Lo asaltaron, sufrió un paro cardíaco y murió en la calle

Lo asaltaron, sufrió un paro cardíaco y murió en la calle

El trágico caso ocurrió en La Costanera.

SINCERO. El clamor permanente de las familias es parar esta corriente de muertes, manifestó el padre Melitón Chávez. SINCERO. "El clamor permanente de las familias es parar esta corriente de muertes", manifestó el padre Melitón Chávez.
05 Octubre 2015
José Francisco Portillo no logró llegar a la casa de su hijo. Le habían sacado una bolsa en la que llevaba carne, y trató de perseguir a los ladrones. Se agotó, quiso llegar hasta la vivienda de su hijo y cayó desvanecido. Había sufrido un paro cardíaco.

El hombre de 58 años sufrió el robo ayer a las 9.30, informaron fuentes policiales. Vivía en Yamandú Rodríguez al 700, y cuando le quitaron la bolsa empezó a correr detrás de los ladrones, quienes huyeron hacia el río Salí. Cerca de la casa de su hijo, Portillo se desvaneció. Un móvil del 911 que había acudido al lugar lo llevó al hospital Padilla, pero llegó sin vida.

“Tengo entendido que el hombre era vendedor ambulante y estaba por ir a trabajar cuando le robaron”, comentó el cura Melitón Chávez, vicario de la Solidaridad y párroco de El Salvador.

“Lamentablemente, estas son situaciones comunes. Hace una semana pasaron dos hechos muy dolorosos de los chicos que murieron atropellados, aparentemente cuando querían robar”, comentó el sacerdote.

El padre Melitón relató que la bolsa que le habían robado a Portillo, se la devolvieron más tarde a sus familiares. “Los chicos que le robaron son de la zona. Al enterarse de lo que había pasado, y como la Policía estaba haciendo procedimientos, los padres entregaron la bolsa”, informó.

“El problema es que siempre se hacen cosas después que pasan estos hechos. Estas muertes no tienen que quedar invisibles, no es para escrachar a un barrio o a una persona, sino para que se conozca lo que está pasando y que alguien haga algo”, consideró el religioso.

Los integrantes de la comunidad de la Costanera se habían acercado ayer al párroco para contarle lo que había sucedido, y pedirle que interceda ante las autoridades para que se contemplen las situaciones que viven. “Las familias se sienten impotentes. El clamor permanente de ellos es parar esta corriente de muertes”, afirmó.

“Lo que ocurre en La Costanera es un desastre humanitario. Son muchas las muertes que ya ocurrieron y es mucha la muerte que camina por la calle. Es cierto que se están realizando acciones en el barrio para ayudar a los adictos. Pero hay cosas que ni los curas ni nadie puede hacer: el único que puede combatir la venta de droga es el Estado”, había manifestado hace una semana.

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