En algún momento despertará el Katla

En algún momento despertará el Katla

Un poderoso volcán siembra temor en la isla.

FANTASMAL. Cenizas en el cielo enviadas por el volcán activo, a la derecha. REUTERS FANTASMAL. Cenizas en el cielo enviadas por el volcán activo, a la derecha. REUTERS
24 Abril 2010
REIKJAVIK.- Islandia.- La tierra ruge bajo el glaciar. En alguna parte de sus entrañas dormita el Katla, un poderoso volcán con nombre de bruja que amenaza con despertarse tras la erupción de su pequeño vecino, el Eyjafjöll. Bautizado con el nombre de una hechicera de la mitología islandesa, el Katla, 10 veces más potente que el Eyjafjöll, dista sólo una decena de kilómetros del lugar de la erupción que inmovilizó con su nube de cenizas durante más de una semana gran parte del tráfico aéreo en Europa.
Si despierta el Katla, la erupción actual no sería más que un pequeño preludio, advirtió el presidente islandés Olafur Grimsson. "La pregunta no es si, sino cuándo ocurrirá", dijo. La reputación sulfúrea del Katla se alimenta también del paisaje salvaje que lo rodea, con fallas volcánicas cubiertas por hielo azulado y nieve dura azotada por fuertes vientos donde sólo habitan unos cuantos cuervos.

Ligados
Las detonaciones que se oyen cada ciertos minutos bajo el glaciar que lo aprisiona provienen de las explosiones de lava del Eyjafjöll. Pero los islandeses saben que cada vez que este entró en erupción durante el último milenio, el Katla siguió sus pasos. Hay quien piensa que los dos volcanes están enlazados y que sus magmas circulan del uno al otro. De todos modos, lo que ocurre en el interior de los volcanes es un misterio.
El Katla se despierta cada 80 años como promedio desde que los vikingos colonizaron hacia el siglo IX la isla del Atlántico Norte, en la frontera del círculo polar. La última erupción remonta a 1918. "Es la pausa más larga observada hasta ahora", dijo un experto.
Una erupción no sería forzosamente peligrosa, pero sí tan espectacular como hace 92 años, cuando un torrente procedente del glaciar en deshielo arrastró bloques de hielo del tamaño de una casa y se abalanzó sobre el océano. Las consecuencias para el resto de Europa dependerá de los vientos que moverán las cenizas. (DPA)

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios