Inquietan los intentos de abuso en las escuelas

Inquietan los intentos de abuso en las escuelas

18 Mayo 2008
Los distintos rostros de la violencia se han apropiado de nuestra sociedad hace ya tiempo. En abril pasado, se denunciaron tres episodios de agresión que ocurrieron en dos colegios secundarios y en una escuela. El reciente caso de intento de abuso sexual en una escuela de Villa 9 de Julio, protagonizado por dos chicos, de nueve y de 11 años, contra un compañerito de seis develó una problemática que se reitera más de lo que se supone en los establecimientos educativos.
La supervisora de la zona admitió que el hecho conmocionó a toda la comunidad educativa y que es muy difícil de superar. Indicó que si bien se trata de un caso aislado en medio de otros problemas sociales graves que se reflejan en las escuelas de su área, donde se atiende a un total de 7.600 niños, no es la primera vez que deben enfrentar este tipo de episodios. Señaló que tiene a su cargo 14 escuelas en Villa 9 de Julio, Las Talitas y El Colmenar, todas de zonas muy vulnerables, y que trabaja sólo con una asistente social y una psicóloga mañana, tarde y noche.
La docente también dijo que la escuela donde fue cometido el intento de abuso sexual está superpoblada. Asisten más de 1.000 alumnos que provienen -como en el resto de los establecimientos de su área-, de hogares en riesgo. Afirmó que hay muchos casos de sobreedad, lo cual implica que en un aula de 1er grado confluyen niños de entre seis y 10 años. Los tres protagonistas del deplorable episodio, a pesar de la diferencia de edad, eran compañeros de aula. La supervisora agregó que en estas escuelas se registran problemas de violencia a diario y que muchas madres permanecen en el establecimiento durante las cuatro horas de clases y se sientan cerca de los baños para controlar que no haya intentos de ningún tipo de abuso.
La psicóloga que entrevistó a los familiares de los presuntos abusadores, le dijo a nuestro diario que el chico de 11 años vive con una abuela prácticamente desde que nació. La madre se fue de la casa y vive en un hogar que formó con otro hombre, con quien también tuvo hijos. El padre está en la cárcel. La profesional contó que, en las escuelas de la zona, es común que los miércoles haya un gran porcentaje de ausentismo. Ello se debe a que los alumnos van a visitar a los papás que están presos. También afirmó que si bien el abuso sexual no es una problemática frecuente, ocurre y obedece a múltiples factores. En muchos casos, son niños que han sido abusados.
Esta realidad está reflejando la precariedad del sistema educativo. Si hay sólo una supervisora, una asistente social y una psicóloga para atender una población de 7.600 chicos en un sector vulnerable, cómo pueden atenderse los graves problemas que se les presentan cotidianamente.
La violencia también es consecuencia del hacinamiento. La escuela donde sucedió el intento de abuso sexual está superpoblada y en el aula de primer grado confluyen chicos de diversas edades. El hecho  de que haya madres que vigilan para que nada raro suceda en los baños y que colaboran con las maestras y conserjes está denotando una incapacidad de la escuela para contener a los alumnos.
La desocupación, la marginación, la miseria -las caras de la violencia social y económica en la que están sumidos miles de hogares tucumanos- influyen de distinta manera en los niños. Es posible que el intento de abuso sexual haya sido un caso aislado, pero nada hace suponer que el hecho no se repetirá en otra escuela. Tres personas poco pueden hacer para abordar la problemática de 14 escuelas de zonas vulnerables, y menos trabajar en prevención, que es fundamental para detectar a los niños con problemas y promover su integración social.

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