Mató de dos disparos a su ex novia y se suicidó

El homicidio, perpetrado en una vivienda abandonada, fue descubierto varias horas después por el chofer de un colectivo.

DOS DISPAROS. Yanina Soledad González tenía 16 años. LA GACETA DOS DISPAROS. Yanina Soledad González tenía 16 años. LA GACETA
24 Noviembre 2008

Nadie sabrá qué pasó por la mente de José Reinaldo López cuando empuñó un revólver calibre 22 y disparó dos veces a la sien de su ex concubina, Yanina Soledad González, de 16 años. Luego del crimen, perpetrado en una casa abandonada de la localidad de El Naranjo, el homicida, de 28, se suicidó con la misma arma.
Pese a la oposición de sus familias, López y González habían iniciado una relación a principios de este año. Durante algunos meses convivieron en la casa de los padres del muchacho, ubicada en un camino vecinal de Los Naranjo, en la zona conocida como La Rinconada. El trabajaba en una finca de citrus, en Las Tranquitas. Ella había dejado de estudiar luego de terminar la escuela primaria. "Se separaron hace un tiempo porque él le había pegado. Ella empacó sus cosas y se fue a la casa de su hermana", contó llorando la madre de la víctima, Rosa Gómez. Según la mujer, el hombre insistía en que reanudaran la relación, pero su hija se negaba.
El sábado, López invitó a la menor a pasar el día juntos. Se encontraron temprano y compartieron el almuerzo en la casa de unos amigos. A la tarde, fueron a bañarse al dique El Sunchal, donde ocurrió un hecho curioso: González casi se ahoga, pero su ex pareja le salvó la vida junto con otro hombre.
A la noche, la menor le avisó a la madre que cenaría con López. "Me llamó por teléfono y me dijo que no la esperara, que este hombre la iba a llevar después en su moto porque ya no tenía colectivo. Pero su voz no me pareció la de siempre. Se notaba que tenía miedo", expresó Gómez. Esa fue la última vez que conversó con su hija.

Nadie sabrá qué se dijeron
Eran las 2. López y González caminaron unos cien metros por el sendero de tierra que separa la vivienda de los padres del muchacho de una casa abandonada, en cuyo interior sólo hay herramientas viejas y maderas podridas. Entraron. Nadie sabrá qué se dijeron allí adentro. El hombre tomó el arma y realizó los dos disparos, que pasaron inadvertidos para los vecinos. Después, se puso una cuerda alrededor del cuello y la ató a un árbol ubicado fuera de la propiedad. Se paró sobre un tacho de pintura, y se pegó un tiro en la cabeza; su cuerpo inerte quedó allí durante varias horas. Recién a las 8 un colectivero que pasaba por el lugar se percató de que el cuerpo del muchacho estaba allí.
Personal de Criminalística, de la comisaría de El Naranjo y de la División Homicidios trabajó en el lugar del hecho. Familiares de la víctima se mostraron muy molestos porque los investigadores los mantuvieron a unos 500 metros de la casa donde ocurrió la tragedia. "No entendemos por qué a nosotros no nos dejan pasar y a los parientes del asesino, sí", expresaron indignados.
"Todo parece indicar que este hecho está en un marco de violencia familiar. Sin embargo, aún no está establecido con precisión cuál fue el móvil", expresó el comisario Miguel Gómez, quien supervisó la investigación.
Pese a que los familiares de González aseguran que radicaron una denuncia en la comisaría de El Chañar, todavía no se confirmó si el homicida tenía antecedentes de haber golpeado a su pareja.
Tomó intervención en el caso la fiscala María de las Mercedes Carrizo, a cargo de la Fiscalía IX.

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