A horas del referendo, Bolivia está al borde de la violencia

A horas del referendo, Bolivia está al borde de la violencia

La OEA se abstuvo de condenar el estatuto, pero respaldó a Morales. La provincia más rica del país andino decidirá mañana su autonomía.

PROTESTAS. Activistas del gobernante Movimiento al Socialismo iniciaron ayer sus protestas en Santa Cruz. REUTERS PROTESTAS. Activistas del gobernante Movimiento al Socialismo iniciaron ayer sus protestas en Santa Cruz. REUTERS
03 Mayo 2008
WASHINGTON, Estados Unidos.- La Organización de los Estados Americanos (OEA) manifestó su solidaridad y respaldo al Gobierno boliviano en el conflicto con los prefectos disidentes, que impulsan el referendo autonómico de mañana en Santa Cruz de la Sierra.

Con una resolución en la que además reafirma la integridad territorial de Bolivia y hace un llamamiento para que no se desate la violencia, el organismo respaldó al Ejecutivo nacional.

Sin embargo, la OEA se abstuvo de condenar el referéndum autonómico, que es considerado como una amenaza a la estabilidad boliviana en un conflicto que podría degenerar en violencia.

Después de siete horas de negociaciones a puertas cerradas del Consejo Permanente, embajadores de los 34 países aprobaron una resolución donde expresan su respaldo al pueblo de Bolivia, al Gobierno de Evo Morales, a la institucionalidad democrática y a las autoridades elegidas por la gente.

El documento hace un llamado a que el Gobierno y los prefectos opositores enmarquen sus acciones en el respeto al estado de derecho, y eviten cualquier acción que pueda llevar a la ruptura de la paz, del orden constitucional y afectar la convivencia entre los bolivianos.

Piden autonomía
La región de Santa Cruz -que concentra el 30% del PIB boliviano- irá mañana a las urnas para aprobar su estatuto de gobierno autónomo, una suerte de Constitución local, confrontada con el Gobierno central, que considera la consulta ilegal y secesionista.

El estatuto (iniciativa de los líderes políticos y empresariales cruceños) les da a las autoridades departamentales amplias facultades en materias económica y política, incluyendo la formación de una policía propia, y deja para el Estado tan sólo las funciones de Defensa y de Relaciones exteriores.

Encuestas revelaron esta semana que el "sí" a la autonomía fluctuará entre el 70 y 75% para una votación que el Gobierno quiso impedir a toda costa y que últimamente ha intentado minimizar señalando que se trata de una consulta no vinculante.

Santa Cruz lidera desde hace varios años un movimiento autonomista que también ha cuajado en los departamentos de Beni, Pando y Tarija, que realizarán sus propios referendos autonomistas en los próximos 50 días.

Este desafío a Morales -que por su lado impulsa un proyecto de Constitución que es rechazado por la oposición- ha generado un complejo problema en Bolivia.

Según el Gobierno, el régimen autónomo beneficiará a los latifundistas y a las elites, mientras que los líderes regionales dicen que el desmarque del poder central servirá para proscribir la pobreza.

La punta de lanza
La consulta sobre el estatuto autonómico se ha convertido en la punta de lanza del profundo enfrentamiento político de la gestión izquierdista con la derecha empresarial, que exacerbó además la antigua rivalidad entre La Paz y Santa Cruz, con marcados ribetes étnicos.

Los líderes cruceños, por lo general empresarios agroindustriales, justifican la necesidad de crear un gobierno departamental autónomo bajo el argumento de que, reduciéndole el poder al Gobierno central, los recursos serán administrados mejor a nivel local.

El líder cívico cruceño, Branko Marinkovic, afirmó que mañana nacerá una "Segunda República Boliviana" basada en la autonomía, no un Estado separado. Además, afirmo que el voto popular "nunca es ilegal". (AFP-NA-Reuter-Télam)

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