Alarma en el sur por el desmadre del Gastona

Alarma en el sur por el desmadre del Gastona

El río se desvió y el 80% de su caudal corre ahora por el arroyo Batalla, que bordea cultivos y atraviesa la población de El Molino. Piden que se reencauce.

EN ALPACHIRI. A la altura de la finca Rodó, donde el río se desvió hacia el arroyo Batalla, el agua  derribó árboles e inundó terrenos sembrados.  LA GACETA/ OSVALDO RIPOLL EN ALPACHIRI. A la altura de la finca Rodó, donde el río se desvió hacia el arroyo Batalla, el agua derribó árboles e inundó terrenos sembrados. LA GACETA/ OSVALDO RIPOLL
24 Febrero 2009

CONCEPCION.- Cientos de pobladores de los parajes El Molino, La Angostura e Iltico, ubicados al oeste de esta ciudad, corren el serio riesgo de perder sus casas y sus cultivos en caso de una nueva creciente del río Gastona.
La correntada puede hacer desaparecer varias hectáreas de cultivos de arándano, de caña de azúcar, de limón y de soja. De estos cultivos viven, en época de cosecha, más de 2.000 personas y sus familias.
La dramática situación fue provocada por el desmadre del Gastona. El arroyo Batalla, que nace en la cuenca hídrica del oeste de Alpachiri, se transformó en estos días en el cauce principal del río, que desbordó el viernes a la altura de La Angostura, dos kilómetros al oeste de El Molino. En ese sector, el río dibuja una curva que desemboca en el arroyo Batalla. El curso de agua, hasta ahora inofensivo, bordea fincas cultivadas y atraviesa la población de El Molino. Al haberse convertido en una corriente caudalosa, cualquier desborde anegará los sembrados y el pueblo.

Temores
El hecho alarmó a productores y vecinos de la zona. "Vamos a ser noticia todos si vuelve a llover mucho y el río se enfurece. Ahora, al Gastona lo tenemos ahí nomás, en el fondo de la casa", dijo Julio Mazzuco, peón de la finca El Molino. El su opinión, el desmadre responde a dos causas: los trabajos de reencauce, iniciados hace varios años por la Dirección del Agua y que quedaron inconclusos y las tomas sin control que efectúa un ingenio azucarero para llevar agua a las calderas. "Los propietarios de los ingenios son dueños y jefes de los cauces de esta zona. Vienen y abren tomas donde se les antoja. A veces caen hasta con policías. Cuando pasa la zafra se van, y en el verano las consecuencias las pagamos nosotros cuando crece el Gastona", añadió el peón.

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Inversiones
El titular de la firma productora de arándanos King Berry S.A, Francisco Estrada, evaluó como tremendamente preocupante la salida de cauce del Gastona. "Toda una población está amenazada por el río que, si vuelve a crecer, ocasionará daños impredecibles. Ahora, casi el 80% del caudal del Gastona va por el lecho del arroyo Batalla", expresó. Advirtió que El Molino no se inundó el viernes gracias a los gaviones que colocó la empresa a la orilla del Batalla para proteger las 80 hectáreas de arándanos que tiene en la zona.
Durante la cosecha y empaque, la empresa da trabajo a unas 1.200 personas. "Urge que las autoridades tomen cartas en el asunto y protejan la población y los cultivos. Aquí hay inversiones millonarias que pueden desaparecer en segundos", añadió preocupado. Según Pablo Magliari, la provincia deber realizar trabajos de reencauces río arriba. "El desborde no puede ser controlado aguas abajo", explicó. (C)

Descontrol y devastación

Tras el desborde del viernes, el Gastona se alejó más de 500 metros de su cauce original. Ahora, la corriente se desplaza por el arroyo Batalla. "El río salió de cauce en la curva que está a la altura de la finca Rodó, en La Angostura. Ahí se unió con el arroyo. En esa zona derribó árboles e inundó fincas en las que había plantaciones de limón y de arándanos", relató el ingeniero Francisco Estrada, que trabaja en la zona.

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En la noche del viernes, cuando el Gastona se salió de cauce, llovieron alrededor de 60 milímetros. Pero en la zona nadie olvida que hace dos años cayeron 120 milímetros durante una tormenta. "Si vuelve a llover como hace dos años se va a producir una catástrofe en El Molino y en La Angostura", afirmó Pablo Migliari.

La fuerza del agua fue tan grande que a su paso no dejó nada en pie. Un enorme pacará de más de 20 metros de altura que fue derribado por la creciente es el testimonio más cabal de la potencia del río.

El puente sobre el río Chirimayo, en Alpachiri, continuaba cortado ayer. El acceso este del viaducto fue socavado por el agua el viernes durante la creciente y quedó un cráter de más de 20 metros de profundidad.

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