Las empresas de software les pisan los talones a los estudiantes para que se reciban

Las empresas de software les pisan los talones a los estudiantes para que se reciban

A mediados de 2016 el déficit de programadores en el país ya superaba los 7.500, y Tucumán no escapa a esa situación.

LAS VENTAJAS. El ambiente laboral amable se suma a la flexibilidad horaria de un sector en plena expansión. LA GACETA  /  FOTOS DE OSVALDO RIPOLL.- LAS VENTAJAS. El ambiente laboral amable se suma a la flexibilidad horaria de un sector en plena expansión. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL.-
24 Noviembre 2016
Paradoja: mientras el desempleo trepó hasta casi el 10% de la población (y los jóvenes son las víctimas más graves), un sector importante del mercado demanda mano de obra urgente y no la consigue: nada menos que el área de la informática. Firmas que pensaban radicarse en Tucumán desistieron por falta de recursos humanos (necesitaban cerca de 600 desarrolladores); otras, ya instaladas, no tienen cómo cubrir el bache.

Juan Pablo Pepe, programador universitario (es docente en la Facultad, pero también trabaja free lance), lo vive con entusiasmo: “en los últimos meses me ofrecieron tres trabajos y tuve que rechazarlos. En medio de la crisis, a los desarrolladores de software el trabajo nos sobra”, reconoce... y se alegra.

Los empresarios tucumanos, en cambio, están preocupados: “el software ocupa el tercer lugar de las exportaciones argentinas; el 50% va a EE.UU., y no podemos producir más por falta de personal”, resalta Hugo Terán, de Info Manager, una de las 30 empresas productoras de software en Tucumán. “Durante años nos hemos ‘robado’ los desarrolladores unos a otros. Pero este ‘canibalismo’ no soluciona el problema, así que nos pusimos a buscar alternativas”, cuenta Alejandro Páez, de Censys.

No es sólo una cuestión local: en el país faltan unos 7.500 desarrolladores y la situación, ya crítica, se profundiza. “La tendencia no se va a revertir, pues la demanda nunca estará satisfecha”, advierte Elia Álvarez, de la filial Tucumán de Everis.

“Es un fenómeno mundial; lo vivimos en todas partes”, reafirma Leandro Parache, y sabe de qué habla: representa a Globant, uno de los cuatro “unicornios” argentinos (empresas de más de 1.000 millones de dólares que cotizan internacionalmente en Bolsa).

La búsqueda de soluciones llevó a los empresarios a imaginar mil y una maneras de lograr capacitación urgente y promover alfabetización digital en todos los niveles de formación. Una de esas maneras fue acercarse a la Facultad de Ciencias Exactas de la UNT (Facet), que relanzó la tecnicatura Programador Universitario con un esquema que facilite la salida laboral en plazos breves.

“El trabajo conjunto con las empresas, que nos permite retroalimentarnos, es inédito”, reconoció María Eugenia Marquetti, docente y encargada del área de Comunicaciones de la Facet.

La retroalimentación entre mercado y educación es fundamental. “En la formación académica, al menos en áreas como la tecnología, la actualización debe ser permanente”, destaca Matías Aybar, programador de Globant. Cuenta que cursa su carrera de Ingeniería, pero que Google es también muy buen maestro.

“Muchas veces he apelado a Internet para resolver cuestiones concretas... y allí el inglés es una herramienta básica. También lo es -y se incrementará- para el trato con los clientes, que cada vez más son internacionales”, advierte.

Algunas de las ventajas
“Muchos de nuestros clientes están en el extranjero -destaca Parache-, de modo que gracias al trabajo nuestra gente viaja y conoce otros lugares y recibe actualización constante...”.

“Como se trabaja por objetivos los horarios son flexibles; basta con que cada uno sea suficientemente profesional para manejar sus tiempos”, añade Terán.

“El ambiente es relajado: cuando me canso, juego un partido de ping pong... o me voy a andar en bici -agrega Aybar-. ¡Está bueno esto!”.

