Una mujer asumió el rol de investigadora para ubicar al conductor que arrolló y mató a su esposo

Una mujer asumió el rol de investigadora para ubicar al conductor que arrolló y mató a su esposo

Junto a sus hijos, no sólo encontró un testimonio clave para descifrar el caso, sino que además recorre las calles en busca de nuevos indicios. El canillita fue atropellado el 9 de julio en Mendoza y Lucas Córdoba y falleció el 4 de agosto. “Espero que alguien, al leer esta historia, se quiebre e identifique al conductor que asesinó a mi marido”, dijo Mónica López.

NO BAJAN LOS BRAZOS. Mónica López y sus hijos están realizando un arduo trabajo para encontrar al hombre que atropelló al canillita el 9 de julio. NO BAJAN LOS BRAZOS. Mónica López y sus hijos están realizando un arduo trabajo para encontrar al hombre que atropelló al canillita el 9 de julio.
06 Diciembre 2015

“Lo único que me pregunto es cómo esta persona puede seguir durmiendo después de lo que hizo. Creo que nunca encontrará la paz interna”, dice Mónica López con la voz entrecortada. Ella es la esposa de Antonio Nacchio, el canillita que fue atropellado y abandonado por el conductor de una Toyota Hilux blanca el 9 de julio y casi un mes después falleció.

La mujer, con los ojos llenos de lágrimas, de a poco reconstruye el dramático caso que no tuvo repercusión mediática. “Él fue arrollado en la esquina de Mendoza y Lucas Córdoba cuando estaba repartiendo diarios y lo dejaron abandonado. Fue llevado al hospital Padilla y de ahí lo trasladamos a un sanatorio para que lo atendieran porque tenía graves heridas en la cabeza, en la caja toráxica y en sus piernas. Lo operaron, pero ingresó en un estado de coma del que no salió más. Murió el 4 de agosto”, relató con la voz entrecortada.

López contó que, pese a todos los sufrimientos, la familia nunca bajó los brazos. Mientras rezaban por la recuperación de Nacchio, buscaban datos para tratar de identificar al conductor que lo había atropellado. “Sabíamos que alguien debería haber visto algo. Nos cansamos de recorrer el barrio hasta que un verdulero nos contó que, por un comentario que había hecho una clienta, un menor había presenciado el accidente. Lo buscamos un montón hasta que dimos con el chico”, confió.

El testigo era un adolescente que esperaba que un amigo y su padre lo llevaran a una carrera de mountain bike. “Lo primero que me dijo fue que era una Hilux blanca. Después que venía muy fuerte y que luego de chocar a Antonio huyó por Mendoza. Me contó que intentaron perseguirlo, pero nunca lo pudieron alcanzar para al menos tomarle la chapa patente”, explica.

Notable giro

La mujer es muy precisa con su relato. Con ese dato recuperaron las esperanzas de encontrar al culpable. “Los testigos no tuvieron problemas en presentarse en la fiscalía a declarar lo mismo. El fiscal (Washigton) Navarro Dávila pidió las imágenes de de las cámaras de seguridad de la zona. No se ve el momento del accidente, pero sí se observa a la camioneta huyendo. Lamentablemente no se pudo descifrar el dominio”, relató en la charla que mantuvo con LA GACETA.

López tiene una carpeta que atesora como si fuera su vida. Allí tiene una colección de fotos de camionetas blancas que fue recolectando en todo tiempo. “Decidimos hacer este trabajo con la idea de que algún día sirva de prueba. Lo hicimos gracias al aporte de mucha gente. Parientes, conocidos y allegados nos llamaban para decirnos que en tal lado había un vehículo de esas características y le sacábamos fotos. Otros directamente nos enviaban imágenes”, aseguró.

Durante la charla también contó que no está dispuesta a rendirse y que acaba de cambiar de abogado. “Nuestra nueva patrocinante, fue clara: mientras no identifiquemos al conductor será muy difícil llegar a buen puerto. Pero para eso estamos trabajando. Queremos colaborar con el fiscal que está haciendo todo lo posible para esclarecer el accidente”, reconoció.

Orgullo

La esposa del canillita no está sola en esta lucha. La acompañan sus hijos Renzo, Constanza, Rodrigo y Javier. “La muerte de Antonio nos cambió la vida a todos. Él estudiaba ingeniería, pero abrazó su profesión para mantener a la familia. Él estaría muy orgulloso de ellos por todo lo que están haciendo”, dijo. Y dentro de lo que “están haciendo” figura una campaña de concientización. “Desde que fue internado, todos los días hasta su muerte le sacábamos una foto para hacer una composición. Es muy dura, pero es la única manera que la gente entienda el daño que puede hacer”, destacó.

La mujer cuenta que no se conmueve con el caso del canillita Raúl Pucheta, ni con el del cartero Lucas Gutiérrez o de los chicos de Los Sosa. Todos fueron arrollados por conductores que huyeron después de haber asesinado. “Me dan más fuerza de seguir adelante para esclarecer. Tengo la esperanza de que algún día, al enterarse de esta historia, alguien aporte datos fundamentales para saber quién mató a mi esposo. Creo que nosotros y el que lo hizo, encontraremos la paz que tanto buscamos”, concluyó.

Punto de vista - Elina Marchese (Lucha por la seguridad vial)

Diferentes papeles

En realidad los familiares que peleamos por Justicia no sólo nos transformamos en investigadores, sino también en abogados y especialistas en pericias. La tarea que se desarrolla esta mujer es igual de conmovedora que la de todos aquellos que pelean para que este tipo de hechos no se repitan nunca más. Pero lo más importante es que haya encontrado una buena predisposición por parte del fiscal que investiga el caso.

Es cierto que en los últimos tiempos se produjeron muchos casos de personas que huyen después de haber atropellado y matado a gente. Pero también es muy positivo que los fiscales los hayan imputado de homicidio con dolo eventual. Sin embargo, los acusados están muy lejos de que se soliciten que sean enjuiciados y condenados por esas imputaciones.

En la Justicia existe el preconcepto que el conductor que atropelló y le arrebató la vida a otra persona nunca tuvo intenciones de matar. Sin embargo, circular a más de 140 kilómetros por hora, manejar alcoholizado y pasar un semáforo en rojo son algunas señales de que ese tipo de conductores no tienen la más mínima intención de respetar la vida de los demás. Ni hablar de aquellos que huyen. Si no tienen la valentía de afrontar el problema que generaron, muchos menos lo harán con la Justicia.

Todo lo que se haga para que se deje de considerar como muertes de segunda a las víctimas fatales de accidente será muy bueno. A ningún familiar le gusta transformarse en abogado ni perito para lograr y mucho menos, una líder en la lucha por la seguridad vial. Sólo queremos que se haga Justicia.

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