23 Noviembre 2008
DOS AMIGOS, DOS MOMENTOS. Arriba, Daniel Alberto Dessein y Víctor Massuh dialogan en 1949, en vísperas de la aparición de la Sección Literaria de LA GACETA. Abajo, conversan durante una de las últimas visitas del filósofo a nuestro diario, en 2006.
En 1949, cuando les conté a mis colegas de LA GACETA que quería reclutar colaboradores para iniciar una sección literaria me hablaron de un joven y notable filósofo. Me conecté con él y a los pocos días de nuestro primer encuentro iniciamos una amistad que duró 60 años; un período que coincidió con su carácter de colaborador de este suplemento. En 1949 publicaba su primera nota, Una crisis histórica; ya aparecía en ella su preocupación por América que lo acompañaría siempre. En 2007 nos mandó su última colaboración, en la que hacía un balance de la obra de José Luis Romero.<BR>
En la página uno reproducimos un artículo que, después de casi seis décadas, mantiene una asombrosa vigencia. Para la página cuatro elegimos una nota que forma parte de una serie de apuntes autobiográficos. Víctor los publicó en distintos meses de 2006; en ellos vuelven los temas que ya lo obsesionaban en 1950 y que siguieron presentes en sus reflexiones a lo largo de su vida. Las palabras de esa nota también fueron las últimas que escucharon de su boca los tucumanos, en la conferencia que dio en el ciclo de LA GACETA. El hubiera elegido ese fragmento. Allí está el pensador agudo, pero, sobre todo, está el hombre.<BR>
Quienes escriben en este número pueden exponer mucho mejor que yo, y de hecho lo hacen, las inmensas virtudes de la obra de este extraordinario pensador. La filosofía ha perdido uno de sus más grandes exponentes. La Argentina, una de sus mentes más lúcidas. Yo he perdido algo más grande. He perdido un amigo.
© LA GACETA
Daniel Alberto Dessein - Director de LA GACETA Literaria
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