Un reconocido y costoso error de cálculos cometido por el Fondo Monetario

Un reconocido y costoso error de cálculos cometido por el Fondo Monetario

14 Abril 2013

Hugo Ferullo - Economista y docente de la UNT

En enero pasado, en una publicación del Fondo Monetario Internacional (FMI), apareció un artículo del economista jefe de esta todavía influyente institución: Oliver Blanchard (escrito en co-autoría con otro de los cerca de cuarentena economistas de primer nivel que trabajan en el Fondo como investigadores macroeconómicos). Lo que mucho llama la atención en este artículo es la tremenda sinceridad con que Blanchard reconoce un enorme y muy costoso error, que este considerable número de encumbrados economistas ha venido cometiendo durante el desarrollo de la presente crisis económica del mundo llamado desarrollado.

Desde que se desató la crisis, y a tono con las investigaciones de sus encumbrados economistas, la estimación que ha venido haciendo el Fondo del llamado multiplicador fiscal es del orden de 0,5.

En este artículo reconocen que el valor correcto de este indicador tendría que haberse estimado en un número cercano a 1,5, lo que significa un error de cálculo monumental. Por supuesto que corresponde elogiar la honestidad intelectual que implica reconocer un error numérico del ¡trescientos por ciento! Pero la parte mala de este asunto es que las políticas aconsejadas sobre la base de una estimación tan mal calculada tienen consecuencias harto negativas para la vida de mucha gente, sobre todo para los menos favorecidos de las sociedades en crisis. Lo que los multiplicadores aludidos en el artículo intentan estimar es el impacto que las políticas de austeridad seguidas por los países europeos (nuestro conocido "ajuste fiscal") provocan en la producción nacional y en el nivel de empleo.

Lo que ahora se reconoce es que esta política de recorte de gasto público provocó y sigue provocando un daño tres veces superior del estimado en términos de producción y de empleo. Esta nueva estimación echa por tierra los argumentos de quienes pregonan que, durante la crisis, los ajustes fiscales tienen un impacto pequeño (como la estimación equivocada del FMI, con multiplicadores de 0,5) y, más todavía, aquellos que apostaron y siguen apostando por un efecto extrañamente positivo del ajuste fiscal, que ayudaría a reactivar la economía (en este caso, los multiplicadores fiscales serían negativos!).

Dos enseñanzas pueden extraerse de este asunto: una buena y una mala. La mala no es que economistas de mucha calificación e influencia no sepan calcular; saben muy bien hacerlo, pero están apoyando sus estimaciones en teorías y modelos equivocados, de donde extraen consejos de política que acarrean perjuicios graves e innecesarios en la vida concreta de mucha gente (en particular, los jóvenes sin empleo y los más pobres). La buena es que algunos economistas influyentes están empezando a reconocer este error de graves consecuencias, como lo muestra este verdadero mea culpa del FMI.

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