Las calles, los colectivos, los bares. Todos estos lugares nos dan cientos de indicios de que la pandemia ha cambiado de fase al menos en los usos y costumbres de quienes fuimos testigos, hace dos años, del evento que lo cambió todo. Nos hemos relajado, hemos abandonado más de un protocolo para intentar volver a vincularnos como antes. Sin embargo, la pandemia transformó espacios significativos como los productivos, y lo que antes era tema de discusión como el teletrabajo, hoy es una práctica naturalizada en empresas y entidades de todos los tamaños. Pero a pesar de que los procesos comunicativos parecieran tan aceitados, después de dos años de esta dinámica, existe una pregunta sobre qué pasa con la distancia corporal y nuestra capacidad creativa. ¿Estar más juntos nos ayudaba a generar más y mejores ideas?

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Un estudio publicado en la prestigiosa revista Nature confirma el temor que tenía más de un gerente. Sí, al parecer el teletrabajo disminuye nuestra capacidad creativa. El informe elaborado por científicos de las universidades de Columbia y Stanford comprobó que las videoconferencias dificultan la generación de ideas porque enfocan a los participantes en una pantalla, lo que provoca un enfoque cognitivo más limitado. Por lo tanto, sus resultados sugieren que la interacción virtual tiene un costo mental para la generación de ideas creativas. Los especialistas llegaron a esta conclusión luego de un trabajo de campo aplicado en cinco países de Europa, Medio Oriente y el sur de Asia, en los que analizaron medidas de la mirada, el recuerdo y el análisis semántico. El experimento consistió en pedirles a parejas de trabajadores (seleccionadas al azar) que generaran ideas creativas en conjunto en un tiempo máximo de cinco minutos. Luego de comparar entre las parejas que trabajaron de forma presencial, con aquellos que lo hicieron de forma remota, llegaron a la conclusión de que los primeros llegaron a ideas más innovadoras.

Teletrabajo: Amazon permitirá que sus empleados decidan cuánto tiempo pasan en la oficina

El año pasado otro estudio también publicado por la misma revista compiló una serie de experimentos realizados con trabajadores de Microsoft en donde también se buscaba develar si el trabajo remoto estaba reduciendo las instancias creativas. Luego de analizar los datos de más de 61.000 empleados, durante los primeros meses de la pandemia, el estudio determinó que la red productiva se volvió “más estática y aislada, con menos puentes entre partes dispares” a partir del teletrabajo. “Es más, hubo una disminución en la comunicación sincrónica y un aumento en la comunicación asincrónica”, detalló el informe entre sus conclusiones. A pesar de que las reuniones presenciales suelen ser criticadas por su extensión y muchas veces consideradas como una “pérdida de tiempo”, el trabajo científico advirtió que si los departamentos de una misma empresa compartían menos información esto afectaba a la productividad y a la innovación. Finalmente, el informe también alertó que si bien trabajar desde casa tenía sus ventajas para estar más cerca de los familiares, con dicha modalidad aumentaba el volumen de correos electrónicos y mensajes enviados por teléfono, como así también el promedio de horas trabajadas durante la semana. Es decir, los empleados terminaban trabajando más. Como resultado de estos análisis, la empresa aceleró el regreso a la oficina para este año con modalidades híbridas en donde los empleados pudieran decidir qué era lo que más les convenía.

Herramientas para que el teletrabajo funcione a pleno

Finalmente, un estudio desarrollado también por la Universidad de Stanford instaló en 2021 el concepto de “fatiga de Zoom”, el cual describía cómo las videollamadas terminaban por estresar a sus participantes por las exigencias cognitivas que implican dichas instancias. Los trabajadores se cansaban más en este tipo de reuniones que en las presenciales, según los científicos, quienes señalaron que unos de los factores que más fatiga produce es el hecho de mirarse a uno mismo en la pantalla, provocando tensión en todo el tiempo que dura la reunión. Una especie de espejo permanente donde uno y los otros se autocontrolan.

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Encontrarnos cara a cara no solo nos beneficia afectivamente, sino también productivamente y la ciencia lo ha comprobado, al menos en estas investigaciones. Sin embargo, también se pueden encontrar algunas limitaciones en los estudios, como por ejemplo, conocer más sobre las dinámicas previas que tenían los espacios donde se hicieron dichos experimentos. La creatividad no es el resultado de la simulación de situaciones, sino más bien un proceso que se construye determinado por historias personales y grupales, en contextos siempre diferentes. De hecho, el primer trabajo citado también determinó que las videollamadas no disminuyen el sentimiento de conexión de las personas que las utilizan, ni cambian los asuntos que los interlocutores tratan o sus comportamientos sociales. Por lo tanto, estas conclusiones pueden funcionar más bien como puntapiés para pensar cómo podemos generar situaciones de encuentro e innovación en nuestros empleos. El desafío, entonces, no es volver a ser como antes, sino más bien, volver y ser mejores que antes.