atlanta, porque acá, como en varias ciudades de Estados Unidos, el transporte público es muy básico” (Luciana Poliche, desde EEUU).-

Ordenadores del tránsito.- Leandro Fila, ingeniero en Sistemas que vive en Canadá, cuenta su experiencia: “A diferencia de como funcionan en la Argentina, en Brasil y en Canadá, las rotondas de Cuba presentan la particularidad de que el automovilista que ingresa a la rotonda tiene prioridad con respecto al que ya está adentro, lo cual genera algunas complicaciones hasta que uno se acostumbra a ese uso. Pero en todos estos países, al igual que en Angola, donde también viví, funcionan como complejos viales para ordenar el tránsito que obligan al conductor a disminuir la velocidad. Y en ninguno de estos países vi rotondas que estuvieran semaforizadas.

Los españoles, respetuosos.-Fabián Giménez, sacerdote tucumano que pasa una temporada en Madrid. “ En el tráfico de España se observa un gran respeto. Tiene prioridad el que está dentro de la rotonda. Y eso se respeta a rajatabla. Esa educación se consiguió a fuerza de multas. Hay varitas y hay cámaras controlando la cuestión. A veces se forman colas, pero se respeta que pase primero el que está dentro de la rotonda, y recién después los que van ingresando. Por eso me parece una locura ponerle semáforos a una rotonda. Ahora estoy viviendo en Majadahonda, a unos 20 minutos de Madrid, y aquí no hay semáforos: todas las calles tienen rotondas”. 

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En México hay semáforos en algunas glorietas- Las glorietas en México funcionan básicamente como las rotondas en Argentina. Se usa para derivar correctamente autos en los cruces de dos o más vialidades (calles) importantes. Eso sí: aquí el uso correcto depende del automovilista y el tráfico es muy intenso. Desafortunadamente, no siempre se respeta la regla de respetar al que tiene prioridad. Sí hay en México glorietas a las cuales les han puesto semáforos. En algunos casos se ordena el tráfico, mientras que en otros les quitan dinamismo, cuenta Roberto Muñiz, desde Ciudad de México.

En Berlín combinan rotondas con semáforos- Carlos Würschmidt, ingeniero tucumano que vive en Berlín, cuenta cómo funciona en esa ciudad alemana: “Aquí hay rotondas y funcionan bien. Todos saben que la preferencia la tiene quien circula por la rotonda. Se respeta la preferencia. Hay que tener mucha paciencia. Aquí es una combinación de rotonda y semáforos. Por ejemplo, en donde está la Columna de la Victoria, Siegessäule. Rotondas sin semáforos hay en ciudades chicas y en pueblos. Los semáforos permiten que la rotonda funcione mejor cuando tienen cuatro vías o más. En las grandes rotondas en Berlín funciona bien. La rotonda sola funciona cuando son una o dos vías. Cuando fallan los semáforos, el tránsito se ordena mejor cuando hay rotonda. Me parece que el problema de algunas rotondas en la Argentina es que los autos no llegan a “circular” por la rotonda sino que tratan de pasar derecho.

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