Por Gustavo Frías Silva
30 Julio 2016
El HLB y la confirmación de la gran cantidad de casos positivos que se dieron en la provincia de Misiones, confirmados por el Senasa, hizo que todos los estamentos involucrados en la producción citrícola, tanto privada como estatal, se movilizaran para reunirse y tratar de generar estrategias posibles de aplicación, para evitar la propagación de esta temible enfermedad en la provincia misionera y que la bacteria se disemine a otras zonas lindantes y regiones productivas del país más alejadas.
La presencia de la enfermedad en una provincia del Litoral argentino movilizó a la autoridad nacional para realizar diversos procedimientos, para eliminar las plantas positivas y para monitorear todas las plantas adyacentes con la finalidad de conocer con profundidad cuál es la real situación de la quinta afectadas y de aquellas vecinas, para que, si es necesario, continuar con el procedimientos de erradicación y destrucción de las plantas afectadas por el “Dragón Amarillo”.
La presencia de la bacteria en Misiones permitió movilizar a los distintos sectores y, a la vez, juntarlos para tirar juntos de la misma carreta.
La semana pasada, técnicos vinculados al Senasa nacional, regional, a los técnicos del gobierno de las provincias del NOA y técnicos y encargados de quintas de productores estuvieron en la zona afectada, conociendo las plantas afectadas y monitoreando las quintas en procura de capacitarse en la identificación de la sintomatología de la enfermedad.
El Gobierno provincial también se movió de acuerdo a la urgencia, al igual que los organismos de la Nación, y generaron diversas reuniones en conjunto para analizar y gestionar diversas acciones, para evitar que el mal llegue a nuestra provincia o que si llega, sea lo más tarde posible.
Sin duda que los mecanismos del Estado están funcionando como corresponde, a pesar de que a veces se requiere más rapidez en la toma de decisiones, ya que bajo la coordinación del Senasa y de los apoyos de los gobiernos provinciales y de Afinoa, continuaron los procedimientos para que se cumpla la normativa vigente que maneja el Programa Nacional de Prevención del HLB.
Los decomisos de fruta, envases, plantas o cualquier órgano vegetativo que no cumpla con las normas deben ser permanentes, pero sobre todo darse a conocer: primero, para que se sepa en que se está trabajando, pero también para disuadir a los que no cumplen las reglas, ya que la transgresión hace que pierdan el producto con los gastos que generaron, y se expongan a multas y sanciones. La lucha para evitar el desembarco del HLB debe ser permanente y acompañado por el sector productivo, realizando acciones que sirvan para evitar que la enfermedad aparezca, pero sobre todo apoyando las iniciativas del Estado y cumpliendo con las normas.
Los monitoreos que se realizan en quintas privadas y en zonas públicas por parte del Estado y algunos productores, deben incrementarse, además de que todos los agricultores colaboren para que haya más lecturas de trampas del vector.
Los organismos de control e investigación ya informaron de las diversas labores que se han realizado, como el monitoreo de fincas con más de 1 millón de observaciones, más de 15.000 análisis de material sospechoso de la enfermedad que dieron negativo y se colocaron más de 4.000 trampas del insecto vector en Tucumán y en el sur de Salta.
Sin duda que hay mucho por hacer, sobre todo fortaleciendo los controles en rutas de acceso y en diferentes caminos de la provincia, para evitar que los infractores e irresponsables sigan haciendo de las suyas, perjudicando a una actividad que tiene mucho que perder si aparece la enfermedad.
Es por ello que todo lo que se haga referido a cuestiones técnicas y políticas debe ir acompañado de un adecuado programa de comunicación, para generar conciencia en toda la población. Todos somos responsables y podemos evitar que el HLB ingrese a nuestra provincia y región y afecte a la actividad como lo viene haciendo en diversas partes del mundo.
Esta enfermedad afecta a todos y nos incluye, ya que los primeros síntomas se detectaron en las viviendas de particulares en donde se encontraron los primeros casos de HLB en los países infectados; luego, el insecto vector y la enfermedad llegaron a los campos.
El Gobierno Nacional y las Provincias vienen trabajando en los aspectos técnicos que permitan tener herramientas legales de control y ejecución que eviten que el HLB prospere en donde ahora está presente (Misiones) y que no aparezca en donde no está. El trabajo a seguir nunca será suficiente para evitar el ingreso del HLB en nuestras zonas productivas, y los costos de la implementación de cualquier medida que nos prevenga, nunca serán tan grandes como los daños que generaran. De esto deben ser conscientes el Estado y el sector privado para trabajar juntos en una dura batalla.
