31 Diciembre 2008
PREPARADOS PARA OBSERVAR. Muchos tucumanos fueron a cenar a los miradores del cerro. LA GACETA/INES QUINTEROS ORIO
La lluvia de luces quedó relegada por la lluvia de agua. La precipitación con la que se despidió 2008 quitó brillo a la espectacularidad de los fuegos artificiales, cuyas explosiones se escucharon en mucho menor cantidad que durante los festejos de Navidad.
Pese a esto, muchos tucumanos confiaron en que la fecha tendría su merecida celebración y subieron a los miradores del cerro San Javier para observar el popurrí pirotécnico. Los más previsores llevaron viandas para cenar junto con sus familias y también, minutos después de la medianoche, acudieron parejas jóvenes. LA GACETA ©
Pese a esto, muchos tucumanos confiaron en que la fecha tendría su merecida celebración y subieron a los miradores del cerro San Javier para observar el popurrí pirotécnico. Los más previsores llevaron viandas para cenar junto con sus familias y también, minutos después de la medianoche, acudieron parejas jóvenes. LA GACETA ©