En el Gran San Miguel de Tucumán, recargar la tarjeta de colectivos es un dolor de cabeza

En el Gran San Miguel de Tucumán, recargar la tarjeta de colectivos es un dolor de cabeza

Si bien hay 369 puntos para cargar saldo, entre Lomas de Tafí, San Pablo, Alderetes, Las Talitas, Colombres, Lules y Yerba Buena hay menos de 30 lugares.

CRÉDITO/ FLORENCIA ZURITA CRÉDITO/ FLORENCIA ZURITA
13 Agosto 2015

"¿Alguien puede pagarme el viaje?" Esa pregunta se ha vuelto común en los colectivos urbanos e interurbanos, cuando un usuairo sube a un ómnibus y el saldo de la tarjeta Ciudadana o Metropolitana no alcanza para pagar el viaje. El motivo no responde a un simple descuido sino a las complicaciones para encontrar donde recargar el plástico fuera del centro de San Miguel de Tucumán, situación que se generaliza en muchas barriadas de la capital y en algunas localidades del Gran San Miguel de Tucumán.

A casi un año de la puesta en vigencia de la Metropolitana, el sistema de pago para las 25 líneas de colectivos interurbanas (100 al 142), muchos usuarios aún reclaman por la falta de puntos donde cargar crédito. Si bien hay 369 puntos de recarga, según los listados de las páginas oficiales de la tarjeta Metropolitana y Ciudadana (con 147 y 222 puntos de carga, respectivamente), algunas localidades fueron menos favorecidas con la distribución: en Lomas de Tafí hay 3 lugares donde recargar, en Yerba Buena 12, en San Pablo tres, en Alderetes tres, Las Talitas cinco, mientras que en Colombres y en Lules sólo hay un lugar. Por la concentración de puntos de venta en el centro de la capital, muchos se acostumbraron a buscar la recarga dentro de las cuatro avenidas. Vecinos de Lomas, de Yerba Buena y de San Pablo, charlaron con LA GACETA sobre los problemas que padecen a la hora de recargar sus tarjetas fuera del centro de la capital.

En el megabarrio, de 5.000 viviendas, sólo hay tres lugares donde recargar saldo para viajar en colectivo: en la sub agencia de Quiniela ubicada en la manzana 1, lote 3, casa 8, sector 8; en la sub agencia ubicada en Lomas 600, manzana 28, casa 30 (entre Hugo Gelsi y Contino), y el polirubro El Porvenir, en Rosario T. Vildoza y avenida José Manuel Raya. Dependiendo del sector del barrio, algunos pueden cargar saldo en Viamonte y Francisco de Aguirre, en Emilio Castelar al 2.600, y en Bulnes y Ramiro de Velazco. El viaje entre Lomas y San Miguel de Tucumán cuesta $5.20.



Refugiada de la lluvia bajo la copa despoblada de un árbol, Mariana Zelaya esperaba el 142 sobre avenida Raya al 700. Llevaba un buen rato esperando el colectivo, contó, para regresar a su casa, en el sector 16 de Lomas, luego de atenderse con un odontólogo."Los problemas acá con los colectivos son la falta de refugios, la frecuencia irregular y la falta de lugares donde cargar la tarjeta. Además, no tenemos líneas que nos lleven hasta Tafí Viejo de manera directa. Si queremos viajar a hasta allá tenemos que caminar hasta la diagonal Leccese para viajar Tafí Viejo", comentó la estudiante de Instrumentación Quirúrgica.  

¿Qué pasa si subís al colectivo y no tenés crédito para pagar el viaje?, se le consultó: "tenés que rogar que alguien te preste la tarjeta o que el chofer te lleve hasta un lugar donde se pueda recargar. Hay que estar atento para que nunca falten $15 de saldo". Si las anteriores fallan, hay que buscar otro medio de transporte. 

Caminando por Juan Manuel Fangio, entre charcos de agua de la vereda, Roxana y Tania se acompañaban para hacer las compras. Coincidieron en los reclamos para con el transporte público de Zelaya. "Uh, querido. Acá los colectivos son como los antibióticos: uno cada ocho horas", dijo Tania con ironía, mientras acomodaba los varillas de su paraguas. "Hay que tener la precaución de cargar siempre que se pueda la tarjeta, para que no te sorprendas sin saldo. Encima con la Metropolitana no podemos usar el 'saldo negativo', como con la Ciudadana. Con la falta de refugios pasa algo gracioso: hay algunos instalados donde no hay paradas, porque modificaron el recorrido", comentó Roxana.

