Entre los deseos y la responsabilidad

Entre los deseos y la responsabilidad

"El Salmón" nada contra la corriente y habla de sus preocupaciones, de sus amigos y de cómo fue que resolvió la disyuntiva entre tocar con Bob Dylan, su ídolo, y cumplir con su promesa de volver a recorrer el país después de tantos años. Tucumán, dice, era una de las cuentas pendientes que tenía y que más le preocupaban. Sin internet en casa, corre por Palermo con Skay Beilinson.

ANSIEDAD. Calamaro, como miles de tucumanos, están desesperados porque el reloj marque las 22, y empiece el show en el club Central Córdoba.ARCHIVO LA GACETA ANSIEDAD. Calamaro, como miles de tucumanos, están desesperados porque el reloj marque las 22, y empiece el show en el club Central Córdoba.ARCHIVO LA GACETA
19 Marzo 2008
Hacía demasiado tiempo que Andrés Calamaro no salía de gira. Por eso tomó este tour "Personal en vivo" como un desafío a sí mismo y, sobre todo, como el pago de una deuda pendiente. "Fue mi deseo, lo prometí, y en parte lo estamos cumpliendo", dice en el inicio de una extensa conversación telefónica con LA GACETA.
Y solo, sin que lo inviten, entra en un terreno de difícil resolución: sus deseos y su responsabilidad, frente a sus deseos y sus pasiones. "La gira estuvo en peligro por culpa de las internas del negocio musical. Me habían invitado a tocar con Bob Dylan, que estaba programado para el Quilmes Rock; esa fue la excusa para armar la gira, que empezaba ahí. Finalmente desapareció esa posibilidad, y yo insistí en hacer la gira de todos modos", explica sin entrar en detalles.Y se quedó con las ganas de ver a Dylan en vivo. Pero lo que más le importa es cumplir, dice.
Tucumán es un punto clave para su tour. "Quería volver (hace casi 11 años que no toca en nuestra provincia); porque Tucumán es combativa, coya, criolla y muy rockera... una linda mezclita", afirma, reiterando algunos conceptos de la entrevista que dio, vía e-mail, para el suplemento 4AM del jueves pasado.
La conversación telefónica va y viene, y los temas van cambiando. De ahí pasa a que él es, según creía hasta ese momento, uno de los tres artistas que no tienen internet en su casa, junto con Ricardo Iorio (Almafuerte) y una actriz uruguaya. El cronista le apunta que el ex Redondos Skay Beilinson ni siquiera tiene casilla de e-mail. "¡Es cierto! Lo veo trotando por Palermo y hablamos... no tenemos internet, pero sí pulmones", dice jocosamente.
Entonces el tema pasa a sus amigos, muy amigos y conocidos, que son las respetuosas formas de marcar diferencias afectivas, de onda, feeling. "No encuentro motivos para enfrentarme con nadie, con ninguno de mis colegas. Y Los Redondos me conocen desde hace 30 años, desde que era un pibe, y Skay siempre fue muy cordial y querido; pero con quien me escribo habitualmente es con el Indio Solari, y estoy honradísimo por eso; estoy tocando el cielo con las manos", asegura. Explica que sigue impactado por la versión de "El Salmón" que el Indio hizo, y por el tema que grabaron juntos en "Porco Rex", el disco del ex cantante de Los Redondos. "Fue como meter el gol de Maradona", explica, como si Diego hubiera metido sólo uno (y tal vez tiene razón).
También cuenta que sus amigos son casi exclusivamente del ambiente de la música, porque él es muy solitario y no le quedan en otros ámbitos. Idas y vueltas más, o menos, y se despide amablemente, para poder tomar ese "mosquito" que lo lleva otra vez a ver a Charito.

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