“El 50% de las patologías de pacientes geriátricos está causado por remedios”

“El 50% de las patologías de pacientes geriátricos está causado por remedios”

La presidenta de la Sociedad de Geriatría de Tucumán alertó sobre los enormes riesgos de la polifarmacia. Los adultos mayores toman más de nueve remedios diarios

UN ARMA DE DOBLE FILO. Sin bien los medicamentos tienen un efecto terapéutico, usados sin control ni supervisión médica pueden ser nocivos.  UN ARMA DE DOBLE FILO. Sin bien los medicamentos tienen un efecto terapéutico, usados sin control ni supervisión médica pueden ser nocivos.
18 Agosto 2015
La cajita alargada que “vive” sobre la mesa es la prueba: cuatro hileras de siete compartimentos llenos de pastillitas de formas, tamaños y colores variados. “¿Ya tomé las del desayuno?”, (se) pregunta la abuela, con frecuencia cuando ya son las 12 del día...

No se trata de un “caso real”. Es mucho más que eso: es lo que viven a diario muchísimos adultos mayores. Y es peligroso: “la tercera causa de internación de esos pacientes es la reacción adversa a los medicamentos. Y el 50% de las patologías de pacientes geriátricos está causado por remedios”, aseguró con gran contundencia a LA GACETA la gerontóloga Aurora Rueda, presidenta de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Tucumán. Y añadió: “la polimedicación es más grave que la misma enfermedad”.

La causa de ese peligro se llama “polipatología” (el hecho de que un paciente mayor en general sufre simultáneamente diferentes enfermedades) y genera la “polifarmacia”: es decir, la prescripción de un sinnúmero de medicamentos. Dos datos que aporta la agencia Télam son trascendentes: según la Organización Mundial de la Salud, alrededor del 50 % de los medicamentos se prescribe, administra o vende inapropiadamente, y el 50 % de los pacientes no los toma de manera adecuada. Por otra parte, el médico geriatra Moisés Schapira, docente de la UBA, informó que un estudio realizado con más de 1.000 pacientes en PAMI arrojó que cada uno recibía un promedio 9,6 medicamentos a la vez.

“Es común que cada afección se trate por separado -afirmó Schapira-: el cardiólogo se ocupa de tratar los problemas del corazón, pero no de las interacciones de los medicamentos que él prescribe con los que recetaron el neurólogo o el endocrinólogo, por ejemplo”. “El paciente muchas veces consulta especialistas sin la coordinación de un médico clínico; es decir, sin la supervisión de quien puede tener una mirada integradora”, añadió. “Muchos medicamentos tienen efectos contrapuestos y esto puede generar un efecto cascada”, advirtió.

Información centralizada

“El sistema falla en la coordinación de las acciones médicas -aseguró Rueda-. Por eso la figura del médico de cabecera y/o del gerontólogo son fundamentales. Y ellos, a su vez, deben informar y coordinar con los familiares

“Cada vez que cualquier médico receta debería saber qué es lo que toma el paciente; corroborar que no esté tomando una droga para los mismos objetivos y ajustar dosis, y estar atento a las interacciones con otras”, advirtió por su parte la geriatra Cynthia Mariñansky, directora de la Escuela de Ciencias del Envejecimiento de la Universidad Maimónides, de Buenos Aires.

Cecilia Castro es licenciada en Enfermería y se dedica desde hace muchos años a cuidar pacientes geriátricos. “El médico cabecera del PAMI cumple, en teoría, la función de coordinar el tratamiento. Pero muchas veces deriva a un especialista, y luego no recaba la información de esa consulta. Y en el resto del sistema, conseguir un médico generalista es poco menos que imposible”, aseguró. Le preocupan los adultos mayores que son responsables de su propia medicación. “Se corren hasta de sobredosis; muchos no recuerdan si los tomaron o no”, advirtió. Y señaló que también hay que tener en cuenta la relación con los alimentos. “Algunos se deben tomar con las comidas; otros, todo lo contrario”, advirtió.

Los remedios son nocivos

Otro de los problemas serios -explicó Rueda- es que en el imaginario cultural circula una concepción mágica del medicamento, una ecuación mítica: “a más pastillas, más salud”. “Es más -añadió-: muchos pacientes presionan al profesional para que los medique; ¡se enojan si no ocurre y cambian de médico! Siempre hay que pensar que si bien el medicamento tiene un efecto terapéutico, en general, y especialmente sin control, es al mismo tiempo nocivo para otras funciones del cuerpo. Grandes médicos, como Gregorio Marañón e Hipócrates, los consideraba simplemente un veneno”.

A eso se agrega -coinciden en afirmar Rueda y Castro- la gran accesibilidad de los remedios, que muchas veces deriva en automedicación.

“Las farmacias venden sin exigir recetas y los pacientes compran por recomendación de amigos”, resaló Castro. “Y muchas veces, no respetan las indicaciones del médico: lo prescrito para una crisis, se sigue tomando indefinidamente sin ningún tipo de control”, añadió Rueda.

“Los riesgos de intoxicación son altos -advirtió por su parte Ana Bosio de Baldoni, presidenta de la Asociación de Lucha contra a el Mal de Alzheimer, que estuvo en Tucumán para dictar una conferencia en la Fundación León-. Se agravan con la tenencia a la automedicación y pueden generar síntomas semejantes a los de las demencias”.

Cómo prevenir

Además de centralizar la información -esto significa que cada vez que un especialista recomiende una droga consulte con el médico de cabecera, se recomienda hacer un listado claro de los días y los horarios en que debe tomarse cada remedio. “Hacer fotocopias de la lista y pegarlas en los ambientes de la casa y en lugares de visita frecuentes (la heladera, la mesa de luz, el mueble del televisor, entre otros) es una buena alternativa”, sugirió Schapira. “Y es importante que si el médico decide discontinuar alguno de los fármacos, el paciente se deshaga de él, para evitar confusiones”. añadió.

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