La nueva jornada del juicio oral por el crimen del juez Héctor Agustín Aráoz tuvo como protagonistas al oficial auxiliar Gustavo Beltrán, de la comisaría de Yerba Buena, y al ex comisario de Banda del Río Salí, Rodolfo Domínguez, que fueron sometidos a un careo.

El contrapunto entre ambos tuvo como eje el acta que labraron los policías bandeños, que fueron los primeros en llegar al lugar del asesinato, la noche del 26 de noviembre de 2004. Domínguez insistió en que al presentarse los agentes de Yerba Buena -que tenían jurisdicción en la zona-, los bandeños comenzaron a labrar un acta, que luego fue entregada al entonces comisario de Yerba Buena, ante la presencia de Beltrán, ya en la sede policial. Ese documento, según Domínguez, desapareció de las actuaciones.

Por su parte, Beltrán afirmó que no vio nada, ya que se encontraba trabajando en una oficina contigua a la de su jefe, por lo que desconocía la existencia del acta. Paralelamente, Domínguez sostuvo que apenas llegaron a la casa de Aráoz pararon a dos agentes de Tránsito del municipio de Yerba Buena, que obraron como testigos. Al ser consultado Beltrán sobre el mismo tema, dijo al Tribunal que nunca los vio. 


Esta tarde, el oficial auxiliar será sometido a un nuevo careo con el ex policía Andrés Fabersani, quien está acusado de encubrimiento. La fiscala de Cámara Juana Prieto de Sólimo podría pedir hoy que se investigue a Beltrán porque podría estar incurriendo en los delitos de incumplimiento de los deberes del funcionario público o de encubrimiento. LA GACETA ©