Brown será la pesadilla de los demócratas

Brown será la pesadilla de los demócratas

Justo a un año de su asunción, Obama perdió la supermayoría en el Senado, lo que pone en peligro sus principales proyectos de ley.

CASI UN DESCONOCIDO. Scott Brown, de 50 años, ganó haciendo campaña en contra de la reforma sanitaria. REUTER CASI UN DESCONOCIDO. Scott Brown, de 50 años, ganó haciendo campaña en contra de la reforma sanitaria. REUTER
21 Enero 2010
WASHINGTON.- El resultado electoral del martes en Massachusetts no podría tener mayor simbolismo embarazoso y dañino para el presidente Barack Obama. Justo cuando se aprestaba a celebrar su primer año de gestión, Scott Brown, un senador republicano más conocido por su trayectoria como modelo en revistas que por su actividad política, ganó la elección especial para ocupar la banca que dejó el fallecido Edward "Ted" Kennedy, un gigante de los demócratas que fue miembro de la Cámara Alta durante 46 años.

Hasta hace sólo tres semanas, Brown iba 30 puntos porcentuales detrás de su rival demócrata, la fiscal de Estado Martha Coackley, en la intención de voto. El martes obtuvo el 52% de los votos, contra 47% de Coackley. Lo hizo con un discurso netamente conservador en una sociedad de tradición liberal, y con la promesa de oponerse a la reforma sanitaria, el mayor proyecto de Obama. "La gente no quiere este plan de salud de un billón de dólares", dijo Brown luego de la votación. Hace menos de dos años, Obama ganó en Massachusetts por más de 20 puntos porcentuales de diferencia al republicano John McCain en la elección presidencial.

Lo que vendrá
Hasta ahora, los demócratas tenían la supermayoría de 60 votos en el Senado de 100 curules, lo que les permitía evitar las maniobras obstruccionistas de la oposición, un obstáculo de procedimiento denominado "filibuster", útil para bloquear la aprobación de leyes en la Cámara Alta. El "filibuster" es un discurso maratónico que se utiliza en el recinto parlamentario para dilatar o evitar una propuesta de ley o la confirmación de un candidato nominado para un alto cargo. Los senadores estadounidenses tienen el derecho a hablar sin límite de tiempo, sin que su discurso deba necesariamente estar relacionado con el tema en cuestión. Un bloqueo de ese tipo sólo puede superarse con al menos 60 senadores, que proponen el fin del debate para abrir el camino a una votación. Durante el mandato de George W. Bush, los demócratas bloquearon así varias veces la nominación de jueces federales. El récord del discurso individual pertenece al senador Strom Thurmond (1902-2003), que en 1957 habló 24 horas y 18 minutos para impedir una ley de los derechos civiles. Llegó a recitar la declaración de independencia, las leyes electorales y las recetas de cocina de su abuela.

Brown es ahora el "voto 41" con el cual los republicanos podrán recurrir a esa técnica obstruccionista, que amenaza con frenar este año proyectos clave del Gobierno, en particular la reforma del sistema de salud, que Kennedy impulsó hasta su muerte ocurrida en agosto.

Panorama sombrío
Entre tanto, los asesores de Obama analizan el daño electoral y consideran las reducidas opciones sobre cómo seguir adelante. Si se mira al futuro, no hay opciones fáciles para reavivar la agenda. En cuanto al sistema de salud, un acalorado debate durante gran parte del primer año de Obama en el poder logró poner más cerca de la aprobación algunas de las principales reformas que en cualquier otro momento en las últimas cuatro décadas. La Cámara de Representantes y el Senado están en el medio de negociaciones para fusionar las dos versiones diferentes del proyecto de ley que aprobaron a fines de 2009. Por el momento, ningún republicano está dispuesto a respaldar la costosa legislación, que tiene como objetivo ampliar la cobertura a unos 30 millones de estadounidenses que no tienen seguro de salud.

La opinión pública también está dividida: muchos de los ciudadanos que sí tienen cobertura de salud tienen temor sobre el efecto en su propia situación. Ahora, los demócratas de Obama se ven obligados a cambiar de rumbo. Legisladores líderes, incluyendo el senador Jim Webb, rápidamente descartaron la idea de pasar el proyecto de ley por el Congreso antes de que Brown asuma su escaño. Este dijo que su victoria podría significar que las reformas del sistema de salud "vuelvan a cero".

El resultado podría ser una ley menos costosa, menos ambiciosa, que podría atraer el respaldo de al menos un republicano. Para los demócratas, las reflexiones sobre esta derrota electoral deben llegar rápido. En noviembre habrá elecciones legislativas. (Reuter-AFP-NA-DPA)

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