Un correcto tratamiento elimina piojos y liendres

Un correcto tratamiento elimina piojos y liendres

El éxito se logra con constancia y el uso exacto del fármaco. Un 60% de los escolares tienen piojos. En EE.UU. gastan U$S 1.000 millones en pediculicidas. Todo parece insuficiente.

CUIDADOS. El peine especial ayuda a desprender las liendres del pelo. DIKIMAGES.COM CUIDADOS. El peine especial ayuda a desprender las liendres del pelo. DIKIMAGES.COM
18 Agosto 2010
"Es común que los padres en la consulta digan que los productos que usan para los piojos no surten efecto", cuenta la doctora Patricia Troielli, médica dermatóloga, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD). En esa misma sintonía, un reciente artículo elaborado por la Academia Estadounidense de Pediatría de los Estados Unidos, y publicado en la prestigiosa revista "Pediatrics", reconoce: "es probable que no puedan prevenirse todos los casos de pediculosis".

Basta mencionar algunas estadísticas para tener un rápido panorama del asunto: en la Argentina, se estima que alrededor del 60% de los chicos en edad escolar tienen piojos; en los Estados Unidos, se ha estimado que se gastan al año unos 1.000 millones de dólares en productos pediculicidas, todo según una mirada conservadora del tema. Nada parece ser suficiente para deshacerse de los piojos, y a eso hay que sumarle la tan temida resistencia de esas diminutas alimañas a los productos desarrollados para combatirlos.

Respetar la indicación
Pero, ¿es que la única forma de enfrentar a los piojos es la resignación? Puede ser, pero como reconoce la misma doctora Troielli, "muchas veces no es que los piojos se hayan vuelto resistentes -lo que a veces ocurre-, sino que los padres no han realizado en forma correcta los tratamientos: ya sea porque no aplican el pediculicida en forma correcta (cumplir la cantidad de aplicaciones enumeradas en el prospecto) o porque no se han tomado el trabajo de retirar las liendres viables, que son aquellas que en encuentran a menos de un centímetro del cuero cabelludo".

Ninfas resistentes

Para darles batalla a los piojos es fundamental tener en claro que si bien los pediculicidas son altamente efectivos para matarlos, en lo que respecta a las liendres, su poder es más limitado. Es por ello que la aplicación de estos productos se realiza por ciclos (generalmente dos) separados por unos siete a 12 días, de modo tal que el segundo ciclo de aplicación mate las liendres y las ninfas, que son los piojos jóvenes, que pudieran haber sobrevivido al primer ciclo de tratamiento.

Cómo elegir
En cuanto al tratamiento por elegir, según las recomendaciones de la Academia Estadounidense de Pediatría hay que aplicar productos que contengan piretrina al 1% o piretroides, siempre y cuando no haya signos de resistencia a esos productos. Troielli, por su parte, aconseja comenzar con las piretrinas, en especial en los adultos, "ya que los piretroides son derivados de vegetales, y en personas alérgicas a las plantas pueden dar lugar a reacciones cutáneas. Por eso mismo se recomienda no masajear demasiado el cuero cabelludo cuando se aplican estas sustancias a fin de reducir el riesgo de las reacciones adversas".

Mitos sobre el parásito
Ante un enemigo aparentemente indoblegable, los mitos florecen. Para dar por tierra con muchos de ellos, en especial con aquellos que son contraproducentes con el tratamiento correcto o significan una verdadera pérdida de tiempo, la citada academia norteamericana se propuso poner sobre la mesa la evidencia científica sobre la lucha contra la pediculosis. Por empezar, aclaran, los piojos no saltan ni vuelan, se arrastran. "La vía de contagio más importante es el contacto cercano: cuando los chicos duermen juntos o cuando participan en juegos en los que están en contacto", enumera Troielli.

Los piojos tampoco nadan. Un estudio reciente, que menciona la academia estadounidense, demostró que cuando una persona infestada con piojos se mete en una pileta, los piojos (capaces de sobrevivir unas cuantas horas en aguas cloradas) se mantienen en su lugar, inmóviles en la cabeza, que les brinda calor, alimento y protección.

Ni el largo ni el lavado
Otro dato importante es que, en palabras de esa organización que nuclea a pediatras, "el largo del pelo no influye significativamente sobre el riesgo de infestación, del mismo modo que tampoco el cepillado o lavado frecuente". Quizás el mensaje más relevante que aporta la entidad es que a los chicos no debe impedírseles que asistan a clase por tener piojos. "En todo caso -concluyó Troielli-, se le debe informar a la familia para que realice el tratamiento, pero no debe perder ni un día de clases.

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