Para otros, la solución es tener una tarjeta extra a disposición. "Mi señora y mi hija tienen sus tarjetas, y además hay una tercera en casa, de 'repuesto'", explicó Federico Dorrhofer. Según el hombre, la frecuencia obliga a esperar un mínimo de 20 minutos, aunque el problema que le preocupa es la falta de líneas que conecten de manera directa al megabarrio con otras ciudades, como Yerba Buena, Tafí Viejo o Villa Carmela. "El 100 te lleva hasta Yerba Buena, pero pasa cada hora. Ningún 131 ingresa a Lomas y desde acá te lleva a Tafí. Faltan las conexiones de líneas de colectivos con las localidades cercanas. Viajar en colectivo implica perder el tiempo, porque hay que salir con mucha anticipación", completo el vecino.

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En Yerba Buena la situación es similar a Lomas. Para Romina, que esperaba el 100 junto a su hijo Franco en la avenida Aconquija al 1800, es fundamental estar atento y recargar continuamente. "En Yerba Buena hay más puntos para recargar, pero el calvario mío es esperar el 100", apreció la mamá, que vive en Lomas de Tafí. Frente a Romina, Rosa Beatriz iba a buscar a su hijo de la escuela Ignacio Thames. Si bien dijo estar acostumbrada a tener que estar siempre atenta al saldo de la Metropolitana, su reclamo iba en torno a la diferencia en el descuento del abono escolar primario en la Ciudad Jardín. "El descuento por el abono en una línea local es del 30%, cuando en cualquier colectivo de la capital el beneficio es del 65%. Eso es algo que nunca entenderé: si quieren que la gente viaje más en colectivo y menos en moto o en auto, deberían dar un mejor servicio, aumentar los beneficios y mejorar la frecuencia", demandó.

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En San Pablo, como el costo del pasaje supera los $7 pesos, varios usuarios afirmaron que la regla es llevar la cuenta de los viajes restantes con la Metropolitana. "Lo que me pasa a mí, como hago muchos trámites en la capital, es que hasta que los termino me pasó que hay kioscos que se quedan sin saldo. Estamos acostumbrados a padecer, porque siempre que se instala algo nuevo demora más en terminar de instalarse aquí", dijo Graciela Cruz, que vive en la localidad hace 40 años. 

La tarjeta Metropolitana fue presentada oficialmente el 29 de diciembre y, a ocho meses desde su puesta en vigencia, el principal problema de muchos usuarios es la falta de puntos donde recargarlas. 

Balance positivo

El presidente del consorcio de empresas de transporte Metropolitana S.A., Jorge Berreta, aclaró que el listado disponible en la página web tuvo modificaciones, pero que no se redujeron los puntos de venta. "En este momento estamos por reunirnos con el cuerpo directivo (de Metropolitana SA) para tomar cuenta del listado actualizado de puntos de venta y recarga. Hubo modificaciones y se reasignaron los pósnet (nombre del aparato para recargas) por la escasa demanda, para reubicarlos en en lugares donde los usuarios lo demandaban. En definitiva, no hay menos puntos de ventas, sino que los reasignamos a lugares estratégicos para beneficiar al usuario. Estamos trabajando en mejorar el sistema".


A ocho meses desde que se instaló el sistema de pago para las líneas interurbanas, Berreta calificó el balance en la puesta en vigencia de la tarjeta como "positivo". "Con algunas dificultades, el balance es altamente positivo. La tarjeta Metropolitana vino a complementar y a solucionar los problemas de la tarjeta ya existente, porque son compatibles. La integración de la Metropolitana vino a solucionar los problemas en muchos barrios, gracias a la compatibilidad con el sistema de las líneas urbanas. A las pruebas me remito: basta comparar los problemas en diciembre del año pasado con la realidad de hoy. Mejoraron las posibilidades para que el usuario compre y recargue la tarjeta. Ahora nos reuniremos para mejorar la calidad del usuario y que tenga un espectro amplio de recarga".

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