Convencidos, aleccionados, coherentes y sufridos

Convencidos, aleccionados, coherentes y sufridos

Por Alvaro Aurane - Editor de Política.

09 Junio 2009

La tensión que se genera en el diálogo con los referentes del Partido Obrero no se da con mucha frecuencia en las entrevistas con los dirigentes políticos tucumanos. Una palabra estructura su discurso y que no se apartan de ella: la lucha.
Martín Correa y Daniel Blanco son individuos política e ideológicamente formados. Muestran convicciones profundas por los principios que reivindican. Y son decidídamente coherentes en sus proclamas. Después de entrevistarlos, por momentos Correa parece encarnar a Blanco cuando era joven, y Blanco parece hablar como lo hará Correa dentro de unos años.
Pero lo que resulta poderosamente llamativo en el caso de ambos es el papel de la familia en sus historias. Diferente pero congruente. El candidato a senador se identifica con su padre: "milito desde joven, igual que él", le cuenta a LA GACETA. Blanco, por su padre, se reconcilia con la imagen paterna cuando su papá, finalmente, se identifica con él. "Durante sus últimos años me acompañaba a las marchas", relata y se emociona.
En definitiva, la imagen misma que los candidatos del Partido Obrero tienen de ellos y de sus pares es la hombres sufridos. El propio Blanco lo dice: no hay satisfacciones ni éxitos convencionales. Por un instante, es como si lo que importase fuese la lucha y no la victoria. Pero luego, Correa exorciza la idea y se declara optimista. Porque -y aquí su definición se llena de contenido- de lo contrario no podría militar en el PO.

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