Cuando los cuerpos traducen la violencia

Un grupo de actores de teatro danza expresan a través del lenguaje corporal diferentes aspectos de la violencia en la puesta "Marchitas para un devenir", que subirá a escena a las 22, y mañana a las 21), en la sala La Gloriosa, en San Luis 836.
La obra es una producción multimediática del grupo La Rendija, que se realiza bajo la dirección de Marcela González Cortés. "El espectáculo es una propuesta escénica multidisciplinaria que combina la tecnología, la imagen y la cámara con la actuación, la danza, la música, la fotografía y la plástica", explicó la directora.
La violencia personal y social fueron los disparadores de este trabajo en el que un conjunto de actores-bailarines traducen en sus cuerpos estos conceptos. Son siete bloques coreográficos, planteados a modo de una serie de intervenciones "para poder tensionar la producción dancística", añadió la coreógrafa. El orden de las escenas es aleatorio, y los protagonistas y el director lo establecen azarosamente antes de comenzar cada función; así, cada puesta en escena afrontará una estructura diferente.
"Los artistas traducen corporalmente aquellos encuentros fugaces que tienen como escenario espacios cerrados, rincones o las calles de la ciudad, ahondando en las temáticas de la pertenencia y el voyeurismo. Es una narración de aquellos delitos cotidianos en los que se transgrede el cuerpo de los otros, desde un inocente empujón en un espacio atestado de gente, hasta la violencia explícita y directa", contó González Cortés. Enfrentados por el desarrollo y la alteración, la obra presenta personajes solitarios dentro de la urbe. El relato de sus biografías se pondrán en juego, hasta desembocan en situaciones de ficción.
En la puesta trabajan Sergio Aguilar, Javier Ale, Ana Andole, Alejandro Elías, Valeria Mendoza, Ana Moyano, Ada Porcel, Huerto Rojas Paz, Sandra Aguirre y Micaela Podazza.