5.000 kilómetros a bordo de un taxi Siam Di Tella

5.000 kilómetros a bordo de un taxi Siam Di Tella

Un matrimonio cordobés decidió "hacer la Ruta 40" en un auto muy particular.

NUNCA (MAS) TAXI. Osvaldo y Susana Crenna, unidos en el amor y en la valentía, viajan en una nave hecha a la medida de sus sueños. GENTILEZA CLAUDIA FERNANDEZ NUNCA (MAS) TAXI. Osvaldo y Susana Crenna, unidos en el amor y en la valentía, viajan en una nave hecha a la medida de sus sueños. GENTILEZA CLAUDIA FERNANDEZ
"¿Dónde están las galletitas de salvado?", pregunta él. Ella consulta una lista. "En la caja Nº 6", responde. El diálogo del matrimonio Crenna no transcurre en la cocina sino en el auto, en una estación de servicios de Rosario de la Frontera. De idénticas remeras rojas, Osvaldo y Susana se bajan de un flamante taxi -negro y amarillo- Siam Di Tella modelo 63 con chapa de Río Cuarto. En el parabrisas, en letras grandes, dice La Quiaca-Ushuaia; en ambas puertas delanteras, el largo mapa de Argentina con la ruta 40 resaltada en rojo sobre las provincias que atraviesa.
 "Mañana cumplo 55 -anuncia  contento él-. Tenemos seis hijos y seis nietos. Este es el primer viaje con este auto antiguo. Lo compré y lo restauré a nuevo especialmente para viajar de La Quiaca a Ushuaia por la ruta 40. Tiene todo nuevo, todo original. En mi taller atendí muchos de este modelo y sé que es confiable para hacer un viaje tan largo. Es confortable porque el interior es muy cómodo y el andar es bárbaro". Osvaldo sabe bien de qué habla: es mecánico y propietario, junto a sus hijos, de un taller de mecánica general y GNC. 
Los Crenna dan cuenta de que han viajado bastante, pero de modos más previsibles: vinieron varias veces al norte y conocen hasta la bahía Lapataia. 
Esta vez salieron de Río Cuarto -el sábado- rumbo a La Quiaca, donde comienza la verdadera travesía: la ansiada ruta 40. "El plan de viaje es un mes, a 500 kilómetros por día, o 400, según como esté la ruta -explica Osvaldo-. Hay que hacerla tranquilo para conocer y sacar fotos, sólo de día. Donde llegamos a la tardecita, paramos y buscamos un hospedaje". 
En Río Cuarto, y ahora que los hijos han crecido, Susana se ocupa del tema obleas, bancos, pinta acuarelas y hace cuanto curso se dicte. Ahora le toca el rol de navegante, de cebar mate y tejer. Y de organizar la logística del equipaje. "Yo también manejo pero es mezquino para prestar el volante", entrega al marido entre risas. 
"Nos gusta mucho Tucumán.  Hace dos años estuvimos el 9 de julio -recuerda Osvaldo-, cuando estaba la Presidenta, en una fiesta en la plaza".
El mapa en la puerta del auto, el logo de Siam Di Tella en las remeras, camperas y buzos; la leyenda Ruta 40 RA en la espalda llevan a preguntar por los auspicios. "Ninguno; ahorramos; es iniciativa propia, y del taller", aclara Susana. Y pasa a enumerar la tecnología: "celular, cámara de foto, filmadora y GPS, que no pega con el Siam pero por lo menos no nos vamos a perder. No tenemos aire acondicionado pero sí una buena calefacción". 

La varilla torsionada
"Lo compré usado, y era negro. Yo le agregué el amarillo y empecé a conseguir las cosas para el taxi, incluido el taxímetro, la varilla torsionada entre asientos y la solera del parabrisas", se ufana Osvaldo. 
A Susana le gusta cómo impacta el coche en la gente: "seguramente si estuviéramos viajando en un auto carísimo nadie repararía en él. Al ver el Siam, todo el mundo se acerca, preguntan, se sacan fotos..."

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