La inestabilidad de los mercados internacionales, tras conocerse la quiebra de Lehman Brothers, determinó una mayor demanda de dólares en el mercado local y una consiguiente retracción de los vendedores. Del resultado de esa ecuación surgió un dólar algo más pedido, pero las tempranas incursiones del Banco Central mantuvieron a la divisa dentro de un estrecho rango de fluctuación. En Buenos Aires, en el mercado mayorista el "billete-físico" se acomodó cinco milésimas de peso más arriba, a $ 3,0875, y en bancos y agencias de cambio los valores al público terminaron un centavo arriba a $ 3,07 para la compra y $ 3,11 para la venta. En Tucumán, el dólar se cotizó a $ 3,14 vendedor. "Los inversores están más nerviosos por el pánico que generó en todo el mundo la caída del cuarto banco de inversión norteamericano y por eso buscan refugio en el dólar", dijo un operador.