“Amores de zamba” del Mono Villafañe

“Amores de zamba” del Mono Villafañe

“Los tucumanos no tenemos necesidad de pedirle prestado nada a nadie”, sostiene el músico

RECORRIENDO CAMINOS. El Mono Villafañe estuvo recientemente en Buenos Aires, para presentar “Zafra”. la gaceta / foto de inés quinteros orio RECORRIENDO CAMINOS. El Mono Villafañe estuvo recientemente en Buenos Aires, para presentar “Zafra”. la gaceta / foto de inés quinteros orio
16 Julio 2014
ACTÚA HOY

• A las 21, en el teatro Alberdi (Crisóstomo Álvarez y Jujuy)


“Carretas cañeras cruzan la laguna,/el grillo a la luna le da su cantar,/y en los valles retumba mi caja:/canta con la zafra todo Tucumán”, comienza diciendo “Amores de zafra”, la composición del Chango Rodríguez de la cual el Mono Villafañe robó el título para bautizar su recital de hoy, en el teatro Alberdi y en el marco del XVI Julio Cultural de la Universidad Nacional de Tucumán.

El folclorista promete presentar un repertorio renovado y diferente del que desgrana en las peñas los fines de semana, pensando en el próximo disco que va a editar. “Cerca de la mitad de los temas son nuevos y al resto lo cantamos alguna vez, pero nunca fueron grabados”, explica en diálogo con LA GACETA.

- La zamba elegida para bautizar el espectáculo y muchas otras que cantás se centran en Tucumán. ¿Por qué esa elección, dentro de una variedad tan grande de autores?

- En su gran mayoría, prefiero temas tucumanos, porque tenemos poetas de la calidad de José Augusto Moreno, Lucho Hoyos o Rubén Cruz; porque acá nació la mejor cantante del mundo, como fue la negra Mercedes Sosa y acá vivió 15 años Atahualpa Yupanqui. No tenemos necesidad de pedirle prestado nada a nadie, y yo no puedo vivir lejos de esta tierra. Alguna vez estuvimos con Lucho en Berlín como un mes, y a los 10 días ya quería volverme a ver los cerros y comer una milanesa napolitana con papas.

- ¿Qué busca un artista al definir un repertorio?

- Para mí, cada zamba o chacarera que interpreto le debe dejar un mensaje a la gente, debe hacer pensar. Por ejemplo, ahora vamos a tocar un tema de un muchacho muy joven, Dardo Solórzano, que se llama “Legüero macho” y que encierra una gran sabiduría.

- Con el paso del tiempo, ¿estás buscando nuevos sonidos?

- Cada vez que toco, voy buscando un sonido que acompañe lo que interpreto, cualquiera sea el género que esté cantando. Pero la mayor propuesta es la música misma.

- ¿Hay suficiente apoyo estatal a los músicos tucumanos?

- Tengo claro que la cultura la hacemos entre todos, pero también se necesita mucha ayuda de todos para su crecimiento. Los medios de comunicación les están dando más espacio a los artistas locales, lo cual es excelente, y el Ente Cultural de Tucumán cambió un poco, pero todavía hace falta mucho más. Esta función la damos con el apoyo de la UNT, lo cual es muy bueno.

- ¿Qué cuestiones deberían cambiarse?

- El Estado, en sus diferentes organismos, tendría que darles espacio a los folcloristas tucumanos y a nadie más. El resto se vende solo a través de los discos y las propuestas comerciales. Por ejemplo, el festival de Amaicha es una fiesta que se hace sola, porque la gente llena el lugar para escuchar a los copleros. No hace falta que se contrate a músicos de afuera.

- Tu nombre no aparece habitualmente en los festivales.

- No, nunca me llaman, pero cada uno es dueño de hacer lo que quiera. Y no sólo conmigo, sino que es algo común con todos los músicos independientes.

- ¿Cómo están funcionando las peñas privadas?

- Están bien, tienen buena concurrencia de público, pero la gente debería ir a escuchar a los artistas antes que a conversar. Para charlar, tienen 100.000 restaurantes en toda la provincia, una peña es un escenario para otra cosa. Cuando toco en el teatro, la gente va predispuesta de otra forma. Lo mismo, debería haber más compromiso con los músicos tucumanos, no sólo con los que vienen de Buenos Aires. Nosotros editamos discos, pero no hay comercialización de ellos.

- Hace poco presentaron el espectáculo “Zafra” en Buenos Aires. ¿Cómo fue la repercusión?

- Fue una experiencia muy positiva, no esperábamos nunca que fuera tanta gente a ver una obra tan norteña como esa, creación de Ariel Petrocelli y de los hermanos Pepe y Gerardo Núñez. Fue una recepción excepcional, y muchos pidieron que volvamos, pero no se puede porque los costos son muy altos para desplazar a 20 personas. Lo mismo pasa con la posibilidad de hacerla nuevamente en Tucumán.

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