Sedientos, sensuales y exitosos

Sedientos, sensuales y exitosos

La serie de HBO se consolidó como una de las más exitosas de los últimos años. La trama combina sexo y horror en dosis aún mucho más grandes que la saga "Crepúsculo". Una legión de fans la aclama.

LA GACETA / ARCHIVO LA GACETA / ARCHIVO
22 Agosto 2010
Robert Pattinson y Kristen Stewart, protagonistas de la exitosa "Crepúsculo", no son los vampiros más deseados. La pareja cuenta con una seria competencia en la televisión: el trío de "True Blood". La serie que emite HBO se consolidó definitivamente este año y ratificó que en la vida de los vampiros siempre hay vueltas de tuerca irresistibles. Con una platea que la sigue sin condiciones, la historia mezcla sensualidad y terror en dosis mucho más grandes que las ofrecidas por las películas basadas en la saga de Stephenie Meyer.
La trama está basada en los libros "The Southern Vampire Mysteries", de Charlaine Harris, una abundante repertorio de vampiros, hombres lobos y cambiadores de forma; todos mezclados en una historia de amor y de excesos que no da respiros en cada capítulo. El triángulo está integrado por Anna Paquin (ganadora del Oscar cuando era una niña gracias a su papel en "La lección de piano"; interpreta a Rogue en X-Men), Stephen Moyer y Alexander Skaarsgard. Tan exitosa es la serie que para promocionar la tercera temporada los tres se desnudaron para la tapa de "Rolling Stone"... Y estalló la polémica (ver nota aparte).
"Las historias de vampiros han existido toda la vida. La fiebre de películas, libros y series televisivas es pura coincidencia, se trata de una revisión de un género que siempre ha estado ahí. De hecho, lo raro dentro de nuestra cultura es un momento sin vampiros", explicó el creador de la serie, Alan Ball.
"True blood" es la historia de unos vampiros que habitan una comunidad del sur de Estados Unidos. Pasan por gente corriente pues una bebida (llamada como la serie) les permite vivir sin andar chupando la sangre de sus vecinos. Sin embargo, algunos vampiros reniegan de aquellos que han decidido reemplazar la sangre humana con el producto sintético de origen japonés, ya que los ridiculiza ante la raza humana. En ese escenario aparece Bill Compton (Moyer), vampiro que se enamora de la camarera Sookie Stackhouse (Paquin). Ella tiene la habilidad de escuchar los pensamientos ajenos. Juntos buscarán la manera de encontrar al asesino que viene dejando a la ciudad de Bon Temps sin mujeres.

Salir del ataúd
El subtexto de la trama va más allá de la típica historia de vampiros. Hay alusiones a otros problemas más cercanos y reales. "Si buscas un sustituto para la palabra vampiro en esta serie puedes utilizar todo lo que es diferente: los incomprendidos, los marginados, lo que temes", apuntó Ball, ganador de un Oscar por el guión de "Belleza americana" y creador de la serie "Six feet under".
Ahora los vampiros han salido del armario -mejor dicho del ataúd- gracias a esa nueva bebida que les permite vivir sin colgarse del cuello de un humano para alimentarse. Los libros de Charlaine Harris -del que ya se han editado nueve volúmenes- también hablan de religión, de las similitudes entre las nuevas sectas religiosas y los cultos paganos, del parecido entre los impulsos incontrolables de un no muerto con el ímpetu hormonal de un adolescente o de la necesidad de los humanos de pertenecer a un grupo y su rechazo a todo lo diferente.
"Los vampiros son criaturas sexuales por excelencia", admite Moyer. "La cultura consumista tiende a ignorar la muerte como parte de la vida y glorifica ese falso sentimiento de eterna juventud y felicidad constante. Para mí la muerte es parte de la vida. Lo otro es una quimera", opina el actor.
Al contrario de lo que sucede en "Crepúsculo", con vampiros castos sin colmillos que brillan cuando les da la luz del sol, esta serie habla de seres hambrientos, de sangre y de sexo, capaces de arder a la luz del día con la misma furia y deseo con que acechan a los humanos por la noche. "Son criaturas primarias, llevadas por el deseo y sin los traumas de la cultura occidental, donde todo es supresión de los instintos. De ahí que la gente tenga tantas fantasías con estos vampiros", resumió Moyer.

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