04 Abril 2011
Apenas comenzó a implementarse en Tucumán el plan Argentina Trabaja, organizaciones piqueteras realizaron innumerables marchas para que sus militantes fueran incluidos en alguna de las cooperativas beneficiarias.
Debido a que, en principio, el programa finaliza a fin de abril, la incertidumbre y las expectativas sobrevuelan las cabezas de los casi 15.000 beneficiarios y de los militantes de las grupos piqueteros opositores al Gobierno.
En diciembre de 2009, poco después de su alejamiento del Gobierno provincial, el ex funcionario Federico Masso se reunió con el gobernador, José Alperovich. Le pidió que se incluyera en alguna cooperativa del programa a militantes del movimiento Barrios de Pie. Según Masso, había obtenido una buena respuesta del mandatario. Dos años después, el grupo piquetero se declaró en estado de alerta y movilización. Denunciaron que, en algunos barrios, supuestos gestores anotan a los vecinos para inscribirlos en una cooperativa. "Son punteros del oficialismo y del Ministerio de Desarrollo Social, que inscriben nuevos cupos. Solicitamos una audiencia para tratar la temática", afirmó Gastón Gómez. El dirigente reclamó la necesidad de que se incluya a todos los sectores, sin discriminaciones: "muchos tucumanos no tienen trabajo y no pueden cubrir con una asignación universal todas sus necesidades".
"Existe una versión de que aumentarían el cupo. Veremos si podemos hablar con el ministro del Interior (Osvaldo Jaldo), porque dependen de él las municipalidades y comunas del interior", dijo Vicente Ruiz, de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), que cree que el plan se extenderá, en virtud de la coyuntura política: "estamos en un año electoral; la Nación no se atreverá a cortar ni a disminuir los planes".
Martín Correa, del Polo Obrero, indicó que, pese a que marcharon varias veces para reclamar la inclusión en el plan, la respuesta del Gobierno siempre fue negativa. "El programa no está concebido para ayudar a los desocupados, sino como herramienta electoral: tienen cautiva a la gente por un dinero que ni siquiera cubre la canasta básica", dijo. El ex convencional constituyente consideró que el plan sólo sirve como paliativo y que, en manos de los punteros, es un arma de extorsión: "seguiremos luchando por la inclusión y para conseguir trabajo en blanco".
Debido a que, en principio, el programa finaliza a fin de abril, la incertidumbre y las expectativas sobrevuelan las cabezas de los casi 15.000 beneficiarios y de los militantes de las grupos piqueteros opositores al Gobierno.
En diciembre de 2009, poco después de su alejamiento del Gobierno provincial, el ex funcionario Federico Masso se reunió con el gobernador, José Alperovich. Le pidió que se incluyera en alguna cooperativa del programa a militantes del movimiento Barrios de Pie. Según Masso, había obtenido una buena respuesta del mandatario. Dos años después, el grupo piquetero se declaró en estado de alerta y movilización. Denunciaron que, en algunos barrios, supuestos gestores anotan a los vecinos para inscribirlos en una cooperativa. "Son punteros del oficialismo y del Ministerio de Desarrollo Social, que inscriben nuevos cupos. Solicitamos una audiencia para tratar la temática", afirmó Gastón Gómez. El dirigente reclamó la necesidad de que se incluya a todos los sectores, sin discriminaciones: "muchos tucumanos no tienen trabajo y no pueden cubrir con una asignación universal todas sus necesidades".
"Existe una versión de que aumentarían el cupo. Veremos si podemos hablar con el ministro del Interior (Osvaldo Jaldo), porque dependen de él las municipalidades y comunas del interior", dijo Vicente Ruiz, de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), que cree que el plan se extenderá, en virtud de la coyuntura política: "estamos en un año electoral; la Nación no se atreverá a cortar ni a disminuir los planes".
Martín Correa, del Polo Obrero, indicó que, pese a que marcharon varias veces para reclamar la inclusión en el plan, la respuesta del Gobierno siempre fue negativa. "El programa no está concebido para ayudar a los desocupados, sino como herramienta electoral: tienen cautiva a la gente por un dinero que ni siquiera cubre la canasta básica", dijo. El ex convencional constituyente consideró que el plan sólo sirve como paliativo y que, en manos de los punteros, es un arma de extorsión: "seguiremos luchando por la inclusión y para conseguir trabajo en blanco".
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