La presencia de la enfermedad en una provincia del Litoral argentino movilizó a la autoridad nacional para realizar diversos procedimientos, para eliminar las plantas positivas y para monitorear todas las plantas adyacentes con la finalidad de conocer con profundidad cuál es la real situación de la quinta afectadas y de aquellas vecinas, para que, si es necesario, continuar con el procedimientos de erradicación y destrucción de las plantas afectadas por el “Dragón Amarillo”.
La presencia de la bacteria en Misiones permitió movilizar a los distintos sectores y, a la vez, juntarlos para tirar juntos de la misma carreta.
La semana pasada, técnicos vinculados al Senasa nacional, regional, a los técnicos del gobierno de las provincias del NOA y técnicos y encargados de quintas de productores estuvieron en la zona afectada, conociendo las plantas afectadas y monitoreando las quintas en procura de capacitarse en la identificación de la sintomatología de la enfermedad.
El Gobierno provincial también se movió de acuerdo a la urgencia, al igual que los organismos de la Nación, y generaron diversas reuniones en conjunto para analizar y gestionar diversas acciones, para evitar que el mal llegue a nuestra provincia o que si llega, sea lo más tarde posible.
Sin duda que los mecanismos del Estado están funcionando como corresponde, a pesar de que a veces se requiere más rapidez en la toma de decisiones, ya que bajo la coordinación del Senasa y de los apoyos de los gobiernos provinciales y de Afinoa, continuaron los procedimientos para que se cumpla la normativa vigente que maneja el Programa Nacional de Prevención del HLB.
Los decomisos de fruta, envases, plantas o cualquier órgano vegetativo que no cumpla con las normas deben ser permanentes, pero sobre todo darse a conocer: primero, para que se sepa en que se está trabajando, pero también para disuadir a los que no cumplen las reglas, ya que la transgresión hace que pierdan el producto con los gastos que generaron, y se expongan a multas y sanciones. La lucha para evitar el desembarco del HLB debe ser permanente y acompañado por el sector productivo, realizando acciones que sirvan para evitar que la enfermedad aparezca, pero sobre todo apoyando las iniciativas del Estado y cumpliendo con las normas.
Los monitoreos que se realizan en quintas privadas y en zonas públicas por parte del Estado y algunos productores, deben incrementarse, además de que todos los agricultores colaboren para que haya más lecturas de trampas del vector.
Los organismos de control e investigación ya informaron de las diversas labores que se han realizado, como el monitoreo de fincas con más de 1 millón de observaciones, más de 15.000 análisis de material sospechoso de la enfermedad que dieron negativo y se colocaron más de 4.000 trampas del insecto vector en Tucumán y en el sur de Salta.
Sin duda que hay mucho por hacer, sobre todo fortaleciendo los controles en rutas de acceso y en diferentes caminos de la provincia, para evitar que los infractores e irresponsables sigan haciendo de las suyas, perjudicando a una actividad que tiene mucho que perder si aparece la enfermedad.
Es por ello que todo lo que se haga referido a cuestiones técnicas y políticas debe ir acompañado de un adecuado programa de comunicación, para generar conciencia en toda la población. Todos somos responsables y podemos evitar que el HLB ingrese a nuestra provincia y región y afecte a la actividad como lo viene haciendo en diversas partes del mundo.
Esta enfermedad afecta a todos y nos incluye, ya que los primeros síntomas se detectaron en las viviendas de particulares en donde se encontraron los primeros casos de HLB en los países infectados; luego, el insecto vector y la enfermedad llegaron a los campos.
El Gobierno Nacional y las Provincias vienen trabajando en los aspectos técnicos que permitan tener herramientas legales de control y ejecución que eviten que el HLB prospere en donde ahora está presente (Misiones) y que no aparezca en donde no está. El trabajo a seguir nunca será suficiente para evitar el ingreso del HLB en nuestras zonas productivas, y los costos de la implementación de cualquier medida que nos prevenga, nunca serán tan grandes como los daños que generaran. De esto deben ser conscientes el Estado y el sector privado para trabajar juntos en una dura batalla.
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