La Asignación Universal por Hijo (AUH) es uno de los pilares de protección social más importantes de la historia argentina: Sin embargo, no alcanza para erradicar la pobreza infantil en el país. Esa es una de las conclusiones -acaso la más contundente- del panel sobre el tema que se desarrolló en la mañana de ayer, en la última jornada del seminario “Entre la medición y la acción: debates en torno al Bienestar”.

En números, ese drama irresuelto indica que hay 1,6 millón de chicos que no están alcanzados por ninguno de los componentes o pilares de la protección de ingresos, lo que implica el 12.4% del total de los niños, le dijo a LA GACETA Javier Curcio (UBA), apenas concluida la mesa en la que él, Oscar Cetrángolo (UBA), Roxana Maurizio (UBA) y María Edo (Cedlas) analizaron los impactos de la AUH en diversos planos (educativo, laboral y macrofiscal). En la evaluación de “las condicionalidades” (condicionamientos, la libreta escolar, entre otros), los panelistas las definieron como barreras para acceder a la AUH.

“La condicionalidad deja afuera de la protección social, y eso implica también un debate ético, auque lo entendemos como un debate operativo”, destacó María Edo. Y añadió: “tendríamos que estar yéndolos a buscar, articulando con otros tipos de programas ya en marcha; generar subsidios complementarios, focalizados en aquellos niños que no pueden cumplir con las condicionalidades. Y no es el Ministerio de Educación el que los debe ir a buscar, sino abordar con políticas integrales”.

En el panel se propuso automatizar la información, de modo que la Escuela informe directamente a la ANSES si la condicionalidad está cumplida. “Si pudiéramos tener un relevamiento cuatrimestral, tendríamos un semáforo de que ese chico no está yendo a la escuela”, observó la experta del CEDLAS.

En el aspecto macrofiscal, Cetrángelo y Curcio evaluaron que es posible erradicar la pobreza y la indigencia con una ampliación del presupuesto. “El aporte para la AUH hoy es del 0,6 % del PBI, pero eso no logra eliminar la indigencia. Algunos cálculos de sensibilidad nos muestran que incorporando un punto más del producto -1,1- se podría completar un ingreso mínimo que deje afuera la indigencia. Eso implica $ 67.000 millones anuales más adicionales al gasto actual (a 2016)”, afirmó Curcio. “Y si apuntáramos a erradicar la pobreza, debería subir 3,2 puntos del PBI (lo incluye)”, añadió.

- ¿Cómo se explica ese 1,6 millón de chicos fuera del sistema?

- Hay problemas de registro, de falta de información, de comunicación, de cumplimiento de condicionalidades (corresponsabilidad educativa y controles de salud). En ese total hay 500.000 chicos que están con problemas de cumplimiento de condicionalidades y otras exclusiones, y 1,1 millón que no están identificados.

- ¿Por qué está tan invisibilizado ese millón de chicos?

- Es la franja de mayor vulnerabilidad. Están en poblaciones aisladas, que no tienen información suficiente, o poblaciones muy vulnerables en grandes centros urbanos; o problemas parentales, o falta de DNI. Hay que destacar que la ANSES está haciendo fuertes esfuerzos para poper avanzar en la cobertura. Pero a esos chicos hay que ir a buscarlos a las casas, y en eso está trabajando ANSES también.