El conflicto en el transporte público de pasajeros sumó un nuevo capítulo en medio de la reunión entre empresarios y representantes gremiales de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), sin la presencia de autoridades municipales. Mientras el diálogo sigue trabado, los empresarios aseguran que el sistema está al borde del colapso.

“Estamos en una situación compleja, no sólo por los costos, sino porque cayó la cantidad de boletos vendidos. Si comparamos octubre de este año con el de 2024, tenemos una baja del 30%. Es muchísimo”, explicó Luis García, prosecretario de Aetat, a LA GACETA

García remarcó que la merma de pasajeros afecta directamente la recaudación y, por ende, la posibilidad de sostener los servicios. “El sistema necesita ingresos para cubrir los gastos de explotación. Si no hay pasajeros, no se puede mantener la frecuencia ni las unidades en condiciones. No estamos pidiendo aumentar el boleto, porque eso espantaría aún más a los usuarios. Lo que pedimos es cambiar la forma de financiamiento”.

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En ese sentido, propuso adoptar un esquema similar al que ya se aplica en otras provincias. “Queremos instrumentar el sistema por kilómetro recorrido. Si prestamos el servicio como exige la Municipalidad -en cantidad de unidades y frecuencia-, alguien tiene que pagar. Si nos exigen que andemos igual aunque sea vacío, alguien tiene que pagarlo”.

El dirigente señaló que las empresas están cumpliendo con las obligaciones, pero que el modelo actual, basado en la recaudación del pasaje, se volvió inviable. “Así como está, el sistema tiende a achicarse. Si cambiamos el esquema, podemos garantizar un servicio eficiente. Si no, vamos camino a la reducción de frecuencias y personal”, advirtió.

Consultado sobre la imagen del sector ante la ciudadanía, García reconoció: “Hace mucho que somos los malos de la película, pero los números no cierran. Hay líneas con unidades nuevas o semi nuevas y aun así los colectivos circulan vacíos. No es negocio. Desde hace un año la caída de pasajeros se profundizó y hoy estamos peor”.

Finalmente, apuntó contra la falta de respuestas oficiales. “Asumimos todos los riesgos como empresarios, pero no tenemos soluciones. Si no hay acuerdo, no podremos sostener el servicio ni garantizar los puestos de trabajo”.