La violencia estalló tras conocerse la sentencia

La violencia estalló tras conocerse la sentencia

Apenas escucharon que Antonio Bussi seguiría bajo arresto domiciliario, los militantes de partidos de izquierda y de organismos de derechos humanos confrontaron a los efectivos de la Gendarmería Nacional. Hubo vidrieras rotas en algunos comercios y el efecto de los gases lacrimógenos afectó a los vecinos de la zona que cerraron sus puertas ante la virulencia que tomó el enfrentamiento.

DISTURBIOS. Militantes de izquierda se enfrentaron con los gendarmes, a los que arrojaron piedras y empujaron. Estos lanzaron bombas lacrimógenas. LA GACETA / JUAN PABLO SANCHEZ NOLI / FRANCO VERA DISTURBIOS. Militantes de izquierda se enfrentaron con los gendarmes, a los que arrojaron piedras y empujaron. Estos lanzaron bombas lacrimógenas. LA GACETA / JUAN PABLO SANCHEZ NOLI / FRANCO VERA
29 Agosto 2008
Esperaban que los jueces ordenaran la detención de Antonio Domingo Bussi en la cárcel de Villa Urquiza, pero apenas escucharon que seguirá con arresto domiciliario estalló la violencia. Una hora duró el enfrentamiento entre militantes de partidos de izquierda y militantes de derechos humanos con los efectivos de la Gendarmería, afuera de la sede del Tribunal Oral Federal.
A las 17.50, en cuestión de minutos, la esquina de Chacabuco y Crisóstomo Alvarez se transformó en un campo de batalla. Los manifestantes arrojaron piedras, palos, botellas y cualquier elemento contundente que hallaron a mano, contra los gendarmes. Estos, a su vez, formaron un cordón humano para intentar frenar a los revoltosos. Sin embargo, el enfrentamiento creció a tal punto que los manifestantes derribaron el vallado de seguridad y avanzaron hasta quedar cuerpo a cuerpo con los gendarmes. En ese momento, los efectivos de seguridad respondieron con gases lacrimógenos, lo que agravó aún más la situación.
En medio del caos, los manifestantes rompieron las vidrieras de dos locales comerciales; mientras que dentro de la sala de audiencias, nadie podía salir a la calle.
Los comerciantes cerraron sus puertas, pero antes refugiaron a algunos periodistas y camarógrafos que sufrieron los efectos de los gases. De repente, la Gendarmería dispuso de refuerzos que se apostaron fuera del Tribunal.
Las corridas provocaron mayor nerviosismo hasta que los gendarmes lograron recuperar una posición de defensa, con la ayuda de otros refuerzos que, hasta ese momento, habían permanecido en el subsuelo del edificio de Justicia.
De ese modo, la Gendarmería logró copar la esquina con sus hombres, pero los manifestantes no se amilanaron. Al contrario, permanecieron apostados frente a los gendarmes, a una distancia de 50 metros aproximadamente, sobre calle Chacabuco. Desde allí lanzaron más piedras y resistieron los gases lacrimógenos.
En su mayoría jóvenes, los manifestantes enarbolaron banderas del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), del Partido Obrero (PO), del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), del Partido Comunista Revolucionario (PCR) y del Movimientos Libres del Sur.

Con custodia
A pesar de que los disturbios se extendían en el tiempo y la tensión dominaba al lugar, al cabo de 30 minutos de enfrentamientos, el Servicio Penitenciario Federal decidió retirar del edificio a Bussi y a Luciano Benjamín Menéndez.
Primero fue el turno de Bussi, que salió de la sala en una silla de ruedas hasta llegar al vehículo de seguridad y, cinco minutos después, Menéndez caminó hasta la combi sin consecuencias. Un grupo de aliados al bussismo vitoreó a los militares mientras se retiraban del edificio, sobre calle Chacabuco.
Los gendarmes auxiliaron a sus propios compañeros que resultaron heridos por los proyectiles y por los efectos de los gases lacrimógenos que devolvían los militantes de izquierda. Tras casi una hora de enfrentamientos, los manifestantes se replegaron hacia el norte por Chacabuco hasta llegar a la avenida 24 de Setiembre y, finalmente, se dispersaron. Entonces, la calma retornó al lugar, pero en el asfalto y en las veredas habían quedado las huellas de la violencia.
Luego, los comerciantes barrieron sus veredas; mientras los peritos de la Policía provincial constataban los daños materiales.

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