Ocupación inmediatala
La demanda es enorme y seguirá creciendo
En Tucumán 30 empresas productoras de software necesitan con urgencia mano de obra calificada. Según información de la Cámara de la Industria Argentina del Software, el desarrollador de aplicaciones es el perfil más requerido (el 86% de las empresas buscaron ocupar esta posición), y también uno de los más difíciles de conseguir (el 66% de las empresas reconoció alta dificultad).

Salario y clima laboral
Capacitaciones y gente “copada”
El mercado te espera con los brazos abiertos y muy buenas perspectivas: un programador junior cobra unos $13.000 por mes, y ese no es el único de los encantos. “El ambiente laboral es agradable y flexible”, cuenta Gabriel Gómez Graciano, de Censys. “Trabajás con gente ‘copada’”, añade Matías Aybar, de Globant. “Las capacitaciones corren por cuenta de la empresa”, agrega Matías Díaz Linares.

Oficio Ideal para mujeres
En Tucumán son casi el 40% de los empleados
“En su mayoría, los grupos están a cargo de mujeres; son más detallistas, ordenadas, observadoras; manejan mejor las relaciones entre personas...”, resalta Alejandro Páez, de Censys. Margarita Córdoba, gestora de proyectos, destaca que la maternidad en este tipo de trabajo no es un problema. “Es tan sencillo como habilitarle a la mamá un enlace remoto para que pueda trabajar desde su casa”, destaca.

En la UNT y en la UTN dictan tecnicaturas en programación
“El programador construye el código gracias al cual, por ejemplo, ponés tu clave y el cajero automático te entrega plata. O manejás tu cuenta bancaria desde la computadora”, explica Alejandro Páez, responsable de un gran equipo de programadores en Tucumán. “Y ese código se transforma en algo visible, y entonces tenés, por ejemplo, un sitio web”, añade Matías Aybar, desarrollador. Esas y otras habilidades (construcción de bases de datos, diseño de sistemas) podés aprender en la tecnicatura Programador Universitario que dicta la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología (Facet): una profesión con salida laboral inmediata (hay un gran déficit de programadores en todo el país) con salarios iniciales que rondan los $13.000.

“La edad no es un impedimento; los equipos de trabajo conjugan muy bien la velocidad de aprendizaje de los más jóvenes con la experiencia y la reflexión de los mayores”, destaca Páez.

“La tecnicatura dura tres años, pero -según acordamos con los productores de software- los estudiantes pueden empezar a trabajar terminado el segundo; y también la posibilidad de hacer prácticas rentadas”, informa Ricardo García, director de la carrera.

“Es una carrera muy práctica; uno viene de no saber nada y se programa desde el inicio. Primero aprendés los métodos más usados para programación y codificación. Más adelante, conocés modos de optimización de códigos, formas distintas de programar y de manejar datos, etcétera”, cuenta Nicolás Quintana, que está cursando la carrera.

Creatividad
“Desarrollar software es un trabajo dinámico, creativo e innovador... y la demanda no viene sólo de empresas específicas. Los desarrolladores no sólo son necesarios en las áreas específicamente dedicadas al software, sino también otras grandes industrias: empresas agrarias, citrícolas, ingenios. Además es una disciplina que muchísimos egresados ejercen en forma autónoma”, destaca la profesora Lía Torres Auad.

“La tecnicatura permite lograr, en plazos breves, una profesión creativa, rentable y en situación de plano empleo -señala la profesora María Eugenia Marquetti-. Nuestra apuesta, trabajando junto con las empresas, es estimular el ingreso. Muchos chicos siguen optando por las carreras tradicionales porque desconocen las oportunidades que brinda la tecnicatura”.

En la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) se dicta la Tecnicatura Superior en Programación, que también tiene un perfil meramente práctico y está pensada para una rápida salida laboral. En este caso la carrera dura dos años, y otra de las diferencias es que es arancelada: el año que viene la cuota costará cerca de $1.900.

Toda la información de las inscripciones y examenes niveladores en www.facet.unt.edu.ar y en www.frt.utn.edu.ar.

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