Adiós a la última reina de Hollywood

Adiós a la última reina de Hollywood

La muerte de Elizabeth Taylor, a los 79 años, golpea a generaciones de espectadores. Estaba hospitalizada desde febrero. Pestañas dobles y los ojos más maravillosos que vistieron la pantalla.

24 Marzo 2011
LOS ÁNGELES.- La estrella más luminosa, última reina de una era que Hollywood añora y atesora, se apagó ayer. Tras la partida de Liz Taylor y las recientes muertes de Tony Curtis y Blake Edwards van quedando pocos artistas capaces de dar cuenta de la edad de oro del cine estadounidense, cuando los estudios producían obras maestras a raudales.

Elizabeth Taylor, ganadora dos veces del premio Oscar a la mejor actriz, contribuyó de forma inestimable a la industria del cine. La afirmación de Chris Dodd, presidente de la asociación que reúne a los estudios, sintetiza ese legado.

La diva murió en Los Angeles a los 79 años. Había demostrado, durante su carrera de más de 50 películas, que su talento superó la prueba del tiempo y trascendió generaciones de espectadores. "Era realmente un icono estadounidense", agregó Dodd. Ninguna otra actriz -salvo, tal vez, Marilyn Monroe- marcó tanto al cine como Liz Taylor, la primera que pudo exigir un caché de un millón de dólares. Lo hizo con aquel memorable "fracaso" de Joseph L.Mankiewicz: "Cleopatra".

Vida intensa

Elizabeth Rosemond Taylor nació en 1932 en el acomodado distrito londinense de Hampstead. Su padre era un marchante de arte estadounidense y su madre, una antigua actriz. La familia se mudó a Los Angeles en 1939 para evitar las hostilidades de la Segunda Guerra Mundial. Gracias a los infatigables esfuerzos de su madre, consiguió su primer contrato en el cine en 1941. Claro: los productores de Universal Pictures habían quedado prendados de su belleza.

Según la biografía "Elizabeth", publicada en 1996, su gran virtud como estrella infantil fue una mutación genética que hizo que naciera con dobles pestañas. Gracias a ello poseía un rostro que enamoraba a las cámaras. "¿Quién tiene pestañas dobles si no es alguien absolutamente nacido para ser una gran estrella?", apuntó su compañero y amigo Roddy McDowall.

Taylor actuó en varias películas de poca monta durante su etapa adolescente, hasta que su cautivadora interpretación en "Fuego de juventud" (1944) lanzó al estrellato a aquella niña que monta su caballo hasta la victoria en el Grand National. Pero ese papel también tuvo una cara negativa: Taylor sufrió problemas de espalda durante toda su vida debido a una caída que sufrió en pleno rodaje.

Rumbo a la fama

La actriz siguió una senda de éxitos hasta 1949, cuando a los 16 años dio vida a una joven de 21 en "Conspirator". Entonces ganaba más de 2.000 dólares a la semana. Un año después llegó su primer gran éxito en un papel adulto junto a Spencer Tracy en "El padre de la novia". Y a finales de la década le llegó la oportunidad de soñar con el Oscar: fue nominada por "La gata sobre el tejado de zinc caliente" y "De repente, el verano". No lo consiguió, pero aquellos inolvidables filmes aumentaron su reputación y la ayudaron a hacer historia con "Cleopatra": fue la primera actriz que ganó un millón de dólares en una película. Y fue durante el rodaje en Roma cuando conoció a Richard Burton -el hombre de su vida- y se enamoró de él.

Taylor alcanzó el punto cumbre de su carrera gracias a los dos Oscar que ganó por "Una mujer marcada" (1960) y "¿Quién le teme a Virginia Woolf?" (1966), en la que compartía cartel con Burton. Ambos premios la situaron en un pedestal difícil de alcanzar, porque a esas alturas no era sólo una actriz, sino un mito. Después de varios períodos en la clínica Betty Ford de California en los años 80 consiguió superar el alcoholismo y la dependencia a los fármacos para convertirse en paladín de la ayuda a las víctimas del sida. "Mi cuerpo es un desastre. Si lo miras en el espejo es completamente cóncavo. Me he convertido en una de esas pobres mujeres que se tuercen a los lados", ironizó en 2004.

En una entrevista reciente, desde su cama en el hospital, la actriz le contó a Barbara Walters que quería ser recordada por su papel en "¿Quién le teme a Virginia Woolf?". "Me ha dado muchas satisfacciones", explicó. (AFP-NA-DPA)

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