"No escuché el nombre de Marita en el tiempo que estuve en Candy"

"No escuché el nombre de Marita en el tiempo que estuve en Candy"

Una víctima de trata declaró que la obligaron a prostituirse en 2003. "Nunca me dieron plata cuando estuve ahí". El juicio continuará mañana a las 9.

VICTIMA DE TRATA. Myriam llega custodiada a la sala ante la mirada de María Jesús Rivero. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO VICTIMA DE TRATA. Myriam llega custodiada a la sala ante la mirada de María Jesús Rivero. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
26 Junio 2012
Myriam, quien hace 10 años fue víctima de trata, declaró este mediodía en el juicio por la desaparición de María de los Angeles "Marita" Verón. La mujer, que tiene dos hijos y es oriunda de Buenos Aires, relató que en 2003 viajó acompañada de una amiga a La Pampa, luego de que una mujer le ofreciera trabajo de mesera. Al llegar, sin embargo, las obligaron a prostiuirse. "Teníamos que hacer pases y copas. Yo no quería y nos encerró. Me obligaron a tener sexo. Yo no quería, y no me pude escapar", manifestó, entre lágrimas.

Myriam relató que la mujer que le había ofrecido el supuesto empleo, a la que identificó como Clara Villar, las mantuvo encerradas en una pequeña habitación sin ventanas. Y permanecieron allí varios días, hasta que una chica llamada Laura las ayudó a escapar y les ofreció ir a La Rioja a trabajar para poder volver a Buenos Aires. La joven, que tenía 19 años en ese momento, relató que al llegar a La Rioja Laura paró un auto blanco y le dijo al conductor ellas trabajarían de meseras. Luego de recorrer algunos lugares, señaló que las llevaron a Candy.

"Laura nos pide los documentos a mí y a Andrea para guardarlos, para que no se nos pierda. Hasta que llegamos al Candy. Ella entró y habló, después nos llamó para que entremos. Nos sentamos en una mesa que había con sillas adentro del lugar, y ella se quedó a un costado hablando con Liliana Medina. Estaba también la hija Patricia. Como había una pared no vimos cuando Laura se fue. Como tardaba mucho, fuimos a preguntar por Laura, y Liliana Medina dijo que se fue, que había dado plata por nosotras. Y que esa plata se la teníamos que devolver. No nos dejaron irnos. Ella me amenazaba y decía que me tenía que quedar y devolverle la plata. Nos queríamos escapar pero no podíamos. Después bajo amenazas teníamos que hacer lo que ella decía", afirmó.

La testigo contó que un mes después de estar en Candy comenzaron los allanamientos. Primero se llevaron a su amiga Andrea y, tiempo después, a ella. "Me preguntaron mi nombre y mi apellido. Me dijeron que Andrea había pedido que me saquen de ahí", manifestó e indicó que estuvo tras las rejas cerca de un mes, hasta que su madre la fue a buscar.

Luego de describir el lugar donde la obligaron a prostituirse, Myriam dijo que había otras chicas en el local pero que no escuchó nombrar a Verón. "No escuché el nombre de Marita en el tiempo que estuve ahí. Nunca más volví a ver a Andrea. Nunca me dieron plata cuando estuve ahí. Escuché que habían matado a una chica y la enterraron abajo del escenario", dijo.

Por la mañana, en tanto, el ex comisario Jorge Tobar volvió a sentarse frente a los jueces aunque se limitó a abrir la caja que había acercado al tribunal el jueves a la noche, que había encontrado en la división Trata de Personas de la Policía, y que contenía informes de llamados telefónicos, cuyo análisis se encuentra incorporado al expediente.

Esa caja contiene los informes de los teléfonos pertenecientes a los padres de Marita, a la casa de la joven tucumana en el barrio Gráfico II, los teléfonos de René Gustavo y de Víctor Hugo Marchisio, de Frías, Santiago del Estero, de Patricia Soria, José Medina y otras personas. "Los informes los eleve a la Fiscalía en junio de 2005. El entrecruzamiento permitió detectar una red de trata de personas que unía La Rioja-Catamarca-Tucumán. Pero en la causa no hubo ningún testimonio que diga que los Marchisio, José Medina o Patricia Soria hayan tenido a Marita Verón", manifestó Tobar. El juicio continuará mañana a las 9. LA GACETA©

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